domingo, 29 de abril de 2007

Fabián Polosecki, el eterno buscador

FABIÁN POLOSECKI
EL ETERNO BUSCADOR


* Las citas son de Fabían Polosecki exponiendo en Rosario en 1994


Colmado. De esa manera se podría sintetizar el estado en el que se encontró el Plateau de la Lic. en Diseño y Producción Audiovisual (UNVM) el pasado jueves por la tarde. Más de cien personas se dieron cita para participar de lo que llamaron “Jornada de Reflexión: El Periodismo Televisivo en Argentina. Fabián Polosecki y su lectura de la realidad”.
Los periodistas bonaerenses Ignacio Portela y Hugo Montero fueron los invitados por las cátedras “Diseño y Producción Audiovisual III” y “Perspectivas Teóricas de la Comunicación Audiovisual”, para que disertaran sobre este personaje de los noventa que dejó su impronta en el periodismo televisivo. Portela y Montero son los autores del libro “Polo: El Buscador” en el que exponen su investigación sobre la vida y obra de ese joven que hizo trasnochar a más de un televidente de la vieja ATC.
Diez años pasaron desde que Polosecki decidió arrojarse a las vías de un tren, el 3 de diciembre de 1996; pero seguramente usted lector, recordará quien fue Polo. Ese muchacho de pelo corto, cigarro en sus dedos y que caminaba con su campera negra por los lugares más recónditos y comunes de Buenos Aires. Yo no veía el programa, pero aún resuena en mi cabeza la voz de mi madre hablando de ese “tipo del programa raro” como solía decirle. Y es verdad que el imaginario social lo tenía como un tipo raro, oscuro quizás; pero Fabián Polosecki tenía luz propia, la que le permitía “ganarse” a la gente con que se topaba.

“Para nosotros hay un programa cuando hay un mito, no una información. Hay un programa cuando se dice que en Buenos Aires hubo buscadores de oro en las cloacas y es nada más que una sospecha, pero se encuentra al hombre que efectivamente busca oro allí y entonces ese hombre se convierte en una suerte de metáfora.”

La irrupción de Polo en la televisión fue con “El Otro Lado” en 1993 y extendió ese ciclo hasta 1994, al año siguiente lanzó lo que se denominaría “El Visitante”; ambos trabajos se ocuparon de darle la voz a los que no parecían tenerla. Personas comunes, como sus vecinos, el estibador de un puerto, los basureros, las prostitutas, los empleados de un matadero y toda esa gente aparentemente anodina.
Básicamente el desarrollo de esta actividad de extensión universitaria consistió en la proyección a pantalla gigante de un programa del ciclo de “El Otro Lado” y posteriormente de “El Visitante”, para luego dejar el espacio abierto a todas las consultas que pudiesen surgir por parte de los asistentes; entre los que se encontraban alumnos y docentes de distintas carreras, profesores, periodistas y público interesado.

“Hay algo peor que la angustia de la página en blanco. Algo peor que no tener ninguna historia que contar: es haber oído demasiadas, y no poder olvidarlas.”

Estas muestras fueron más que representativas de la manera de trabajar de Polosecki y de todo su equipo, que se componía principalmente de amigos de la facultad, noveles literatos y estudiantes de cine. Su programas, que tenía en su momento sus detractores y sus seguidores, emergieron en medio de un bombardeo de propuestas simplistas y pasatistas que pululaban (y hoy aún más) en la televisión argentina. Era una época donde la TV por cable estaba naciendo, donde el zapping empezaba a practicarse cada vez más y donde los que gobernaban la “caja negra” se ocupaban de buscar la gracia ridiculizando a la gente. En ese panorama de modorra, Polo arremetió con su ciclo que tajó la grilla televisiva con su estética muy particular. Su manera de trabajar se basaba en el total respeto (ver artículo de María Elena Ferreyra), encontrándose con los personajes más disímiles y aparentemente comunes, para entrevistarlos y por sobre todo ESCUCHARLOS. Su carisma personal lograba que se reuniese con las personas que desconocía y que éstas le abran su vida para él; pero nunca buscó el efecto, sino que toda esta gente común mostrara quienes eran, donde vivían, cuáles eran las cosas que les preocupaban...

“Para nosotros hay un programa cuando hay un mito, no una información. Hay un programa cuando se dice que en Buenos Aires hubo buscadores de oro en las cloacas y es nada más que una sospecha, pero se encuentra al hombre que efectivamente busca oro allí y entonces ese hombre se convierte en una suerte de metáfora.”

Luego de la proyección de los programas, donde el público respeto con sus silencios o acompañó con sus risas cuando la ocasión lo ameritaba, llegó el turno de dialogar con los invitados que respondieron a cada una de las preguntas de manera satisfactoria lográndose un productivo feedback entre los presentes y los asistentes. Los jóvenes alumnos, que en general se encontraron por primera vez con los programas de Polosecki, se mostraron muy interesados en los mismos y consultaron durante una hora detalles de la vida del periodista, de sus temáticas, de la estética que predominaba en los mismos, de los problemas técnicos con lo que se encontraban para realizar el ciclo, etc.
De esa manera cerró una jornada amena e interesante que le permitió a los asistentes vivir (para la mayoría) y revivir (para algunos otros), las producciones de hace una década atrás que marcaron la televisión argentina y que dejaron un legado para los futuros trabajadores de la TV como lo son los hoy alumnos de la renovada Lic. en Diseño y Producción Audiovisual.



RESPETO
Por Prof. María Elena Ferreyra

Este jueves tuvimos la oportunidad de profundizar y reflexionar en torno al trabajo periodístico de Fabián Polosecki.
Alrededor de 120 personas participaron de este evento. Alumnos y ex alumnos de la carrera, estudiantes de otras carreras y de otros centros de formación de la ciudad. Para que este encuentro fuera posible, fue imprescindible el aporte del Instituto de Ciencias Humanas de la UNVM y la colaboración de alumnos y docentes de la carrera.
La mirada periodística de Polosecki fue y es paradigmática. Si bien lo rodeaban condiciones de producción particulares, en medio de los cuales podía planificar y trabajar con exclusividad –junto a un buen equipo- en la realización semanal de sus programas, logró una estética periodística poco habitual en aquellos y en estos tiempos.
Entrevistar es un arte, eso lo saben los periodistas, los estudiantes y lo sabe el público, para quien una entrevista puede ser un fascinante viaje al mundo interior de un desconocido conocible o un frío diálogo sin mucho interés del cual el telespectador se eyecta con el control remoto.
Hay en Polosecki un trabajo prolijo, humilde y grande a la vez. Encontrarse con otros en una entrevista y hacer de ese diálogo un momento mágico y de contemplación, es un mérito. El otro, los otros, las personas que son entrevistadas aparecen en una dimensión compleja y completa a la vez y la sensación que experimenta el telespectador es que esas personas recorridas por “El Otro Lado” y “El Visitante”, son bastante parecidas a lo que se ve de ellas en la pantalla.
Probablemente haya algo de un primer abordaje al reality, algo de documentalismo antropológico y mucho de talento.
La comparación es casi inevitable. Ciertos programas actuales interesados también por la realidad y la vida de sujetos anónimos, pero con vidas nombrables, suelen apelar al marcado recorte elíptico, al efecto de posproducción que busca el ridículo y la risa como primer objetivo. Y también están aquellos que apelan al acercamiento de la cámara cuando la voz del entrevistado se entrecorta y aparece una lágrima valiosa. Son estilos distintos, que obedecen también a contextos de recepción distintos en los que los espectadores y el rating determinan en un mes, la vida de los programas, aún a costa de la exacerbación de lo promiscuo y de lo satírico.
Tal vez sea una aspiración romántica y a contramano de los tiempos y los recursos televisivos, pero revalorizar la actitud de quien trabajó el periodismo audiovisual casi artesanalmente bajo la premisa del respeto, aún haciendo televisión –con todo lo que de irrespetuoso porta intrínseca-, sea probablemente poner énfasis en cierto fundamento que todavía se puede enseñar y aprender: el respeto.
Respeto al otro que se brinda a las preguntas; respeto al propio trabajo, en una puesta compositiva y narrativa cuidada y atenta; respeto al espectador, primer y último objetivo de esas búsquedas, de las que tanto Polosecki como todos los que intentan comunicar sus ideas y sus miradas sobre el mundo tienen como límite, como puente, como fin.



FICHA TÉCNICA DE LOS EXPONENTES
HUGO EDUARDO MONTERO

Edad: 30 años
Títulos: Licenciado en Periodismo por la Universidad Lomas de Zamora (1999).
Colaboró en: Le Monde Diplomatique, Lezama, 5 Sentidos, Sudestada, El Espejo, entre otros.
Publicaciones: En noviembre de 2005 publicó “El periodismo urgente”; una recopilación de textos de varios periodistas y “Polo: el buscador” conjuntamente con Ignacio Portela.
Otras actividades: Docente de taller de periodismo. Actualmente cursa la Lic. en Letras


IGNACIO PORTELA
Edad: 28 años
Títulos: Licenciado en Periodismo por la Universidad Lomas de Zamora (1999).
Colaboró en: Nómada, Lezama, 5 Sentidos, Sudestada, El Espejo, entre otros.
Publicaciones: “Polo: el buscador” conjuntamente con Hugo Montero.


(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 29 de abril de 2007.-

jueves, 19 de abril de 2007

Quilmes Rock 2007

Luego de cuatro días cerró el festival de rock más grande del año
QUILMES ROCK 2007


Texto de Darío Falconi
Collage digital de Robinson Ríos



El domingo finalizó uno de los eventos musicales y artísticos más esperados y memorables del año. La cereza del postre vino de la mano de Aerosmith, Velvet Revolver y Evanescence, quienes fueron los encargados de ponerle el punto final a esta edición del popular festival porteño.

Durante cuatro jornadas consecutivas el estadio de River Plate albergó a miles de hinchas en donde se desarrolló el mejor partido del año: el Quilmes Rock 2007. Allí no había equipos disputándose una copa, y si los había todos bregaban para obtener el mismo resultado, la música tenía que ganar.
Así fue, habían pasado tres años desde que este evento no se realizaba en Capital Federal y la espera fue más que valedera.
¿Cuáles fueron las características principales de este mega-evento? Lo más destacable fue el emplazamiento de un escenario de cinco toneladas por donde desfilaron veinte bandas nacionales e internacionales, un sonido con 450.000 watts de potencia, cinco pantallas de leds donde uno podía apreciar lo que se estaba viviendo en el escenario que ostentaba impresionantes luces en estructura arácnida; pero la carnada más tentadora para el mordisco del público fue la visita de grandes bandas internacionales que pisaron por primera vez el país o hacía décadas que no lo hacían.
Desde las primeras horas del día la cola de fans era más que visible, llegando a ocupar más de 10 cuadras para esperar la apertura del Monumental. Mientras uno aguardaba ese momento, se percataba de que el público que estaba presente era de los más heterogéneo, desde los que venían a ver a Velvet Revolver con sus remeras de Guns N’ Roses; o el estilo dark de los que querían presenciar el show de Amy Lee (en su mayoría jóvenes que promediaban menos de 20 años); hasta las tres generaciones que querían disfrutar nuevamente con el show de Steven Tyler (que se olvidó de traernos a Liv), Joe Perry y toda su tropa.

· PASOS AL COSTADO
La grisácea tarde de domingo dio inicio con la presentación de los representantes locales; por un lado “Turf”, que se incorporaría tardíamente a la grilla de artistas para ese cuarto día; por el otro lado, los “Ratones Paranoicos”. El primero de ellos, intentó romper el hilo destilando sus canciones reversionadas y sus hits de FM, pero con resultado adverso; el público no hizo más que silbarlos, insultarlos y mostrarse completamente intolerante contra la banda liderada por Joaquín Levinton, quien le preguntaba asombrado al público el porqué no gustaba lo que hacían. Su voz estaba rota, arrastrada, quebrada por la mitad y no ayudó la soberbia con la que pretendía ganarse al público.
Absolutamente todo lo contrario sucedió con nuestros Rolling Stones locales, Juanse y los suyos hicieron saltar al público que hasta ese momento estaba inerte. Si bien es cierto que la gran mayoría de los espectadores no fue ese día a ver a nuestras bandas, fue admirable presenciar como el público los siguió, los cantó y los aplaudió. Los “Ratones Paranoicos” dieron un show donde desempolvaron temas de su larga carrera, fue un viaje de recuerdos y de alegría. Uno de los flashes que uno recordará de este Quilmes es el de ver a Juanse trepando por las columnas de sonido y avivando al público no sólo del campo, sino de las tribunas y plateas.

· REVÓLVERES EVANESCENTES
Polleras al estilo escocés, altos borsegos negros y musculosa del mismo color; ese fue básicamente el vestuario de la señorita Amy Lee que muchos seguidores y no tan seguidores recordarán de esa noche. Así salió a escena Evanescence, atravesado por estridentes ruidos de guitarras y poderosos golpes de percusión. Su lista de temas incluyó éxitos de “Fallen”, según ellos su primer disco (aunque hubo uno anterior) que vendió más de 14 millones de copias alrededor del globo. Algunos de los temas que el público ovacionó fueron “Lithium”, “Call Me When You´re Sober”, “Brig Me To Life” o “Going Under”.
Es sabido ya que el público argentino es uno de los más sublimes para recitales de esta característica; Slash lo dijo en varias oportunidades y después de presentarse junto al Scott Weiland y los “ex Guns N’ Roses”, no creo que haya cambiado de parecer. La banda yanqui de hard rock, arremetió con su rock duro demostrando que son excelentes músicos; sin embargo su estilo no termina aún de convencer del todo y muchos fans quieren volver a ver sus “Guns N’ Roses” y sus “Stone Temple Pilots”.

· NO QUIERO PERDERME NADA
Pasado el horario de protección al menor y luego de una espera de ensayos y pruebas que parecían interminables, quizás por el calor sofocante y la falta de aire que sentíamos los que estábamos pegados al escenario, se oscureció el estadio y el quinteto de Boston desplegó sus alas. Aerosmith otra vez entre nosotros regalándonos su experiencia de más de 30 años y la juventud de sus miembros cuyo promedio supera los 50 años. Desde el inicio explosivo con “Love In An Elevator”, los Toxic Twins (gemelos tóxicos, los llamaban por su adicción a las drogas) enloquecieron al público. La voz de Steven Tyler que pos operación de garganta sigue estando intacta y resistente a las locuras y los gritos que el líder de la banda ya nos tiene acostumbrado. Sin descanso alguno y con sus trapos colgando de su micrófono recorrió el escenario de lado a lado y de principio a fin; revolcándose en el suelo y bailando como sólo él sabe hacerlo. Su compañero de fórmula, que estaba vestido de rojo y negro lo acompañó a cada momento y hasta nos regaló “Stop Messin’ Around”, para luego terminar arrojando su guitarra al suelo y apalearla como ya es costumbre en sus shows. Tom Hamilton, Brad Whitford y Joey Kramer siempre estuvieron aunque brillaron en algunos momentos en particular.
Lo de Aerosmith fue una maquinaria de hits, como se dijo por ahí; y es que no faltaron “Crazy”, “Cryin’”, “Dream On” y una “I Don’t Want To Miss A Thing” cantada a dúo por Tyler y el público.
En definitiva, Aerosmith no hizo nada nuevo, su despliegue se basó en sacar éxitos escala-top-tens de todos los tiempos, desde su primer disco de 1973 hasta su producción más reciente; pero está claro que cuando una banda es clásica... es clásica y la fuerza con que arrasaron en esa noche de sofocante calor y humedad no será olvidada por muchos y por mucho tiempo.
Se fue el Quilmes Rock 2007, pero no cabe duda de que el ciento y tanto de miles de espectadores que asistieron durante las cuatro noches van a festejar largamente este tremendo golazo que sacó campeones nuevamente al rock.
(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS el jueves 19 de abril de 2007.-

domingo, 15 de abril de 2007

Entrevista María Eugenia Fiorenza y Carlina Segre

Reportaje a las realizadoras de
NUESTRA ALHAMBRA
documental sobre el ex Teatro Social y Cine Alhambra


Entrevista de Darío Falconi
Foto de entrevista por Julio Lépore


Cuando uno observa algunas de las imágenes que publicamos en EL DIARIO Cultura de hoy, no es de extrañar que nos interroguemos a sí mismos sobre qué lugar del mundo estamos apreciando, y esta aseveración sin exageramiento alguno. Más de un lector se sorprenderá al saber que esta hermosa infraestructura dotada de bellas pinturas arabescas en viejos tonos rojos, azules y dorados está aquí en Villa María, precisamente donde se emplaza el Asociación Española de Socorros Mutuos (AESM), al lado del Consejo Deliberante.
Esta obra se inauguró el 20 de abril de 1935 con el estreno de la película “La viuda alegre” y fue muy emotivo para los habitantes villamarienses que disfrutaron del filme en un recinto diseñado magistralmente por el arquitecto Francisco Salamone y decorado con la primera obra mural del genial y memorable Fernando Bonfiglioli.
El Teatro Social o más conocido como el Cine Alhambra vino cubrir una de las necesidades de un pueblo ávido de cultura, tal es así que en las sucesivas proyecciones, y como lo atestigua uno de los poquísimos documentos escritos conservados (Revista de la AESM, AñoIV, Nº43, Abril de 1935) “obligó a usar el cartelito de ‘no hay localidades’”.
Ese es el recuerdo que tienen las personas que vivieron esa época y que les dejó impreso en sus cabezas y corazones la magia de un espacio único. Luego, con el tiempo, el cine cerraría sus puertas y la hermosa casona de calle Mitre 87 comenzaría a caerse y descuidarse.
Contra esa adversidad, un grupo de alumnos de la UNVM que descubrió el lugar por accidente se puso manos a la obra y editó en 2006 un documental donde, previa una ardua investigación, muestran las distintas etapas y facetas de este lugar que es patrimonio cultural de nuestra ciudad y la región.
EL DIARIO Cultura dialogó con las responsables del proyecto, fragmentos de ese encuentro es el que reproducimos a continuación.

EDC: -¿Cómo se les ocurrió la idea de realizar este trabajo?
CS: - Nosotros cursábamos la materia “Actividad física y deporte” en la parte superior de la AESM y un día, mientras subíamos vimos un lugar increíble que estaba todo oscuro y nos encantó; a veces con mi novio tomábamos fotos con flash, para ver bien lo que era, hasta que fuimos a conocerlo. Estaba pintado con arte islámico muy similar a Alhambra y nos llamó mucho la atención un lugar así en Villa María. Empezamos a ver que la gente de acá no lo conocía, la misma gente de la AESM nos decía que por ahí iban chicos de la secundaria pero que no era muy difundido.
MEF: - Yo también tuve la misma experiencia que ella cuando subía por las escaleras del lugar y me preguntaba, ¿Qué es eso? Entonces le consulté a mi papá y él me respondió que era el Cine Alhambra, pero más que eso no me dijo porque era un cine que se había cerrado en los ’70; un lugar que se le empezó a dejar de dar importancia y empezó a caer en un descuido total. La idea que tuvimos era hacer un documental para que sea conocido y se lo valore como patrimonio cultural; si la gente no lo conoce y no lo valora corre peligro de que se pierda. No hay documentos, hay muy pocas fotos que la deben tener gente en particular, pero en la ciudad no hay un archivo histórico, no hay un registro cultural donde se diga acá están las fotos del lugar... la intención también es ir creando documentos para que esto no se pierda.

EDC: -¿Con qué dificultades se toparon para recolectar información?
CS: - Comenzamos a buscar información pero no había nada. Nancy, la secretaria del lugar nos permitió entrar en el archivo de ellos y revisar muchísimas actas, una tarea lenta; pero también buscábamos en la fecha en que se había inaugurado y en realidad no encontramos nada, porque seguramente ellos han hecho una carpeta pero que se perdió. Por lo tanto toda la información que pudiésemos conseguir era la obtenida del boca en boca. Empezamos a buscar gente que conocían a los protagonistas de aquella época y que ahora son gente mayor. Entonces, como queríamos hacer un documental sobre la historia del lugar no podíamos hacerlo porque no teníamos fuentes que nos avalen. Intentábamos hacer un trabajo histórico, ya que la historia se había perdido, queríamos que quede un registro; porque esta tarea es digital, vos lo dejás y en 100 años sigue, queda permanente, queda inmortalizado. Veíamos el riesgo de un lugar que estaba declarado patrimonio cultural, que no se estaba cuidando, eran cosas que se pierden en la historia de Villa María. La intención es que el lugar se proteja como patrimonio cultural, que el documental sea una herramienta; seguía esa intención pero iba a ser un poco más informal, hablar con los entrevistados que nos cuenten la historia... De ahí salió la idea de hacer ese clip donde el locutor habla como si fuera un registro de voz de radio de la época. El papá de María Eugenia fue el locutor, los chicos del sonido le dieron efecto y hasta las fotos se retocaron.

EDC: -¿Qué otros archivos revisaron?
CS: - Fuimos a la Universidad Popular y hablamos con Jesús Chirino para consultar si encontrábamos algún documento no importa si viejo o reciente; pero no se encontró nada. Nos dijo que revisáramos en algunos libros pero tampoco encontramos; lo único que hallamos, que fue facilitado por alumnos de nuestra carrera, un trabajo sobre todos los cines de Villa María donde pudimos rescatar algo. Luego de un libro de bocetos que posee Nella (la hija del pintor Fernando Bonfiglioli) un libro personal donde el artista iba relatando todos sus trabajos y vivencias. Allí encontramos un documento de la revista de la AESM cuando se inauguró el “teatro social”; él la cortó y la pegó en este libro. Había también un par de fotos chiquitas, que son las únicas fotos que quedan de como era el lugar; pero en general esa era toda la información “oficial” con la que contábamos. Un día Hugo Las Heras estaba rasqueteando y nos dijo que le parecía que debajo de la pintura que había le parecía que estaba pintado abajo; efectivamente era así. Hay un momento en el video donde se comparan una fotografía reciente y una de la época y se ve claramente como estaba pintado hace años atrás. Las Heras terminó de restaurar las tres paredes y lo hace prácticamente ad honorem, cobra sólo los materiales. Primero pasó un fijador porque cuando el llegó al lugar, podía pasar la mano y te quedaba la pintura en los dedos, dado que estaba pintado con clara de huevo y se borraba. Es un trabajo invisible, porque debe dejar todo como estaba antes, no es que él esta haciendo su propia obra, tiene que encontrar los pigmentos que sean iguales. Él está todo el tiempo con la parte que ya tiene humedad, que tiene la pared descascarada, de allí se llevaba muestra de pared para sacar los colores.

EDC: -¿Qué tiempo les demandó la realización completa de este trabajo?
MEF: - En siete meses y bastante tranquilo, porque el grupo era muy ameno; en un grupo de nueve, todos los roles estaban cubiertos y no demanda tanto esfuerzo como un trabajo de guión y escrito. La investigación era la parte más lenta y ardua, lo demás solo era ir y filmar. Con la gente prácticamente fue unir eslabones porque todos los que en aquel momento eran niños, ahora son gente grande.
CS: - Fue unir eslabones, porque cuando interrogábamos, nos decían “Vayan a hablar con Gómez el peluquero”, y nosotros les preguntábamos, “pero... ¿cómo se llama? ¿Dónde vive?” y nos contestaban “pero si es conocido, ustedes pregunten por Gómez, el peluquero y lo van a encontrar” (risas). Entones teníamos que salir por toda la ciudad a buscar a Gómez el peluquero y así. Esa era la gente que buscábamos, gente que tenía esos relatos maravillosos de la época.
MEF: - Para colmo, preguntábamos y tal persona tenía este problema de salud, la otra persona tenía otra cosa... Entonces se nos dificultaba más la cuestión. De toda esa gente fuimos entrevistando y seleccionando.
CS: - En el documental aparecen tres entrevistados, pero fue muchísima la gente con la cual hablamos, para ver la información que teníamos, buscar analogías, similitudes y armar la historia como debería ser con esos relatos que por ahí se contradecían y de allí tomar las personas más relevantes para que aparecieran en el trabajo.
MEF: - Lo bueno de esto es que estaban todos de acuerdo en que el lugar es importante, que era un lugar desperdiciado y que se debía hacer algo, entonces tenían las ganas; pero por ejemplo Nella nos tenía que hablar de su padre; Carlos Pajón nos hablaba de la arquitectura en sí y Las Heras nos habló del estado en que estaba, que lo movió a hacer el trabajo, nos contó la historia porque era la persona que más sabía sobre la historia del lugar...

EDC: -¿Cómo llegó el reconocimiento en la revista GUÍA REGIONAL DE LA CONSTRUCCIÓN?
MEF: - Mi familia tiene un amigo (Eduardo Cancé) que está dentro de la comisión del Colegio de Arquitectos, entonces yo le dije que quería alcanzarle el video porque consideraba que era de suma importancia para la cuestión arquitectónica e histórica de la ciudad y se interesó mucho. Luego recibimos una carta que el trabajo estaba muy bueno que iba a quedar en la biblioteca del lugar. Un tiempo después llegó Eduardo y nos entregó un ejemplar de la revista donde salíamos en tapa. Tuvo repercusión porque nos llamó un arquitecto de Bell Ville para invitarnos a dar una charla al respecto, sólo con leer la revista y sin ver el video ya se había entusiasmado.

La entrevista continuaba y el entusiasmo también provenía de ellas a medida que sorteaban las preguntas que el periodista les arrojaba; entusiasmo también cuando nos adelantaron que están haciendo las gestiones para que el documental se proyecte en la AESM para todos sus socios y la gente interesada. “La idea es hacer una muestra donde se venda el documental y que parte de las ganancias quede allí para que se continúe con las tareas de restauración y conservación” de este inmueble que es patrimonio cultural y que necesita de la gente.
Estos alumnos, ya profesionales, pueden estar más que satisfechos con el trabajo realizado y la comunidad villamariense debe agradecer este gesto y apoyar esta contribución a su cultura e identidad.



EQUIPO TÉCNICO Y REALIZATIVO
Título: Nuestra Alhambra
Duración: 20:53 minutos
Dirección: Carolina Segre y María Eugenia Fiorenza
Producción: Eliana Villalba, María Gabriela Vera y Mariana Britos
Fotografía: Lucrecia Rasseto y Ramiro Carrera
Sonido: Walter Carrera y Marina Pierdominici
Edición: María Eugenia Fiorenza, María Gabriela Vera y Carolina Segre
Posproducción de Audio: Walter Carrera y Ramiro Carrera
Locución: Nelson Fiorenza
Cátedra: Diseño y Producción
Docente a Cargo: Miguel Tristán
Carrera: Lic. en Diseño y Producción Audiovisual
Institución: Universidad Nacional de Villa María

Las directoras agradecen a sus familias, Miguel Tristán, María Elena Ferreyra, Esteban Valdivia, Pedro Martínez, Alberto Galende y todos aquellos que colaboraron y creyeron en el proyecto, hoy... una realidad.


“Nuestra Alhambra” es un DVD que recorre en 20 minutos la historia de esa casa, su arte arquitectónico, el pintor que la embelleció, el momento crítico del abandono y la restauración que se viene haciendo desde hace tiempo por el inmenso esfuerzo de Hugo Las Heras. Es un material, didáctico, cultural y educativo que Villa María no debe desconocer. Es un documental ameno con excelente musicalización, con riquísimas entrevistas a personas claves que sirven de pilar para sostener el relato como un todo; posee recreaciones como el relato de una crónica con la voz de la época o flashes interpretando a Bonfiglioli.

Para aquellas instituciones o personas interesadas en consultar este material pueden hacerlo, comunicándose vía correo electrónico con las autoras del mismo:
krocgre@yahoo.com.ar y geniolo4@hotmail.com

También está prevista la exposición del trabajo dentro del marco del “Segundo Encuentro de Documentales y Documentalistas” que se desarrollará desde el 16 al 20 de abril en el Cine Sud.

EL PATRIMONIO ES LA HERENCIA COLECTIVA CULTURAL DEL PASADO QUE PERMITE CONECTAR A LOS SERES HUMANOS DEL AYER CON LOS HOMBRES Y MUJERES DEL PRESENTE.

(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 15 de abril de 2007.-