domingo, 16 de julio de 2006

Mr. Mojo

MR. MOJO
Dos ciudades, un destino


Mucha gente es la que no se impresiona con la pintura, a otros no les llega el cine, hay quienes les indiferente la literatura y otra fracción dirá que el arte en sí no le interesa; pero hay una rama del arte de la cual nadie puede estar ajeno, y esa es la música. ¿A quién no le gusta la música? Esa habilidad de combinar sonidos que nos pide la mano para sumergirnos en un viaje de alegría, de dolor, de amor, desazón, y tantos otros sentimientos que ella nos activa.
Retomamos hoy el camino de seguir mostrándoles grupos musicales de esta ciudad que están realizando su aporte para Villa María y para la música en especial. Lo hacemos con una de las bandas que más repercusiones tiene a nivel nacional; hablamos de MR. MOJO.

Mezcla cordobesa y rosarina (claro ejemplo de que la música no conoce de fronteras), es la fórmula con que está compuesta esta agrupación. La misma lleva dos discos grabados, BASTA (2002) y ALGO SAGRADO (2005) los que los ha llevado a tocar en todas las direcciones del país, participando en numerosos programas de radio y TV y compartiendo escenario con León Gieco el 24 de marzo en Plaza de Mayo ante un marco de 50.000 personas. Recientemente el sello Todo Latinoamérica editó la continuación de su tributo a Andrés Calamaro, donde con la voz de Gieco y música de ellos interpretaron “Algún lugar encontraré”; tema que originariamente apareció en la película Caballos Salvajes. Osqui Amante fue el encargado de registrar esta joyita en el mes de marzo en el Estudio del Arco, donde grabaran su último disco.
Otros proyectos en los que están trabajando, son la edición de un CD y DVD de su última presentación en el Teatro Verdi en 2005, que incluiría la actuación en vivo, más una mini clínica de armónica, percusión y batería; además de los video clips y sus backstages.
Jugando al fútbol se los verá próximamente en canales como Much Music o CM, cuando el esférico comience a circular en “Cada camino es igual”, segundo corte de ALGO SAGRADO y segundo video de esa misma placa. Los muchachos se las verán en un picadito, nada más y nada menos que con el equipo de Eber Ludueña, quienes, literalmente, irán con los tapones de punta contra la agrupación musical. Claus Miller, quien ya es el encargado de lo que es toda la parte gráfica (diseño, fotos y videos) continúa aquí con un trabajo que sorprenderá a más de uno.
Oyendo los discos de MR. MOJO uno corrobora dos cosas: que está escuchando una banda que suena bien; y la otra, consecuencia de ésta (o antecesora), que sus músicos son excelentes profesionales. Ellos ejecutan sus instrumentos de manera impecable, y la razón la puede encontrar si uno se toma el trabajo de revisar sus extensos currículos. Podríamos decir que su estilo folk rock, quizás mamado (entre otros) de Gieco; aunque ellos prefieren definirse como “una banda de rock, con una amplia variedad de estilos. ¿Se puede definir lo que hace Árbol? ¿Se puede definir lo que hace Paul McCartney? Hacen música, ambos hacen muy buena música, hay quienes la consumen y quienes no, el encasillamiento es contraproducente y es ajeno a la música de hoy en día y de todos los tiempos. Los Beatles no hacían sólo rock; alguna vez los seguidores de Green Day pensaron que podían hacer una balada tan linda con guitarra acústica como el tema "Good for you life". Por otra parte, siempre vamos pasando etapas, y eso te ayuda a crecer, personalmente y musicalmente; pero tal vez los cambios se noten más en la música que en nosotros mismo. Ahora creo que estamos un paso adelante que ayer y proyectando muchas cosas para el mañana y eso es lo que hace interesante esto. Hay cosas que salen y se dan y otras se caen, entonces el tiempo te hace aprender a no agarrarte de nada y tener los pies sobre la tierra, estamos en el camino que vamos abriendo; ni más arriba ni más abajo.

–A lo largo de todos estos años la agrupación se ha transformad, ¿cuál es la razón?
–Los cambios que se produjeron en la banda fueron, de algún modo, por diferencias de criterios e ideas al momento de compartir lo que comparte cualquier banda. Había una necesidad de crecer que se veía interrumpida y eso creo que afectaba el proceso de la banda. Los cambios siempre fueron de bajista y baterista, porque el guitarrista Pepo Lucero decidió dar un paso al costado, por no poder seguir el ritmo de la banda; con Pepo tenemos una gran afinidad porque es una excelente persona y un gran compañero con el que da gusto hacer música.

–¿Cómo vive el grupo las críticas internas y externas?
–Las críticas siempre van a estar, porque es una consecuencia de estar haciendo siempre cosas, es difícil conformar a todo el mundo en el modo de proceder o también en lo musical; así que las críticas que más nos importan son las nuestras y en base a eso, cuando nos juntamos a ensayar, tratamos de pulir los errores. Recibimos buenas críticas de ALGO SAGRADO, Kleiman de la Rolling Stone nos hizo una linda nota en su programa de radio y dijo que el disco era muy bueno y que tenía un sonido muy particular, que la propuesta era diferente y eso estaba bueno. Para nosotros ese comentario es suficiente, teniendo en cuenta que viene de una de las personas con mayor información del rock nacional.

–En relación a los ensayos, ¿dónde se realizan, están programados?
–Nos juntamos y hacemos ensayos largos, de muchas horas, tenemos una sala que es de Javier y ahí ensayamos, tratamos de armar el show e ir cambiando el repertorio. Nos gusta charlar mucho, debatir ideas, somos muy tranquis al momento de laburar.

–¿De qué manera se las arreglan con la cuestión financiera?
–Cobramos un cachet por nuestros shows, a veces se gana a veces se pierde, otras tantas se invierte; se puede ver como un negocio porque en determinado momento se convierte en eso, en un gran negocio, podes elegir ser parte o no.

–La familia, el trabajo fuera de la banda y la demás responsabilidades, ¿cómo “afectan” en la tarea musical?
–La familia no afecta en absoluto, ya que sin la familia no podríamos haber hecho ni el 1% de lo que hicimos y en cuanto al trabajo, siempre damos gracias a quienes nos dan la posibilidad de crecer permitiendo las faltas cuando hay compromisos importantes.

–¿Qué músicos de su entorno más cercano admiran?
–Hay muy buenos músicos, es interesante la propuesta de Enrique Aiello, los chicos de Cielo Razzo son amigos y nos encanta lo que hacen, Pablo Cordero es un tipo súper talentoso, Gastón Pérez tiene una propuesta muy interesante que habría que difundir mas, Beodo es una banda de rosario muy buena.

–¿Qué lugar de la música quieren ocupar?
–Querer ser parte de la historia de este rock nacional y creo que de algún modo lo logramos, hace un tiempo grabamos un tema para un disco tributo a Andrés Calamaro, ese tema lo canta León Gieco y nosotros lo instrumentamos y grabamos coros, etc… Ese disco (que ya salió) va a ser clave en la historia del rock nacional y nosotros vamos a estar ahí…

–¿Es posible pensar que el rock tenga algún mensaje o sólo es la estética lo que debe importar?
–No sé a que tipo de estética te referís, pero todo género musical tiene un mensaje, y cada uno capta las cosas a su modo. No creo que para ser rockero tengas que andar vestido de negro, o lleno de tachas, o sucio, o ser un drogadicto o estar tomando cerveza a las cinco de la tarde. El líder de una de las bandas de rock más importantes del país demostró todo lo contrario, me refiero al Indio Solari.

–Para concluir, ¿cuáles creen que son las razones por las que en la actualidad hay tantas bandas musicales de adolescentes y jóvenes?
–Porque cada vez son más los pibes que se vuelcan al arte, en este caso a la música, es una forma de expresarse. No queremos generalizar, pero si te pones a pensar, entre un pibe que tiene que ir a jugar al fútbol y está el viejo del otro lado del alambrado gritándole como tarado delante de todo el mundo y tocar en una banda donde la gente puede admirarte y brindarse con un aplauso, creo que la elección es obvia.


MR. MOJO
– Ficha técnica –

Javier Allende: batería y coros.
Marcelo Gallego: bajo.
Pablo “Bonzo” Morelli: guitarras, dobro y coros.
Ariel “Chino” Funes: sintetizadores, hammond B3, piano, programación y coros.
Alexis Verde: guitarras eléctricas y acústicas, quenas, dulcimer y coros.
Fabricio Rodríguez: voz, armónica, guitarra acústica y eléctrica, coros.
Carlo Seminara: percusión.

Discos: BASTA (2002), ALGO SAGRADO (2005), colaboración con “Algún lugar encontraré” en CALAMARO QUERIDO 2 (2006) junto a León Gieco.

Info de contacto: http://www.mrmojo.com.ar/



CADA CAMINO ES IGUAL
Letra y Música: Fabricio Rodríguez
“Esta es para vos NEGRO”

De dónde vienes o quien sos
y a dónde vas por qué se apaga tu luz y
a tu alrededor no brilla nada.
Solo fuimos un sueño que se perdió
en la oscuridad, no hay comienzo no hay final,
si hasta tu sombra hoy te llora.

Pero no importa quien te lleva o quien te trae
Quien alivia tu dolor, no importa no.
Pero no importa quien te espera al final
Si cada camino es igual al anterior.

Toma mi mano, inventa un lugar en tu cabeza
que te haga olvidar. Es que quiero perderme
en un mundo nuevo, es que quiero escapar.
Escribe allá en el cielo un verso nuevo que
lo voy a cantar. Si supieras lo que se
siente estar en mi lugar.
(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 16 de julio de 2006.-

Diccionario de la Injuria

UN LIBRO DE PUTA MADRE
Diccionario de la injuria, por Sergio Bufano y Jorge S. Perednik, Losada, Bs. As., 2006, 283 páginas.

A leer estas líneas usted me está dando la razón, con la idea de que las “malas palabras” atraen. Lo hacen porque están “prohibidas” por la sociedad, son negativas y repudiables. Si la comunidad hablante no las considerara tabú, seguramente usted no hubiese llegado aquí y el libro no existiría; píenselo bien, hay una especie de reto y atracción en todo aquello que está reprimido por la sociedad y lo que se logra con este accionar es todo el efecto contrario, se potencia el deseo de llegar a eso que no se puede obtener por la vía legal. Con las “malas palabras” sucede lo mismo, piense en los niños que son los que más rápido captan el sentido de esos vocablos, aún sin entender su significado.
Recuerdo vagamente mis épocas de primaria donde mi maestra sentenciaba: “toda palabra que figura en el diccionario, no puede ser nunca una mala palabra”, y esto a cuenta de discusiones que teníamos con nuestros padres y el término “culo”. Así internalicé esa frasecita que me sacaba de apuros en este tipo de situaciones. Ahora, si mi maestra sigue en las aulas, creo que el libro que presentamos a continuación la va a hacer cambiar de parecer y deberá extirpar esa oración enquistada; porque de lo contrario se llevaría una gran sorpresa.
Bufano y Perednik han tenido la ingeniosa idea de reunir durante cuatro años todas aquellas palabras que en su amplia mayoría conocemos y que utilizamos en ciertos momentos de ira, de felicidad y demás. Lograron acumular más de 3.000 insultos rastrillando las expresiones de todos los países de habla hispana. Pero la hazaña de estos intelectuales no culmina aquí, sino que aplican sus amplios conocimientos de lecturas ficcionales al presentar más de 150 citas literarias de autores españoles y latinoamericanos. Este toquecito de distinción hace más corroborable las palabras y las muestra en plena actividad.
Aunque parezca trivial, la cuestión es mucho más compleja; ya que como afirman los autores, una palabra puede ser insulto o no, dependiendo del contexto y la relatividad cultural. Aseveran, que todas las palabras son potenciales insultos y que estos extraen su materia prima de los temas de la sexualidad, los animales, entre muchos otros. Consideran al insulto como una descarga de energía contra alguien, algo o sí mismo; y que depende de quien lo diga, cuando y como pueden transformarse en ofensivas.
¿Son necesarias las malas palabras? Seguro, todo el mundo las emplea, hasta la crema de la crema no está exenta de deslizar una puteada cuando algo les sale mal. Además, coincidimos con los autores al decir que es bueno conducir nuestra bronca o malestar por el vehículo de la palabra, que es mucho mejor que pasar al plano de la violencia física.
(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 16 de julio de 2006.-