domingo, 17 de mayo de 2009

Entrevista con Iván Wielikosielek. Recortes de un escritor

ENTREVISTA CON
IVÁN WIELIKOSIELEK
RECORTES DE UN ESCRITOR




RECORTE Nº 1

Los libros le resultaban densos, pesados y tediosos.
Tenía 15 años y no tenía idea de qué era la literatura. Estudiaba en Villa María. Una vez la profesora de castellano les hizo leer a sus alumnos “El corazón delator” de Edgar Allan Poe y quedó maravillado. Fue el primer llamado de atención. Pudo reconocer en ese texto una “voz interior” que era, en esencia, la misma que le decía cosas a su cabeza. Para ese tiempo, consumía películas de terror que veía por los canales de aire de su pueblo.
Quería estudiar astronomía, pero otro click le hizo ruido en la cabeza. Llegó a quinto año del secundario y las lecturas de Sábato, del que se avergüenza un poco, lo ayudaron a inclinarse por la literatura. Recuerda que “Alejandro Schmidt fue a dar una charla de Poe, y mi profesora, que era Marta Parodi, me sacó de la clase de Química y me dijo ‘a vos esto te va a interesar’. Le agradecí toda mi vida, porque lo escuché a Alejandro, me acerqué muy tímidamente y le hice un par de preguntas, porque me había gustado mucho su charla.”
En ese tiempo Iván comenzaba a escribir, y lo hacía a chorros, como ahora; aunque carecía de lecturas sus letras se pegaban entre sí, su palabras también y construía sus primeros textos que, alguno fue a parar a una revista del Colegio Rivadavia, en el que cursaba.
Culminó sus estudios secundarios y “cambié los planes, en vez de estudiar astronomía empecé a estudiar literatura en la UNC. Ahí el toque fue muy fuerte, yo era un adolescente con demasiados sueños pero con muy pocas lecturas, con unas ganas locas de absorber conocimientos literarios, pero con poco background. Cuando vas allá te das cuenta que tus compañeros la mayoría sabe griego y latín, porque estudiaron en colegios humanistas, la mayoría leía desde muy chico, mucha gente venía de cunas literarias o culturales. Yo me tuve que hacer muy desde abajo, y así empecé a leer, yo estuve tres años nomás, dejé porque me quería dedicar a escribir nada más.”
Escribe mucho y publicó algo así como diez libros, la imprecisión radica en que ni Iván quiere recordar esos escritos, todos los libros que publicó en el Siglo XX los quemó. Quedan vagando por allí, en alguna biblioteca o están conservados por gente allegada al autor. En sus palabras, “en mis últimos dos años tuve un vuelco, a nivel estilístico si se quiere, que no quiero ver más las cosas viejas.”
Algunos de esos proyectos en tapas duras son: “Desarmadero de hombres” (Alfa Ediciones, 1997) relatos urbanos de la ciudad de Córdoba, “Ex” (Elqui Ediciones, Cba, 2001) y “Acto Único” (Los libros de la Mansión Siviski, 2005), ambos compuestos de fragmentos, microrelatos y aforismos que refieren a la ciudad de Córdoba; “Los ojos de Sharon Tate” (llantodemudo, 2006) colección de relatos cordobeses, villamarienses y ballesterenses; y “Cotidianos Funerales en la Tierra” (llantodemudo, 2008), compilación de poemas escritos entre 1996 y 2006. Publicó además “No sé por qué se debe morir” (llantodemudo, 2008), un libro que contiene principalmente gran cantidad de poemas del poeta varillense Alberto E. Mazzocchi. Una edición especial a uno de los poetas incomprendidos e inéditos en su provincia, que Wielikosielek rescata en esta edición especial y de investigación. Su último libro es “Crónicas del sudeste” (llantodemudo, relatos, 2008).
Son tantos libros porque para Iván “hacer un libro es, de alguna manera, un proyecto de vida, lo tenés como para no morirte.” Es una manera de seguir estirando esta vida que en muchas ocasiones lo oprime sin compasión.


RECORTE Nº 2
Escuché hablar de él por primera vez por una entrevista que le realizara a una funcionaria de la universidad en la que trabajo. Quería ver esa nota, quería conocer qué recursos, qué estilo utilizaba este periodista cuyas notas firma tan sólo con sus iniciales. Y me sorprendió. De allí empecé a seguirlo.
Es un tipo complicado, un tipo triste, un tipo alegre, un tipo enérgico, un trotamundos (del mundo y de los submundos), alguien que no está cómodo, que anda de acá para allá respirando el oxígeno que le genera escribir. Lo necesita. Es un incontinente textual que precisa volcar todo lo que piensa ya sea hablando o plasmándolo en el papel. Si es en la máquina de escribir, mejor; Iván no escribe mucho en computadora, el oficio de periodista y los tiempos apremiantes se lo exigen, pero si fuese por él seguiría martillando sus dedos en las teclas blancas de su Hermes.
Escucha música francesa, discos y cassettes que le encanta hacerles sus carátulas en base de recortes de revistas, goma de pegar y buen gusto.
Las solapas de sus libros dicen que nació en Ballesteros, pero Iván vivió en un muchos lugares, lo hizo en Villa María, en Córdoba, en Buenos Aires, en Viedma, en Estados Unidos, en Brasil, en Francia, en España; podría asegurar que Iván no es de aquí ni es de allá, es de un “no lugar”, un tipo que huye de los fantasmas que lo acosan desde niño, aunque yo diría que es un tipo generoso que los lleva a pasear.
Detrás, o mejor aún, dentro de ese cuerpo velludo que porta se encuentra un alma sensible a la opinión de los demás. Iván no se la cree, pero es un gran escritor, un tipo que toma muy en cuenta las apreciaciones y las sugerencias hasta de la gente que no está empapada de lo literario. Todo es bueno, todo lo ayuda a crecer.
Hijo de un padre ferroviario que se fue cuando él tenía seis años y una madre depresiva que inundaba su casa con angustia y sus gritos. Desde la casa hasta hoy, la literatura sigue siendo para él un “psicoanálisis salvaje”, el lugar donde puede descargarse, el lugar donde puede estampar esa voz interior.


RECORTE Nº 3
Consultado por el aspecto general de la literatura local, Wielikosielek se explayó al respecto. “Hay dos aspectos para analizar, por un lado la movida literaria (parte social), por el otro, la que me interesa, el resultado final de los textos. En cuanto a la primera parte me ha sorprendido para muy bien la cantidad de gente escribiendo, que es mucho más que la que había hace veinte años atrás. Me encanta que haya negros que hagan sus ediciones independientes, me encanta que haya negros como Fabián Clementi o Gustavo Borga que estén despreocupados por ser bendecidos por antiguos patriarcas de la poesía de Villa María. Eso significa que ellos confían en lo que están escribiendo, y que lo hacen mucho más allá de la aceptación de los grandes popes que aceptan o escrachan a la gente. Por otro lado, me parece saludable que esos grandes popes sigan escribiendo.
Pasemos a la parte dos, a los libros, creo que hay muy pocos libros que yo pueda decir que son de primera, y cuando digo de primera me refiero acá y en cualquier parte del país. Básicamente hay dos escritores que juegan en primera por todo lo que publicaron, son Gustavo Borga (“Patitos degollados” y “Hermoso niño rubio”) y Carina Sedevich (“La violencia de los nombres”, “Nosotros no” y “Cosas dentro de otra cosa”); todo eso tiene algunos altibajos, pero me parece que el nivel de concentración que tiene la obra de ellos dos, no se la vi a nadie. Y otro libro muy bueno, que estaría a ese nivel (sucede que no lo pude leer muy bien porque me lo prestó acá nomás, en el bar) es el primero de Marcelo Dughetti “Esa joroba de bronce”, eso es lo mejor que le leí a Marcelo. No me quiero olvidar de Edith Vera, que está aparte de todo, esa sí era una escritora, no es una escritora de otro planeta, sino de todo el planeta.
A mi me pone re contento que un negro como Marcelo saque libros, me pone muy triste que ‘la Cari’ no saque nada, me encanta que Fernando de Zárate saque libros, me gusta que Fabián Clementi haya sacado su segundo libro. Me parece que Verónica Picco tiene poemas buenos en ciernes, es una poeta que pueden salir cosas muy buenas, está encontrando su voz. Ese es el tema hay que encontrar la voz.
Yo digo Gustavo Borga y Carina Sedevich, pero Gustavo tiene muchos altibajos, no escribe muy seguido, ‘la Cari’ no escribe más. Por un lado hay mucho futuro, porque hay muchos negros escribiendo y por ahí los mejores están un poco hundidos.
Un buen poeta es como Gustavo Borga que lo agarrás un lunes con el calor de la siesta y es una bestia, es la prueba de fuego del poema; el poema no tiene que necesitar de nada, solo se vale.”


RECORTE Nº 4
Luego de vivir durante varios años en la capital cordobesa, volvió a la ciudad y desde junio de 2007 a la actualidad, tiene su espacio como redactor de las páginas de Puntal Villa María, con el que se gana el sustento diario.
Sin embargo, la agotadora actividad del periodismo le acarrea algunos problemas en cuanto a la faceta literaria, ya que como bien manifiesta “yo le decía a un amigo que, ser periodista y a la vez querer escribir (literatura) es como ser un personaje de una novela romántica que para ganarse el puchero tiene que laburar de actor porno. Vas, de día estás con tres minas y de noche cuando querés buscar tu Julieta no tenés energía, y vos la quisieras tener para ella. A mi las notas periodísticas no me sirven como escritor; sí, me sirven desde otro ángulo, me sirven porque me mantienen en estado para cuando venga el mundial… pero mientras tanto el vago no juega en el mundial.” Iván se aflige un poco por ello, “yo quisiera laburar en otras condiciones de escritura y el tiempo del diario me quita energías. Hay una expresión en francés que dice que cuando a vos te regalan una licuadora que no anda, te hacen un ‘regalo envenenado’. Yo siento que el tiempo libre que me queda del diario es un tiempo envenenado, que no sirve de mucho, porque energéticamente no estás a full.”
Hace pocos días que lo tenemos de nuevo en estas tierras, había viajado a Francia después de esta entrevista que venimos arrastrando desde el último día de 2008. Iván pasó el fin de año junto a su amigo, el director de la revista cultural “Nativa”, Daniel Bacci. A él le encomendaría el cuidado de su bicicleta y de su departamento hasta que volviese. Cuando el narrador/poeta/periodista estaba por emprender su vuelo, también me ofreció las llaves de su departamento, ya que en ese momento, quien escribe estas líneas, estaba pasando por una situación apremiante.
Buscavidas desde siempre, Iván sigue buscando su lugar, perfeccionando su escritura que potencia con su capacidad, su dedicación y conocimiento de mundo. Su estilo descarnado, crudo y muchas veces biográfico, hacen que al leerlo algo se nos mueva dentro. El muchacho de apellido bielorruso, solitario, y de perfil bajo, continúa escribiendo en sus páginas y en las páginas de una ciudad de la que huye los fines de semana para purificarse, pero que por alguna razón siempre regresa.

(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 17 de mayo de 2009.-

lunes, 11 de mayo de 2009

El Estilóbato (2009)

EL ESTILÓBATO
EL ESPÍRITU CULTURAL
SOBREVUELA LA CIUDAD
Por Darío Falconi

El espíritu sigue rondando por las calles de la ciudad.
EL ESTILÓBATO brotó en 2001 y conglomeró bajo un mismo techo a todas aquellas manifestaciones culturales que no tenían cabida en otro lado; en una ciudad como Villa María que se autodenomina “cultural”, pero que muchas veces se distancia de serla.
Los habitantes de esa casona pluriartística y multicultural vivieron, convivieron y (sobre todo) sobrevivieron con la idea de mantener siempre las puertas abiertas de la “casa roja”. Allí, los incipientes y artistas en crecimiento mostraron a la comunidad sus destrezas, capacidades y talentos, durante nada más y nada menos, que siete años y medio.
La tarea nunca les fue fácil, la cultura no tiene mucho que ver con las cuestiones económicas; pero a causa de ellas (la economía no entiende de estas cosas) la casona de calle Tucumán debió dar dos vueltas de llave a su puerta de ingreso.
Sin embargo las ganas siguieron estando, el arte siguió resistiendo, el espíritu sigue presente… Los jóvenes que trabajaron en este proyecto sin fines de lucro, continuaron haciéndolo “a puertas cerradas”.
El sábado próximo, EL ESTILÓBATO gritará nuevamente ‘presente’, para seguir peleando por el desarrollo artístico y cultural de la ciudad. El lugar que han conseguido es el ‘galpón amarillo’ en el predio del subnivel. En esa oportunidad confluirán las artes más diversas, desde la fotografía, la música, la danza, la acrobacia… en fin múltiples actividades para los paladares más diversos.
EL DIARIO Cultura de hoy está dedicado a ese espíritu que sigue sobrevolando y que encalló en el punto medio de articulación de la ciudad. Allí donde el rostro de Marcelino Martini se tiñe con los primeros rayos de sol naranja, ese espacio que nuclea la esencia joven de la que habla Andrés Belfanti o, como dice José Azocar, donde el fantasma rebosante de energías hará su primera aparición pública del año.
En sus albores y durante su crecimiento se la denominó ‘casona cultural’; hoy, me animo a decir sin temor a equivocarme, que EL ESTILÓBATO es mucho más que eso. Porque más allá de anhelar las cuatro paredes y un techo (que les urge para poder desarrollarse a pleno), hay en ellos mucho más. Hay un ‘espíritu cultural’ que seguirá bregando por conservar la libertad y brindándole al otro los condimentos necesarios para enriquecerlo como persona y como sujeto cultural.
El espíritu cultural de EL ESTILÓBATO está sobrevolando el predio del subnivel, sería un buen momento para verlo.


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¿QUÉ ES EL ESTILÓBATO?


EL ESTILÓBATO es un proyecto que pretende generar un espacio dedicado a la promoción, producción y difusión de la cultura, inserto en la ciudad de Villa María, provincia de Córdoba. Accionando tanto en la ciudad como con el resto de la zona y el país. Su tarea esta basada en la generación de actividades diversas, las cuales funcionan articuladas entre sí dentro de un marco que favorece y fomenta la multiculturalidad, caracterizado por una continuidad a través del tiempo.
Este proyecto surge como una propuesta independiente, nacida de la inquietud de artistas locales, que buscan producir y dar a conocer su obra y la de otros artistas, así como todo tipo de actividades culturales.
Esto se encuentra enmarcado en un espacio físico que da cabida a espectáculos y manifestaciones de todas las ramas del arte, a instancias de formación y promoción personal, y al encuentro dinámico entre actores culturales.

El Estilóbato Casona Cultural
Teléfonos: (0353) 154090807 / 154016282 / 154128179
elestilobato.blogspot.com - elestilobato@gmail.com


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EL SIGNIFICADO DE EL ESTILÓBATO
Por Andrés Belfanti
(integrante de El Estilóbato)



En nuestro país vivimos esencialmente preocupados por una cosa: la economía, si vivimos tiempos económicamente prósperos, todos contentos, si no, todos tristes. Las discusiones sobre las retenciones dividen aguas en el país como hacía mucho que no pasaba. La caída de las bolsas genera grandes preocupaciones. Pero… ¿genera la misma preocupación la cultura? La respuesta es más que obvia: nadie ni siquiera se entera sobre la promulgación de leyes que tengan que ver con la cultura, ni se desvela por problemas culturales: la cultura no genera dividendos.
En EL ESTILÓBATO vivimos esta situación desde adentro, para muchos la cultura es un bien de lujo o una mera diversión, los artistas no merecen que se les pague porque eso no es un trabajo “de verdad” y los gestores culturales se dedican a la ciclópea tarea de valorizar y justificar lo que se hace a cada paso. Todavía luchamos por hacer entender lo que se dijo en 1972 en la conferencia de la UNESCO: “…La Cultura no es un objeto de lujo, un elemento decorativo, una evasión, ni una coartada, sino una dimensión esencial de la vida”.
Por eso seguimos produciendo desde EL ESTILÓBATO, a pesar de no disponer un lugar fijo para nuestro proyecto, porque es urgente un lugar donde se de cabida a las propuestas artísticas y culturales, que tal vez no llenen grandes salas, o den status social, o pongan vedettes en escena, (“arte independiente”, “culturas alternativas” “under”, como suele llamárselo) pero que son la verdadera trama que construyen los jóvenes (y no tan jóvenes) y que forma parte de la búsqueda de nuestra identidad real, alejada de todo lo que nos quieren vender.
Aquí entonces, los términos “independiente”, “alternativo” no significan como creen algunos, algo que es “raro”, que esta lejos de nosotros, sino que es lo que se encuentra más cercano a lo que nosotros somos, nuestra parte más esencial.

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EL ESTILÓBATO III: DESPERTAR
por Marcelino Martini
(cuatrobulevares.blogspot.com)



"...Rojo sobre amarillo, volverá mi corazón azul marino (marinero)
Lleno de grietas…imperfecto y sombrío
como un viejo bulevar.
Rojo sobre amarillo… anaranjado…
rayo verde (esperanza dicen…) sobre el mar
de la memoria más celeste…
¡amanece!
(…sí hijo, el corazón es rojo.)"

Y finalmente, llega la mañana...
siempre llega.
Rojo dentro de amarillo, corazón dentro del sol...
horizonte anaranjado
y mi corazón azul-marino se va poniendo celeste.

¡Amanece!


...BUEN DÍA te decimos, ESTILÓBATO, aquellos que estuvimos esperando en una larga noche polar de un año largo, con las canciones y las guitarras en letargo...
BUEN DÍA te decimos los que andamos derivando por estaciones de esperanza y desencuentro... por madrugadas inciertas, entre latigazos de luces desalmadas y motores que insultan el sueño de las aves...
BUEN DÍA... saludo al sol de ese galpón gigante y amarillo, que ahora tendrá un corazón rojo, donde podremos volver a latir nuestro canto, nuestro decir... paloma que se posa sobre una rama de silencio anaranjado.

Parece que una migración de pájaros desplazó un poquito a la Casa-Corazón mientras dormía, que como todo buen corazón estaba en un costado... sigue estándolo, pero un poco más al centro; aunque a la orilla del centro, al costado de la vía, al costado de la estación, y en el costado del centro de cada uno de nosotros, los que estuvimos nadando en el insomnio polar; con los latidos dormidos y las manos demoradas sobre cuerdas que no llegaban a la luz de la mañana.
Inesperada flor que se abre en esta primavera al revés, una flor serenamente bella, golondrina subversiva, opositora del frío desierto de asfalto y hormigón, del sol endurecido de vidrieras y de estrellas eléctricas que no entienden de dibujar de a poco el atardecer.

Mi hijo te bautizó "Casa Roja", cuando me preguntó "¿cuándo vamos a volver?", y yo te pinté colores de palabras una madrugada cuando pasé a pecho abierto por tus puertas cerradas...
...lejos estaban entonces mis lágrimas del día, de este día de risa, en el que, esperando que tus duendes se despierten uno a uno, te decimos BUEN DÍA ESTILÓBATO!

¡AMANECE!

(... pronto hijo, pronto.)

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"MATEN A LA EXPRESIÓN VIVA" (SI PUEDEN)
Por José Azocar



No sé muy bien especificar qué es EL ESTILÓBATO... pero sí lo siento... lo percibo como un alma joven con ganas de expresarse, de experimentar, de arriesgarse a algo nuevo siempre.
Hace un tiempo ya que lo dejaron sin cuerpo físico... ¿eso significa morirse? A lo mejor para un empresario sí significa morirse... o arruinarse... o fracasar... pero no para este fantasma que conserva la energía fresca y lista para "molestar con su ruido" otra vez en algún lugar por ahí de la Villa... o a lo mejor en otro lado... la fuerza está.
Hay dos mundos en Villa María, uno de jóvenes con alma joven e innovadora, y otro de viejos con alma vieja y conservadora guardada en una cubetera y metida en el freezer.
EL ESTILÓBATO; junto con otros centros de expresión artística, como pueden ser Mundo Pub (para el rock y el pop) o Germán Galdeano y La Visagra (para otro estilo variado de música); es parte de ese espíritu joven que intenta crear y renovarse todo el tiempo. Y arriesga, y se tropieza también y le cuesta encontrar un lugar (espacio físico sobre todo). Igual las ganas siguen por más trabas que les pongan (me voy de tema pero no puedo evitar recordar que hace unos meses pretendían cobrarle multa a un pub porque había gente bailando... y el pub, habilitado como pub y no como boliche bailable, no puede permitir ese impulso de movimiento instintivo provocado por la música. ¡Qué cosa seria caramba!).
Pareciera ser que el único modelo aceptado por la Villa María adulta mayor como lugar de realización artística... debiera ser un espacio elegante, con butacas, con señores elegantes y señoras portadoras de peinados aerodinámicos y tapado de piel. Ahí sí hay garantía de seguridad, y de disfrute de lo bello, de lo artístico; aunque el artista venga a exponer su arte que repite religiosamente sin variantes desde hace 30 años).
EL ESTILÓBATO es parte de la otra cara, la que conforman los jóvenes y adultos con alma de niño y que se divierten con lo que les regala la vida día a día. Para mí eso es la EXPRESIÓN VIVA.
Mientras estos imberbes intenten divertirse y pasarla bien... seguramente algún vecino (partidario del arte serio apto para público variado con mentalidad de adulto mayor) se quejará, y rezongará… y denunciará... intentando lograr que le permitan disfrutar de su vida silenciosa tranquila y frívola... congelada a 273 grados centígrados bajo cero.


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Programación
EL ESTILÓBATO
Con el ruido a otra parte!!!


Sábado 16 de mayo
22 horas
En el Galpón Amarillo
(Predio del Subnivel)




Recepción:
Mona Pons

Muestra fotográfica
de artistas locales.

Grupo de danza libre y contemporánea
presentan “Un día”
integrado por: Melisa Burin, María del Mar Ferrero, Estafanía Parsi, Carla Resquín, Raquel Vargas.

Pablo Barone Muñoz y la orquesta Los Secos de Lágrimas (Buenos Aires)
presentando “Triste como una lechuga en la heladera” (teatro/música).

José Azocar
el trovador contemporáneo del rock.

Artes Circulares
dúo de acrobacia aérea integrado por: Raquel Vargas y Conrado Basstia.

Cirko Mosquito
show de luces.

La Tusca
invitándolos a bailar con música de raíces folklóricas.

Lo Oscuro y Otras Partes
trío riocuartense presentando por primera vez en la ciudad un espectáculo de pintura en vivo.

Adonde
toda la energía del rock atravesado por las más variadas influencias.


Más info en http://www.elestilobato.blogspot.com/


(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 10 de mayo de 2009.-

martes, 5 de mayo de 2009

Instantánea a un fotógrafo: Entrevista a Hugo Ferreyra

ENTREVISTA A
HUGO FERREYRA
INSTANTÁNEA DE UN FOTÓGRAFO
La fotografía es una de las artes más bellas.
En esta charla, un joven fotógrafo
nos cuenta sobre las particularidades
de la pasión y profesión de la imagen estática.






Un ademán inesperado, algún ceño fruncido, una mirada inocua, o quizás una sombra que se hincha con el paso del sol. Un detalle en el que pocos se detienen, una sesión programada o la tentación de inmortalizarse a uno mismo. Momentos...
Momentos en el que el fotógrafo eterniza todo aquello que capta su tercer ojo. Instantes que recortan realidades. Imágenes que nos posibilitan el análisis, la admiración y comprensión de situaciones.
El fotógrafo, gran artista, nos muestra su punto de vista en cada una de sus piezas iconográficas. Su profesionalismo y su paciencia esperan el instante propicio, el momento justo para lograr la espontaneidad, la frescura de los actos; esa “invisibilidad” de quién nos muestra un cuadro en el que pareciese no estar.
La fotografía es una forma de verdad, nos ayuda a comprender actitudes, nos refresca la memoria, nos deleita con su belleza y nos alimenta el alma.
Hugo Ferreyra alimentó la suya desde niño. En aquel pueblo natal de James Craik, inició su gusto por la imagen estática. Luego, el estudio lo haría frecuentar esta ciudad en donde participó de cursos para ir perfeccionando su pasión. Le siguió Córdoba donde asistió a cursos de profundización sobre Iluminación, Laboratorio B/N, Digital, Retrato, Fotoperiodismo y Documental. Con todas esas armas en su poder, el freelance fue una de sus opciones. Un poco después trabajó en Puntal Villa María y actualmente en El Diario del Centro del País. Sus fotografías fueron publicadas además en medios provinciales reconocidos como La Voz del Interior, Día a Día y La Mañana de Córdoba.
Lo que sigue, es una foto en el espejo, el retrato de una vida, la vida de un fotógrafo.

—Hugo, ¿cómo fueron tus inicios en la fotografía?
—Como un hobby, de chiquito ya tuve mi cámara que compartía con mi hermana, papá era fotógrafo y de a poco me fui apropiando de su equipo… Me gustaba mucho hacer fotos a gente, cosas, lugares… sacaba muchas. Y papá me ayudaba en todo y me enseñó muchísimo. Todo era cuestión de probar, hacer, equivocarme y hacerlo de nuevo.

—¿Te sentís más a gusto con la fotografía a color o con la de blanco y negro?
—Son muy diferentes pero si me das a elegir, me quedo con blanco y negro… siempre. Pienso que la fotografía blanco y negro tiene un alto nivel de información, realismo y muchísima expresión.

—¿En qué influyó en esta tarea el hecho de venirte a vivir a Villa María?
—Influyo en muchos aspectos, por ejemplo la capacitación, el contacto con personas del mismo ámbito, compartir opiniones y experiencias. Aprendes mucho

—¿Cómo podrías definir tu estilo de fotografiar?
—No se cuál sería mi estilo, pero me gusta lograr cierta invisibilidad ante la situación, el entorno o a quien estoy fotografiando; es muy difícil, pero se logra, así podes capturar las cosas con naturalidad. Desde el momento que te parás frente a alguien para hacerle una foto, todo cambia, la persona se siente observada, se inhibe, entonces tenés que lograr cierta confianza, y de repente usar tu cámara.

—Noté que últimamente las imágenes que ilustran las noticias del diario en el que trabajás han acrecentado su valor artístico ¿Qué movilidad o libertad permite la fotografía periodística?
—…Toda la libertad. Uno tiene un arma muy poderosa en su mano cuando se para frente a una manifestación, frente a un político... ante cualquier situación, y el valor que le das, depende de vos, de tu talento. Si bien hoy es difícil definir “arte” pero, sí, la fotografía hoy tiene una buena combinación de arte y libertad.

—¿Qué se necesita para ser un buen fotógrafo?
—Creo que cualquier persona puede hacer fotografías, pero el punto esta de la cámara para atrás, del punto de vista que tengas y lo que vos logres debes defenderlo… tener una mirada atenta ante la realidad, abstraerse y a la vez involucrarse, informarte previamente sobre lo que vas a fotografiar y cuando no tenés esa posibilidad, no dudar animarte y largarte sin miedo ni permiso…

—Has realizado muestras por la ciudad ¿qué repercusiones has tenido? ¿Hay interés de la gente por este tipo de muestras?
—Participé de muestras colectivas, y hasta ahora una muestra personal, y si bien tengo material para más, todavía no es el momento.
Mostrar lo que uno hace es fantástico, la gente se interesa mucho y opina, se sorprende por algo que ni sabia de su existencia y eso es muy gratificante, te hace crecer.
Ver lo que lográs en la gente con una imagen a veces es increíble, y creo que de eso se trata, de lograr “algo” en el otro…

—¿Hacés sólo fotografía digital? ¿Cuáles son las ventajas y posibilidades de ésta en relación con la analógica?
—Lo analógico fueron mis comienzos, y hasta hoy lo sigo haciendo 35mm, b/n, color, diapositivas, nunca voy a dejarlo, tiene otro sabor, hay un abismo entre lo digital y analógico, no siento que sea una mejor que otra, para nada, sólo son diferentes.
Además pienso que el paso por lo analógico es fundamental, sacar las fotos, esperar el revelado, las fotos en papel, laboratorio blanco y negro, revelar vos mismo tus fotos, es buenísimo y lúdico a la vez.
En lo digital si bien tenés la versatilidad de ver automáticamente la foto que sacás y no tener límites de capturas, te lleva a lograr “esa” foto que tenés en mente pero aún así, sigue siendo una imitación a la película.

—¿Una meta?
—Lograr con mis fotografías cambiar una realidad, ayudar de algún modo a una causa, hacer un aporte, grande o pequeño, pero lograr algo al fin.
No sólo que una serie de fotos den a conocer una realidad, sino, a través de éstas mismas fotos, cambiar esa realidad, para bien.




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HUGO VICENTE FERREYRA rápido
Nació en James Craik. Siempre gustó de la fotografía, pasión que compartía en su familia. En 2000 estudió en Bellas Artes. Luego se perfeccionó en Córdoba. Trabajó de manera freelance y posteriormente en el diario Puntal Villa María. En la actualidad hace fotografías y colaboraciones generales en El Diario del Centro del País. Junto a dos fotógrafos armó Mano Negra Photos Agency, una agencia de fotoperiodismo independiente en el que ya han vendido algunas producciones al exterior. En Villa María es Director del área de fotografía de la productora local Fotograma Producciones Audiovisuales (Bv. España 310, oficina 1). Contacto:(0353) 154191181 - http://www.flickr.com/photos/vicente-salvatierra/.




(*) Publicado en revista cultural Nativa, Villa María. Año 5, Edición Nº29, abril de 2009.-

lunes, 4 de mayo de 2009

Rafael Barrett: vida intensa de literatura y denuncia

RAFAEL BARRETT

VIDA INTENSA DE LITERATURA Y DENUNCIA


Rafael Ángel Jorge Julián Barrett y Álvarez de Toledo, nació el 7 de enero de 1876 en Torrelavega (España).

A los 21 años estudió ingeniería.

En 1902 un diario de Madrid publicó una noticia en la cual errónea sobre su suicidio. Para el año siguiente se encontró en Argentina, lugar donde continuó con sus publicaciones. En 1904 viajó como corresponsal del diario El Tiempo, y comenzó a reunirse con jóvenes intelectuales de la época.

Dos años después, su labor periodística se multiplicó, llegó a trabajar en La Tarde, Alón, Los Sucesos, El Paraguay, El Cívico, entre otros. Con el transcurrir de sus publicaciones comenzó a notarse un cambio en la temática de sus escritos, un giro que fue de a poco acercándose a la problemática social de la que estaba siendo testigo en los países a los que visitaba. A finales de año comenzó a aflorar los síntomas de la tuberculosis. Dictó conferencias para el Instituto Paraguayo y la Unión Obrera y su constante predica fue dirigida a la devastada masa obrera.

El Diario de Asunción publicó el suelto Lo que son los yerbales en 1908, dando a conocer la situación a la cual eran sometidos los mensús (peones yerbateros) del Paraná; los empresarios afectados por la denuncia de Barrett presionaron de tal manera que obligaron a ese medio a cerrarle las puertas. En esta época el cronista español atendió heridos cuando estalló el golpe de estado de Albino Jara; dirigió la revista Germinal durante los once números en que sobrevivió; luego fue encarcelado en razón a las denuncias que publicaba. Más tarde fue liberado gracias a un cónsul y partió para Brasil, finalmente viajó a Uruguay atravesando Paraguay y haciendo escala en Buenos Aires. Ya en Uruguay retomó su tarea escribiendo en El Liberal, posteriormente en La Razón y otros.

En enero de 1909 fue internado en un hospital como consecuencia de sus vómitos de sangre; luego de casi una semana fue dado de alta, pero por su resquebrajada salud le recomendaron un cambio de clima; se embarcó para Corrientes, pero decidió retornar luego a Paraguay.

Al año siguiente los diarios le reabrieron sus puertas. Mantuvo correspondencia con un doctor de Francia al que visitó para intentar frenar sin éxito su tuberculosis. El 17 de diciembre de 1910 murió en Francia a los 34 años.

En Uruguay y Paraguay la noticia de su fallecimiento generó una gran cantidad de artículos y polémicas por su obra.

p LO QUE SON LOS YERBALES

Dentro de su intensa obra rescatamos ésta en la que Rafael Barrett criticó duramente a los latifundistas del Alto Paraná; describió de manera profunda el proceso por el cual los patrones contrataban a los mensús. Les anticipaban una miserable suma de dinero, monto que luego el peón devolvería con trabajo. Se los contrataba por un período de 10 a 15 años, que es lo máximo que soportaban –era una rareza encontrar peones viejos-, y si intentaban escapar se los mataba sin ningún castigo para los asesinos. Les pagaban con mercaderías o con bonos que utilizaban para la compra de alimentos y ropas al mismo patrón, se les ofrecía bebidas alcohólicas y prostitutas enfermas de sífilis a muy alto precio; de esta manera se generaba un círculo vicioso del cual no podían escapar y nunca llegaban a saldar la deuda contraída. En Paraguay, Argentina y Brasil perecían o se mataban de 15 a 20.000 esclavos de todo sexo y edad. Los esclavos eran expuestos al hambre, la fatiga, al sol calcinante, enfermedades, insectos ponzoñosos y animales peligrosos.

Estas empresas yerbateras comenzaban con un capital mínimo y en poco tiempo multiplicaban sus ingresos a costa de la muerte humana.

p FRASES

Barrett, fue ensayista, sociólogo y filósofo anarquista; reflexionó dentro de un amplio abanico de temas, de los que, a modo de ejemplo, citamos algunas frases engarzadas en los textos que integran sus obras.

“El arpa es armoniosa porque son desiguales sus cuerdas” (Roosvelt y el socialismo). “El mejor fruto de la sabiduría es saber medir la profundidad de lo que no se sabe” (Pío X). “Vivimos por nuestros frutos; el único crimen es la esterilidad” (El esfuerzo). “El gobierno es tanto más sólido cuanto más débiles y viciosos son los ciudadanos” (Lotería). “(...) Sólo es nuestro lo que sólo con nosotros resplandece y obra” (El robo). “La vida que no es lucha es olvido y muerte” (La gloria). “Pensar es exponerse a ser decapitado, porque es levantar la frente” (La regla). “Nacer o morir no es nada, durar es lo terrible” (Fecundidad). “En política no hay amigos; no hay más que cómplices” (Reflexiones). “No se si en la época de las cavernas se moría la humanidad de hambre y de frío, pero ahora no cabe duda” (Reflexiones). “Triste es que no se realice ninguno de nuestros sueños, y más triste, que se realicen todos” (Reflexiones). “El dolor es un elemento normal en el mundo. No sufrir es un síntoma patológico” (La obra que salva).

(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 4 de mayo de 2009.-


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BUENOS AIRES

de Rafael Barrett

(El presente texto fue publicado en El Diario Español y causal de su despido).

El amanecer, la tristeza infinita de los primeros espectros verdosos, enormes, sin forma, que se pegan a las altas y sombrías fachadas de la avenida de Mayo; la vuelta al dolor, la claridad lenta en la llovizna fría y pegajosa que desciende de la inmensidad gris; el cansancio incurable, saliendo crispado y lívido del sueño, del pedazo de muerte con que nos aliviamos un minuto; el húmedo asfalto, interminable, reluciente, el espejo donde todo resbala y huye, los muros mojados y lustrosos, la gran calle pétrea, sudando su indiferencia helada; la soledad donde todavía duermen pozos de tiniebla, donde ya empieza a gusanear el hombre...

Chiquillos extenuados, descalzos, medio desnudos, con el hambre y la ciencia de la vida retratados en sus rostros graves, corren sin alientos, cargados de Prensas, corren, débiles bestias espoleadas, a distribuir por la ciudad del egoísmo la palabra hipócrita de la democracia y del progreso, alimentada con anuncios de rematadores. Pasan obreros envejecidos y callosos, la herramienta a la espalda. Son machos fuertes y siniestros, duros a la intemperie y al látigo. Hay en sus ojos un odio tenaz y sarcástico que no se marcha jamás. La mañana se empina poco a poco, y descubre cosas sórdidas y sucias amodorradas en los umbrales, contra el quicio de las puertas. Los mendigos espantan a las ratas y hozan en los montones de inmundicias. Una población harapienta surge del abismo, y vaga y roe al pie de los palacios unidos los unos a los otros en la larga perspectiva, gigantescos, mudos, cerrados de arriba abajo, inatacables, inaccesibles.

Allí están guardados los restos del festín de anoche: la pechuga trufada que deshace su pulpa exquisita en el plato de China, el champaña que abandona su baño polar para hervir relámpagos de oro en el tallado cristal de Bohemia. Allí descansan en nidos de tibios terciopelos las esmeraldas y los diamantes; allí reposa la ociosidad y sueña la lujuria, acariciadas por el hilo de Holanda y las sedas de Oriente y los encajes de Inglaterra; allí se ocultan las delicias y los tesoros todos del mundo. Allí, a un palmo de distancia, palpita la felicidad. Fuera de allí, el horror y la rabia, el desierto y la sed, el miedo y la angustia y el suicidio anónimo.

Un viejo se acercó despacio a mi portal. Venía oblicuamente, escudriñando el suelo. Un gorro pesado, informe, le cubría, como una costra, el cráneo tiñoso. La piel de la cara era fina y repugnante. La nariz abultada, roja, chorreante, asomaba sobre una bufanda grasienta y endurecida. Ropa sin nombre, trozos recosidos atados con cuerdas al cuerpo miserable, peleaban con el invierno. Los pies parecían envueltos en un barro indestructible. Se deslizó hasta mí; no pidió limosna. Vio una lata donde se había arrojado la basura del día, y sacando un gancho comenzó a revolver los desperdicios que despedían un hedor mortal. Contemplé aquellas manos bien dibujadas, en que sonreía aún el reflejo de la juventud y de la inteligencia; contemplé aquellos párpados de bordes sanguinolentos, entre los cuales vacilaba el pálido azul de las pupilas, un azul de témpano, un azul enfermo, extrahumano, fatídico. El viejo –si lo era- encontró algo... una carnaza a medio quemar, a medio mascar, manchada con la saliva de algún perro. Las manos la tomaron cuidadosamente. El desdichado se alejó... Creí observar, adivinar... que su apetito no esperaba...

¡También América! Sentí la infamia de la especie en mis entrañas. Sentí la ira implacable subir a mis sienes, morder mis brazos. Sentí que la única manera de ser bueno es ser feroz, que el incendio y la matanza son la verdad, que hay que mudar la sangre de los odres podridos. Comprendí, en aquel instante, la grandeza del gesto anarquista, y admiré el júbilo magnífico con que la dinamita atruena y raja el vil hormiguero humano.