domingo, 28 de agosto de 2005

Iván Ferreyra - El resentimiento

EL ARTE DE HURGAR CON LOS OJOS
Diálogo con el escritor de Canals Iván Ferreyra


Iván Ferreyra nació en La Carlota en 1972 y creció en Canals. Es director de la revista sociocultural autogestionada RECOVECOS (www.revistarecovecos.com.ar). EL RESENTIMIENTO es su primera publicación, la que ya tiene continuaciones, EL HOMBRE QUE GANABA POR CANSANCIO (terminada) y la tercera y última titulada RESCATARSE, la cual se encuentra en pleno proceso escriturario. Posee además textos inéditos como LA PORNOGRAFÍA Y LAS UÑAS MAL PINTADAS (poemario) y CÉLEBRES CLANDESTINOS, veinte miradas sobre perdedores de Canals; pero el mejor esbozo biográfico es el que se desprende de sus propias palabras. EL DIARIO CULTURA dialogó con él en su paso por Villa María, en su viaje de Canals a Tucumán, lugar adonde se radicará por un tiempo.

--Si tuvieras la oportunidad de abstraerte un instante de tu persona ¿Cómo presentarías a Iván Ferreyra (IF)?
--Iván es un gordo que se hace el especial, el distinto, que odia a los hipócritas, chauvinistas, fachos, prejuiciosos, a las victimas de la rutina, a los que dicen que todas las mujeres son putas. Soy un cuerpo lleno de historias que laten por dentro, historias que lastiman, que crecen y salen como ese líquido amarillo de la resaca de cerveza para demostrar que existen y yo las vomito. Yo creo en la belleza de cada cosa por fea que sea.

--¿Podríamos decir que el motor que generó ER es el amor a la belleza? Una belleza no convencional pero belleza al fin...
--Sí, es una buena interpretación, la derrota y el dolor son el motor de mi belleza. En la lectura de ER se advierte una particular presencia de la mujer ¿Qué significa la mujer para Polo? La negra es una mujer dura, Polo tiene la debilidad de los borrachos sensibles. Para él es no ver la casa vacía, es la compañía de los fines de semana, que con el televisor no basta y por supuesto sexo a veces. Pero el amor no existe, solo esa necesidad animal de aparearse y cuidarse…

--¿Qué significa para vos la mujer?
--Para mi es el motivo de mi existencia… Yo hago todo por ellas, sufro y soy feliz todo el tiempo con ellas y me encanta. Vivo aprendiendo como tratarlas para disfrutarlas mejor, siento que es una investigación con una premisa pero nunca con un resultado, lo que lo hace más hermosa. Mi segunda novela habla de mujeres en mi vida, de varias y el desarrollo de relaciones, se llama EL HOMBRE QUE GANABA POR CANSANCIO. Yo como Dolina creo que todo lo que hacemos es con el solo fin de conquistar mujeres.

--¿Qué nos podés adelantar sobre ella? ¿Es una continuación o una nueva historia?
--Es una continuación. Estoy escribiendo una trilogía. Estoy en la tercera novela: RESCATARSE, que lo hago acá desde Tucumán. La segunda está en manos de mi hermano Carlos, mi editor para darle vida cuando él lo considere, pero están relacionadas todas ya que escribo sobre mí mismo

--¿Cómo es el proceso de escritura, cuánto tiempo demora en gestarse una novela?
--El tiempo en que demora uno en mirar una secuencia y que eso conmueva. Yo siento en mi piel cuando hay una buena historia o una imagen que se pueda transcribir. Para mi la escritura es una forma de hacer cine. Escribo todo el tiempo, ando con montones de papeles en mis bolsillos con anotaciones de cosas que veo y se me ocurren y las voy transcribiendo, soy una maquina de escribir.

--El personaje principal de ER es recurrente en frases como "escribo para no suicidarme", "sigo escribiendo para resistir" o “escribo porque debo escribir”; ¿Comparte Iván Ferreyra esta mirada?
--Así se comienza a escribir, buscando excusas. Comparto la mirada porque así lo siento, de lo que yo escribo el noventa y nueve por ciento es real. Realismo sucio le llaman los académicos. Hurgar con los ojos me gusta decir a mi. El suicidio es el acto individual por excelencia decía Ciorán y lo comparto.

--¿Todo es "resistir" y "sobrevivir" o hay esperanzas?
--La esperanza es patética pero es una buena droga, ellos la tienen y es cobrar a fin de mes. "Una buena droga", como la escritura que realiza el personaje principal como medio para aletargar la muerte. En una cinta gallega MAKYNAVAJA EL ÚLTIMO CHORISO hay una canción que dice "la esperanza es esa puta que va vestida de verde". La escritura genera esperanza por instantes, por segundos, pero a veces puede destruir y tenemos solo palabras hermosas en nuestra cabeza y la realidad es otra, pero todo lo que transmita belleza sirve…

--¿En medio de esta derrota y dolor, Iván Ferreyra sintió alguna vez a la muerte tocar su puerta?
--Todos los días, la impotencia de los desenlaces amorosos, deudas, traiciones, cosas que se resuelven pragmáticamente. Tome pastillas con alcohol, intenté ahorcarme con una sábana y una soga, intenté tirarme de un cuarto piso pero no tenía ganas de hacerlo, sino no hubiera conquistado al suicidio. Nunca tuve un arma a mano en el momento adecuado, por suerte. Hay que tocar fondo para ver la luz dice Sábato y me gusta eso. Me gusta la vida, me gusta experimentar y uno ve la muerte todo el tiempo. En este lugar de pequeños se vuelven asesinos y lo veo, matan todo, pájaros de toda clase, chicos de siete años que ya manejan rifles y se rompen la cabeza a piedrazos. El otro día presencie la matanza de un cerdo, el grito del animal y con la naturalidad que está asumida la muerte de los seres vivos. Esa muerte me visita todos los días…

--Acabás de citar a Sábato ¿qué otras lecturas realiza Iván Ferreyra? ¿Cuáles son tus maestros?
--No muchos: Pizarnik, Bukowski, Celine, Girondo, Sartre, el Indio Solari… Arlt me gusta mucho, Galeano, Benedetti… mucho cine y demasiada música.

--Me parece también que muchos de sus maestros están en la calle, las personas que uno ignora y que tienen sus historias de vida interesantísimas, pero que nadie les da la importancia que merece. ¿Me equivoco?
--Esos que te nombre me gustan porque hablan de la calle y la gente que no duerme de noche. Yo ahí aprendo escuchando y mirando, a veces sin necesidad de hablar, solo acompañar. Esos son tipos que te enseñan todo el tiempo. Yo creo que es la única fuente, la realidad tal cual es, lo demás viene solo.

--En relación a ER ¿qué impacto está buscando en los lectores?
--Yo descubrí que existían lectores cuando terminé el libro y las formas de aceptación del libro me sorprendieron mucho, siempre positivas, el target fue variando de forma relativa.

--¿De qué manera ordenarías, según grado de importancia las siguientes palabras: mujeres, alcohol, escritura, muerte, fútbol?
--Me gustan todas. Primero, las mujeres, después la escritura, tercero el alcohol, cuarto el fútbol y quinto, la muerte….

(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 28 de agosto de 2005.-




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(NOTA PRELIMINAR)

COMENTARIO
EL RESENTIMIENTO (Crónicas de un rencoroso),
por Iván Ferreyra, Ediciones Recovecos, Córdoba, 2005, 122 páginas.

En uno de los tantos prólogos que le fueron encomendados a Borges se lee: “es grave tarea juzgar un libro, intuir por el examen de su lectura las particularidades méritos o fallas, pero más delicado y más arduo es comprender el alma personal que sus páginas manifiestan”. Vomitados por un tubo que nos transporta desde las primeras páginas a nuestra Córdoba Capital actual, nos encontramos con una ciudad donde se respira la pobreza, donde sus habitantes son una serie de personajes que emplean un lenguaje callejero, ácido y hasta muchas veces desopilante. Son perdedores que se conforman con ser lo que son, o lo que es peor, con asir una botella de vino y creer que “es lo único que tienen para sobrevivir”.
Las relaciones interpersonales están fracturadas al igual que muchos valores: “realmente aparte del vino, son pocas cosas las que nos unen”. En ER el lector deberá hurguetear las cinco vísceras que conforman los capítulos para seguirle los pasos a Iván, personaje central que intenta escribir una novela cuyo personaje es Polo, un canchero de Rancig Club de Nueva Italia. No es casual aquí que escribir rime con sobrevivir, porque Iván plasma sus ideas en papel como un medio para retrasar la muerte. Sin lugar a dudas es este personaje el alter ego del escritor quien utiliza este recurso que opera como una especie de caja china o cuadros dentro de cuadros.
Este es el submundo oscuro y degradante que no da respiros. Ni siquiera al lector, donde la prosa ligera nos inyecta el oxigeno necesario para no parar, para digerirla de una sola sentada. La originalidad del texto radica en que Ferreyra talló distintas percepciones y vivencias que no son ajenas a las nuestras, pero que pocos escritores tienen valor para decirlas. Será posible reconocernos en espacios físicos de Córdoba o en las acciones comunes donde la hipocresía social será herida por la pluma de este carlotense: “Prendo la tele, es verano, la gente en los festivales se sienta a evaluar a los artistas con aplauso complaciente (...) Abrigados, con termos y recipientes llenos de comida, y con su boca llena, aplauden hasta las llagas, son un jurado de incompetentes, y los artistas son evaluados a cada instante, sólo pagan para mostrar sus carteles y que los vean en la tele.”
EL RESENTIMIENTO se configura como un espejo y por lo tanto un reflejo (inmundo en este caso) de las relaciones humanas, donde el malestar, la violencia, la pobreza y las drogas son los principales ingredientes de un alimento en constante descomposición; sin embargo es un recorte en mutación, ya que hay esperanzas aunque parezcan utópicas. De todas formas no es en esta novela donde se resolverá la cuestión, para dilucidarla habrá que esperar las próximas apariciones de esta singular trilogía cordobesa.







Iván Ferreyra y el arte de hurgar con los ojos
EL RESENTIMIENTO (Crónicas de un rencoroso), por Iván Ferreyra, Ediciones Recovecos, Córdoba, 2005, 122 páginas.

En uno de los tantos prólogos que le fueron encomendados a Borges se lee: “es grave tarea juzgar un libro, intuir por el examen de su lectura las particularidades méritos o fallas, pero más delicado y más arduo es comprender el alma personal que sus páginas manifiestan”. Hoy, EL DIARIO CULTURA intentará juzgar, describir, comentar y charlar con un “nuevo” escritor salido de las entrañas de nuestro interior cordobés y su reciente novela edita, EL RESENTIMIENTO (ER).
Vomitados por un tubo que nos transporta desde las primeras páginas a nuestra Córdoba Capital actual, nos encontramos con una ciudad donde se respira la pobreza, donde sus habitantes son una serie de personajes que emplean un lenguaje callejero, ácido y hasta muchas veces desopilante. Son perdedores que se conforman con ser lo que son, o lo que es peor con tomar una botella de vino y creer que “es lo único que tienen para sobrevivir”
Las relaciones interpersonales están fracturadas al igual que muchos valores: “realmente aparte del vino, son pocas cosas las que nos unen”.
En ER el lector deberá hurguetear las cinco vísceras que conforman los capítulos para seguirle los pasos a Iván, personaje central que intenta escribir una novela cuyo personaje es Polo, un canchero de Rancig Club de Nueva Italia. No es casual aquí que escribir rime con sobrevivir, porque Iván plasma sus ideas en papel como un medio para retrasar la muerte. Sin lugar a dudas es este personaje el alter ego del escritor quien utiliza este recurso que opera como una especie de caja china o cuadros dentro de cuadros.
Este es el submundo oscuro y degradante que no da respiros, ni siquiera al lector, la prosa es ligera y nos inyecta el oxigeno necesario para no parar, para digerirla hasta de una sola sentada.
La originalidad del texto radica en que Ferreyra talló distintas percepciones y vivencias que no son ajenas a las nuestras, pero que pocos escritores tienen valor para decirlas.
Aquí será posible reconocernos en espacios físicos de Córdoba o en las acciones comunes donde la hipocresía social será estocada por la pluma de este carlotense: “Prendo la tele, es verano, la gente en los festivales se sienta a evaluar a los artistas con aplauso complaciente (...) Abrigados, con termos y recipientes llenos de comida, y con su boca llena, aplauden hasta las llagas, son un jurado de incompetentes, y los artistas son evaluados a cada instante, sólo pagan para mostrar sus carteles y que los vean en la tele.”
ER se configura como un espejo y por lo tanto un reflejo (inmundo en este caso) de las relaciones humanas, donde el malestar, la violencia, la pobreza y las drogas son los principales ingredientes de un alimento en constante descomposición; sin embargo es un recorte en mutación, ya que hay esperanzas aunque parezcan utópicas. De todas formas no es en esta novela donde se resolverá la cuestión, para dilucidarla habrá que esperar las próximas apariciones de esta singular trilogía cordobesa.

Iván Ferreyra nació en La Carlota en 1972 y creció en Canals. Es director de la revista sociocultural autogestionada RECOVECOS (http://www.revistarecovecos.com.ar/). EL RESENTIMIENTO es su primera publicación, la que ya tiene continuaciones, EL HOMBRE QUE GANABA POR CANSANCIO (terminada) y la tercera y última titulada RESCATARSE, la cual se encuentra en pleno proceso escriturario. Posee además textos inéditos como LA PORNOGRAFÍA Y LAS UÑAS MAL PINTADAS (poemario) y CÉLEBRES CLANDESTINOS, veinte miradas sobre perdedores de Canals; pero el mejor esbozo biográfico es el que se desprende de sus propias palabras.

—Si tuvieses la oportunidad de abstraerte un instante de tu persona ¿Cómo presentarías a Iván Ferreyra (IF)?
—Iván es un gordo que se hace el especial, el distinto, que odia a los hipócritas, chauvinistas, fachos, prejuiciosos, a las victimas de la rutina, a los que dicen que todas las mujeres son putas. Soy un cuerpo lleno de historias que laten por dentro, historias que lastiman, que crecen y salen como ese líquido amarillo de la resaca de cerveza para demostrar que existen y yo las vomito. Yo creo en la belleza de cada cosa por fea que sea.

—¿Podríamos decir que el motor que generó ER es el amor a la belleza? una belleza no convencional pero belleza al fin.
—Sí, es una buena interpretación, la derrota y el dolor son el motor de mi belleza.

­—En la lectura de ER se advierte una particular presencia de la mujer ¿Qué significa la mujer para Polo?
—La negra es una mujer dura, Polo tiene la debilidad de los borrachos sensibles. Para él es no ver la casa vacía, es la compañía de los fines de semana, que con el televisor no basta y por supuesto sexo a veces. Pero el amor no existe, solo esa necesidad animal de aparearse y cuidarse.

—¿Qué significa para vos la mujer?
—Para mi es el motivo de mi existencia, yo hago todo por ellas, sufro y soy feliz todo el tiempo con ellas y me encanta. Vivo aprendiendo como tratarlas para disfrutarlas mejor, siento que es una investigación con una premisa pero nunca con un resultado, lo que lo hace mas hermoso. Mi segunda novela habla de mujeres en mi vida, de varias y el desarrollo de relaciones, se llama EL HOMBRE QUE GANABA POR CANSANCIO. Yo como Dolina creo que todo lo que hacemos es con el solo fin de conquistar mujeres.

—¿Qué nos podés adelantar sobre ella? ¿Es una continuación o una nueva historia?
—Es una continuación, estoy escribiendo una trilogía. Ahora estoy en el tercero que se llama RESCATARSE, que lo hago acá desde Tucumán. La segunda está en manos de mi hermano Carlos, mi editor para darle vida cuando él lo considere, pero están relacionadas todas ya que escribo de mi.

—¿Cómo es el proceso de escritura, cuánto tiempo demora en gestarse una novela?
—El tiempo en que demora uno en mirar una secuencia y que eso conmueva. Yo siento en mi piel cuando hay una buena historia o una imagen que se pueda transcribir. Para mi la escritura es una forma de hacer cine. Escribo todo el tiempo, ando con montones de papeles en mis bolsillos con anotaciones de cosas que veo y se me ocurren y las voy transcribiendo, soy una maquina de escribir.

—El personaje principal es recurrente en frases como "escribo para no suicidarme", "sigo escribiendo para resistir" o “escribo porque debo escribir”; ¿Comparte IF esta mirada?
—Así se comienza a escribir, buscando excusas. Comparto la mirada porque así lo siento, de lo que yo escribo el noventa y nueve por ciento es real; realismo sucio le llaman los académicos, hurgar con los ojos me gusta decir a mi. El suicidio es el acto individual por excelencia decía Cioran y lo comparto. Estoy en un pueblo ahora de borrachos y suicidas y se siente la impotencia de no saber enfrentar las emociones.

—¿Todo es "resistir" y "sobrevivir" o hay esperanzas?
—La esperanza es patética pero es una buena droga, ellos la tienen y es cobrar a fin de mes.

—¿"Una buena droga", como la escritura que realiza el personaje principal como medio para aletargar la muerte?
—En una cinta gallega MAKYNAVAJA EL ÚLTIMO CHORISO hay una canción que dice "la esperanza es esa puta que va vestida de verde". La escritura genera esperanza por instantes, por segundos, pero a veces puede destruir y tenemos solo palabras hermosas en nuestra cabeza y la realidad es otra, pero todo lo que transmita belleza sirve.

—¿En medio de esta derrota y dolor, IF sintió alguna vez a la muerte tocar su puerta?
—Todos los días, la impotencia de los desenlaces amorosos, deudas, traiciones, cosas que se resuelven pragmáticamente.

—¿Pero seguramente alguna vez lo hizo con mayor intensidad?
Tome pastillas con alcohol, intenté ahorcarme con una sábana y una soga, intenté tirarme de un cuarto piso pero no tenía ganas de hacerlo, si no lo hubiera conquistado al suicidio. Nunca tuve un arma a mano en el momento adecuado, por suerte. Hay que tocar fondo para ver la luz dice Sábato y me gusta eso. Me gusta la vida, me gusta experimentar y uno ve la muerte todo el tiempo. En este lugar de pequeños se vuelven asesinos y lo veo, matan todo, pájaros de toda clase, chicos de siete años que ya manejan rifles y se rompen la cabeza a piedrazos. El otro día presencie la matanza de un cerdo, el grito del animal y con la naturalidad que está asumida la muerte de los seres vivos. Esa muerte me visita todos los días.

—Acabás de citar a Sábato ¿qué otras lecturas realiza IF? ¿Cuáles son tus maestros?
No mucho, Pizarnik, Bukowski, Celine, Girondo, Sartre, el Indio Solari, Arlt me gusta mucho, Galeano, Benedetti, mucho cine y demasiada música.

—Me parece también que muchos de tus maestros están en la calle, las personas que uno ignora y que tienen sus historias de vida interesantísimas, pero que nadie les da la importancia que merece. ¿Me equivoco?
—Esos que te nombre me gustan porque hablan de la calle y la gente que no duerme de noche esta combatiendo algo; yo ahí aprendo escuchando y mirando, a veces sin necesidad de hablar, solo acompañar. Esos son tipos que te enseñan todo el tiempo.

—Es una buena fuente para nutrir a la literatura.
—Yo creo que es la única fuente, la realidad tal cual es, lo demás viene solo.

—En relación a ER ¿qué impacto estás buscando en los lectores?
—Yo descubrí que existían lectores cuando terminé el libro y las formas de aceptación del libro me sorprendieron mucho, siempre positivas, el target fue variando de forma relativa.

—¿De qué manera ordenarías, según grado de importancia las siguientes palabras: mujeres, alcohol, escritura, muerte, fútbol?
—Me gustan todas. 1º mujeres, 2º escritura, 3º alcohol, 4º fútbol y 5º muerte.

—¿Cuál agregarías?
Música estaría después de mujeres y drogas antes de alcohol.

—ER inauguró la serie "la espalda del espejo" ¿por qué esta denominación?
—Lo hable con mi hermano, estábamos con el concepto de “ciudad de espejos” en RECOVECOS y el espejo para los lacanianos es la madre, los vampiros no se reflejan y todo lo que refleja la belleza, me gustaba eso. La espalda es negra y me gusta esa oscuridad, la oscuridad de las cosas, por eso el nombre.

—En relación a Recovecos ¿Cuál es la forma para sobrevivir y resistir tantos años? ¿Cómo se las arreglan para subsistir con la autogestión en una revista tan particular y única?
—Nos gusta y creemos, la bancamos con otros laburos de mierda, nunca tuvimos demasiado apoyo. Yo la concibo como un experimento artístico, por eso ninguna revista se repite y eso ayuda a tener siempre ganas de hacerla. La gente que se va sumando también ayuda a tener ese entusiasmo de que siga existiendo.

—¿Cómo ves la movida editorial en Córdoba? ¿y en el interior? ¿o debería preguntar primero si hay movida editorial?
—No se si existe lo de movida, me pone contento que algunos tipos grosos publiquen como Tomás Barceló Cuesta y eso es por apoyo de algunas editoriales cordobesas. Me parece que están achanchadas, son políticamente correctas no juegan artísticamente con los libros haciendo laburos con fotógrafos, pintores, dibujantes; se conforman con un lindo color rosa y un cuadro clásico en las tapas. No veo una evolución, no veo ideas, se siguen publicando mayormente poesías cursis de viejas con guita. Ediciones Recovecos sale a plantear las cosas de otra manera, despacio, pero con ideas, no a competir sino a sumar. Las editoriales como la cultura en Córdoba están tan encerradas en ghetos donde se juntan para alabarse unos con otros y cuando hacés algo por interés el agradecimiento nunca es suficiente y los diarios, y los críticos no ayudan a que esto cambie. Deberían cuestionar más los niveles artísticos de las presentaciones de los libros. Me gusta Eloisa Cartonera y Belleza y Felicidad.

—Para terminar y parafraseándote en ER, desconocemos los alcances de la novela; quizás no puedas cambiar nada, mientras tanto seguirás cumpliendo años... PERO ESCRIBIENDO.
—Seguiremos nadando en esta gran olla de sudor hirviendo, viviendo esta absurda derrota sin final pero escribiendo hasta que tenga dedos, si no gritando hasta que tenga voz, si no pensando...