domingo, 28 de mayo de 2006

Juan Carlos "Camilo" Torres - Cine Club Splendor

Hacia el SPLENDOR del cine
Entrevista con Juan “Camilo” Torres




El cine. Esa hermosa conjunción de imagen en movimiento, música y magia que nos cautiva y nos hace reír, llorar, reflexionar y tantas otras sensaciones más, está entre nosotros. En un presente donde el avance constante y proporcional de la tecnología hizo que disfrutemos de esta experiencia en casa; SPLENDOR, intenta revivir una vieja práctica, la de llevar nuevamente al cine a toda esa gente que frecuentaba las salas hace unas cuantas décadas atrás. Un proyecto que nace desde la UNVM, pero que intenta llegar a la comunidad con películas que en otros espacios no tienen cabida, porque como asevera Camilo Torres, el responsable del proyecto, “el cine club nunca trabaja con las películas de novedad, de estreno, no toma una película de manera individual, ni toma los criterios comerciales, de mercado, de marketing que desarrollan las productoras y las distribuidoras; si no que trabaja el cine de culto, se trabaja de forma organizada y esta organización se da a través de los ciclos.”


- ¿Cómo surgió la idea y cómo se fue gestando?
- La idea es una situación personal que viví cuando llegué a Villa María, que para mí era un lugar desconocido, de paso, donde los ómnibus para ir de Córdoba a Buenos Aires y viceversa hacían una parada. Conocía una cosa más, un joven de Villa María, que venía a Córdoba para darnos clases en Fotografía. Se llamaba Adelqui Pellegrino, quien fue mi docente en el año 1972 y que retomo a mediados de 1998; es él quien me cuenta de la existencia de la carrera de Diseño y Producción de Imagen y de la UNVM. Así comienzo a venir, y a raíz de eso frecuento la ciudad y la recorro, así descubro edificaciones que eran negocios, pero que sin lugar a dudas por su estructura edilicia fueron salas cinematográficas. Sólo descubro dos salas que siguen funcionando. Me sorprende un poco esto, pero no tanto; yo ya tenía conocimiento de la crisis que sufre la industria cinematográfica entre los ’80 y los ’90 y Villa María no es ajena a este fenómeno que se dio a nivel mundial y que está inscripto dentro de la globalización.


- ¿Por qué SPLENDOR?
- Hay una película italiana de Ettore Scola que se llama “Splendor”, Scola junto a Marcello Mastroianni, Marina Vlady, realizan esta película que es casi del neorrealismo italiano, que es a color pero que tiene muchas escenas en blanco y negro a manera de homenaje a otras películas. Nos cuenta la historia de un niño cuyo padre es exhibidor de cine ambulante, que tiene un camión y que llega a los pueblos, despliega una pantalla y la gente viene con su silla a ver cine. El film termina con una sociedad en crisis con la sala de cine Splendor que se tiene que cerrar por cuestiones económicas y todo un pueblo que el día en que viene el oficial de justicia a desalojar, se sienta en las butacas e impide ese cierre. Es una película con un final feliz, simbólica y creí que era la película que representa este proyecto.

- En la película que mencionás es manifiesto los problemas económicos que sufre ese cine club, en tal sentido, ¿cómo hace SPLENDOR para mantenerse?
- El Cine Club SPLENDOR por ahora marcha muy bien, porque es una parte del objeto de estudio de un proyecto de investigación (2004); también he recibido colaboración de los dos institutos de la UNVM, pero sobre todo del de Ciencias Humanas y de la gente del Banco Credicoop. Un poquito de aquí, un poquito de allí, todo sirve; porque la utilización de la sala del Cine Sud la alquilamos y hay que pagarla, entre otras cosas.


- ¿Qué tipo de películas se proyectan?
- La proyección de películas la iniciamos en setiembre de 2004 con “El dedo en la llaga” dirigida por Alberto Lecchi, a quien yo no conocía pero que quiso estar presente. Vino, estuvo y dio una conferencia para alumnos de la universidad, fue muy lindo, tuvo mucha promoción en los medios, EL DIARIO se re-comportó, salió una página entera, hubo entrevistas a él, a mí, a todo el mundo. A partir de allí organizamos un ciclo que se llamó “El cine y la educación”, en donde seleccionamos películas de distintos países, épocas, géneros, pero que siempre vinculaban al cine con la educación; allí proyectamos “If”, “La lengua de las mariposas”, entre otras. Luego hicimos otro ciclo que se llamó “El cine y los jóvenes”, donde se proyectaron “La naranja mecánica”, “El muro”, “Cabeza borradora”. En el 2005 hubo algunos problemas de orden administrativo económico y no pudimos hacerlo. Este año aprovechando un homenaje a los veteranos de Malvinas que la universidad hace todos los años, lo juntamos con esto y retomamos proyectando “Locos de la bandera”, un documental de recreación sobre la posguerra. Tuvo buena acogida y fue muy duro para ellos porque nos contaban que el muchacho que daba el último testimonio en la película, se había suicidado hace poco.


- ¿Pensás que el público de Villa María es cinéfilo?
- Es cinéfilo y hay un gran movimiento; pero dentro de esta estructura que se instala hacia los finales de los ’80. Todavía hay que dar vuelta esta cosa de que la gente salga al cine. Eso no está logrado, no obstante una o dos veces al año Fernando Ateca, que es un gran colaborador del Cine Club y que está siempre dispuestos a estos proyectos, organiza la “Maratón del Cine” en el Cine Sud; en esa maratón se mueve en una semana 20 o 30.000 personas. Ahí queda demostrado que hay un público cinéfilo, pero a veces quizás por el costo de las entradas, o por cuestiones de tiempo no asiste. Yo creo que hay un público muy amplio en Villa María y en todos lados, hay que buscarle la forma de traerlos nuevamente al cine.


- ¿Cuál es el público que asiste al Cine Club?
- La pretensión personal es que el Cine Club se convierta en un lugar de acogida de por lo menos el 40% de gente que no sea de la universidad, creo que eso se consigue con el tiempo, con la difusión y con el acertar con la selección de los títulos de los ciclos. Una cosa interesante es que los alumnos no son todos de la Lic. en Diseño, sino que hay también de otras áreas; las películas se presentan, las proyecciones van acompañadas de una hoja técnica con cada uno de los asistentes y se promueve el debate que a veces lo hay y otras no. Otra de las pretensiones “subterráneas” es que se genere la vida social pos-película, a lo mejor no en la sala, sino que después en un café, en su casa... Esta previsto hacer algunas encuestas a los asistentes para conocer lo que la gente piensa y quiere. Además estamos yendo a Pilar una vez al mes y haremos lo mismo con Laboulaye, que son las extensiones áulicas de la UNVM, pero no podemos hacerlo siempre por razones de distancia y presupuesto.


- La última pregunta siempre es abierta, ¿quisieras decirle algo a los lectores de EL DIARIO CULTURA?
- Para terminar quiero decir que, de la misma manera que la prensa, en este caso EL DIARIO y su suplemento de Cultura están reconociendo las cosas que tenemos ganas de desarrollar para aportar un granito para el desarrollo y acceso a la cultura la mayor cantidad de gente posible, EL DIARIO también cumple esta función y casi doble, porque es la de difundir estas cosas. Yo siempre soy un enorme agradecido a esta contribución a la cultura hacen, una labor también cultural, nosotros también debemos aplaudir y estimular el esfuerzo de tanta gente que trabaja en la cooperativa y de otra gente que colabora, el gran labor que ello tiene; porque yo creo que sólo nos vamos a salvar si somos menos burros, y vamos a ser menos burros si somos más cultos, y vamos a ser más cultos si tenemos mayor oferta cultural y mayor difusión de las ofertas culturales.


eSPLENDORes:
Juan Carlos Torres, Ana Emaides, Rubén Jaime, Silvia Mariano y Viviana Oliva.
También colaboran: Ángel Alves, Luis Negretti, Gustavo Luque, Leandro Menaldi, Cecilia Graglia, Lucia Díaz, Santiago Muñoz, Celeste Fernández entre otros.

La invitación está hecha, todos los martes a las 20.30 en la Sala 3 del Cine Sud.

(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 28 de mayo de 2006.-

Entrevista a Mario Breuer

ENTREVISTA A MARIO BREUER



Durante la semana pasada visitó nuestra ciudad el ingeniero en sonido Mario Breuer, un profesional de renombre que ha trabajado durante más de 25 años con artistas de la talla de Andrés Calamaro, Patricio Rey, Charly García, el Cuchi Leguizamón, León Gieco, Vox Dei, Leo Masliah, La Ley, Rubén Rada y ocuparíamos toda la página si continuáramos. En estas jornadas en Villa María, Breuer se ocupó de grabar el disco del Ensamble Instrumental de la UNVM, el cual es dirigido por el profesor Luis Nani. En ese disco quedarán registradas las obras que fueron compuestas por alumnos como docentes de esa institución. Fueron jornadas completas de intensa labor, trabajando hasta el 25 de mayo inclusive, que se alivianaron con el profesionalismo y el inevitable humor de ese profesional, que manifestó a EL DIARIO irse con sabor a triunfo. Lo que sigue a continuación es parte de una entrevista que mantuvimos el día de su partida.


- ¿Cómo fueron las circunstancias que lo trajeron a Villa María?
- En realidad yo vine a Villa María hará como un año y medio más o menos o dos quizás, me habían invitado a la universidad a dar una charla, un seminario sobre producción de música y allí fue como quedó un contacto con la gente de la universidad. Me había cruzado con Luis, quien me había comentado sobre un proyecto para grabar; el año pasado se fue reflotando eso de a poco y bueno así como termine viniendo a grabar este proyecto.

- ¿En qué consiste esa tarea?
- Yo soy ingeniero en grabación, pero les vine a dar una mano con la pre-producción, hace una tres o cuatro semanas que estuve en un ensayo, escuché las obras, lo grabé y busqué los defectos que había que mejorar, y de alguna manera fuimos buscando una metodología para subsanar esos defectos, por suerte fue muy rendidor, porque yo diría que el 80 o el 90% de los problemas serios que había se solucionaron.

- Después de haber trabajado con innumerables grupos y solistas de Argentina y Latinoamérica, y con más de 25 años de experiencia, ¿qué proyectos tiene aún pendientes?
- No sé, los que tengo pendiente, básicamente son todos los que van a venir (risas). La verdad que hace algún tiempo cumplí mi sueño de adolescente y me tocó trabajar con gente increíble en condiciones increíbles, pude ir más allá de lo que fueron mis sueños. La verdad que estoy muy agradecido por eso y de alguna manera me voy enamorando de cada cosa que hago y cada vez estoy haciendo algo me parece que estoy haciendo lo mejor que podría estar haciendo en ese momento. No sé si decir que tengo deudas pendientes, pero no sé; alguno que me quedó colgado es que me gustaría grabar con Carlos Santana y con Peter Gabriel, son dos músicos con los cuales me gustaría alguna vez encontrarme.

- ¿Cómo ve la actualidad de la relación entre las productoras independientes y los grandes sellos discográficos?
- Hoy en día lo que ha ocurrido después de la debacle generada en parte por las copiadoras de cd baratas y por la difusión gratis de música por internet es que se quebró la hegemonía, durante todo el siglo pasado los artistas que sacaban discos, eran aquellos que eran elegidos por algunas pocas compañías discográficas. La verdad que en el mundo no son muchas las compañías, había siete u ocho que eran las más grandes y que decidían el 90% de la música que iba a tener no sólo una edición sino una difusión importante, quedando afuera el otro 97% de los músicos de los cuales algunos eran buenos, otros mediocres y otros malos. De todas maneras quedaba mucho afuera y definitivamente quedaba mucho afuera de lo muy bueno, entonces con esta situación donde el disco dejó de ser un gran negocio hay más espacios. Han dejado de ser los reguladores en esta industria, hoy en día es muy común las ediciones independientes, a través de sellos pequeños o independientes o a través de ningún sello, simplemente cada músico, se lo produce, se lo graba y se lo edita bajo su propio sello y lo vende en sus recitales, en algunas disquerías. Me parece que está bueno, el corolario de esta historia es que dejaron de haber unos pocos señores decidiendo que música iba a ser editada y difundida de cada país. Ahora la opción y la oferta es mucho más grande, no todos los discos que se editan son fáciles de conseguir, pero hoy en día a través de internet, sin necesidad de bajarse los temas gratis uno puede acceder a un montón de músicos y artistas que tienen sus discos a la venta y esto no hubiera ocurrido hace diez años con esos pocos señores. Todo este nuevo escenario de la industria discográfica me parece que en algún punto es muy favorable para los músicos, ya no necesitan ir por las compañías y esperar horas y horas en los pasillos a ver si alguien le dice “ok, te contratamos y podes sacar tu disco”.

- En un fragmento de su curriculum usted dice, “hacer música con buen gusto y sentido comercial es posible”, ¿por qué entiende eso?
- Porque la música va cargada de un montón de elementos. Dícese de la música comercial aquella que le gusta a la mayoría de la gente, uno puede transmitir un montón de cosas y llegar con buen gusto, lamentablemente el gran porcentaje del mercado discográfico, de la gente compra, no es gente que típicamente tengan como muy buen gusto, si no por lo general tienden a la mediocridad; sin embargo por ahí la misma gente que compra canciones, producciones o música que quizás no esté bien hecha, y no está afinado, y no está con buen gusto, pero por ahí tiene una letra con la cual la gente se identifica o una melodía que gusta. Uno también puede hacer música que está como bien hecha y bien producida con buen gusto y también tener los elementos comerciales, aquellas cosas que hacen el público se enamore de una canción. Está definitiva e inevitablemente asociado lo comercial con la “música barata”, pero de tanto en tanto aparece algún artista que hace canciones que son buenas, chicos como los Redondos que dentro de todo hacen una música que está bien, con una letra que está bien y también resulta ser comercial.

- ¿Cómo ve a la Licenciatura en Composición Musical?
- A mí me parece que está muy bien, me parece desde ya loable que exista la carrera Licenciatura en Composición Musical con orientación en música popular, porque entiendo que es la única universidad donde existe esa orientación; hay algo parecido creo que en la Universidad de Cuyo, pero no es una cosa así orientada a una carrera de música popular. Me sorprendió mucho porque vengo de grabar un montón de piezas que son de alumnos y profesores, gente que es de acá de esta institución y me parece que hay un nivel muy alto, creo que este lugar es una gran cosa (se refiere al Teatrino la sala de control): Yo no sé si se usa todo lo que se podría utilizar, tienen recursos técnicos buenos que me parece que están un poquito como desaprovechados; todo siempre puede estar mejor, pero si yo en dos días pude grabar un disco, en la semana quedaban cinco días más y podía grabar dos discos más también, y no veo que se haga y no veo que se aproveche. No creo que se hagan los recitales suficientes que se podrían hacer acá, aprovechar este lugar, ya que es una institución de peculio nacional, aprovechar para difundir la música, en principio de Villa María, los de las ciudades vecinas. El lugar está tiene luces, hay equipos de sonido, se puede grabar; o sea, esto está es cuestión de hacerlo funcionar y está la gente, hay que hacerlo andar, hay que programarlo.

- Con respecto al Ensamble Instrumental, ¿qué apreciación le merece?
- Me gustó mucho, cuando vine hace tres semanas me asusté un poquito, pero la verdad que me voy una vez más con sabor a triunfo, me parece muy bien lo que hemos hecho acá. Si bien es un disco con una producción muy particular, porque grabamos todos en vivo y en dos días, es como una cosa heroica; el resultado logrado, a pesar de recursos muy elementales, pero consistente es muy bueno. Creo que si este ensamble gracias a este disco logra conectarse con otras universidades o entidades que hagan algo parecido, yo creo que se puede empezar a mover y tendría que ser difundido, las obras están muy buenas y la performance también. Este ensamble, si hacen bien las cosas, de aquí a dos años tendrían que hacer una gira en veinte ciudades de Estados Unidos o ciudades de Europa tranquilamente, no veo porque no.

Finalmente, le consultamos sobre cual sería el próximo paso, a lo que nos manifestó con excesiva humildad que continuará un trabajo de pos-producción, pero que “no va a ser muy difícil porque la orquesta ya suena bien, hay que acomodar unas cositas y hacer que suene lindo, nada más.”
(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS el domingo 28 de mayo de 2006.-