domingo, 28 de febrero de 2010

Richard Soledad: 35 años alegrando corazones

ENTREVISTA A
RICHARD SOLEDAD
35 AÑOS ALEGRANDO CORAZONES


Le pedí que me llevara unas fotos. Quería atestiguar en imágenes el viaje de una orquesta, cuyo boleto sigue siendo la música popular de Córdoba.
Ahí estábamos, en la Terminal de Ómnibus de Oliva repasando, en apretados minutos, los 35 años de su próspera carrera.
Ricardo Chiappero sacó de un sobre una pila de fotografías de diverso tipo: digitales, en blanco y negro, sepia, chicas y grandes se desplegaron ante mi mirada exploradora. Pude observar en ellas que, bajo un techo de cinc, de bolsas de arpillera, o en el extremo de la cancha de básquet de algún club deportivo, la banda tocaba y el público acompañaba bailando. No importaba dónde, había que alegrar los corazones de la gente a como de lugar y esa fue la rúbrica que estampó en aquel lejano marzo, contrato que aún sigue vigente y sin miras a la rescisión.
En estas tres décadas y media de trajín, Richard Soledad ha tenido la inmensa satisfacción de compartir escenarios con los más grandes profesionales que la música popular haya dado. Arrancando desde el “cordobés más famoso”, pasando por el Cuarteto Berna, Rubencito Damoli, el Cuarteto Leo, Carlitos Rolán, Ariel Ferrari y con los fundadores de Chebere, Pelusa, Sebastián y tantos otros que inscribieron su impronta en la música del “tunga-tunga”.
En nuestra ciudad realizó presentaciones en el Salón de Ruíz, el Club de Abuelos que siempre lo recibe y ofreció su repertorio en el Anfiteatro Municipal en un día de la madre. La tradicional plaza Próspero Molina también fue eco de su voz cuando en 2005 integró la grilla del recordado “Cosquín Cuarteto”.
Mañana fresca de verano, café de domingo y una charla que surge con ritmo propio.



—Richard, 35 años… ¿arriba del escenario?
—Sí, todo esto comenzó el 1 de marzo de 1975, en el Club Social de Río Ceballos. Siempre me había gustado la música, había cantado folclore en el colegio secundario con un grupo con el que ganamos el festival juvenil de la canción de Saldán, que aún se sigue haciendo. En ese tiempo estaba en auge el cuarteto y a mí me gustaba mucho. Estuve cantando con varias orquestas por muy poquito tiempo. Yo quería tener una propia, y fue así… diciendo y haciendo. Yo era de Unquillo y mi papá tenía un bar-comedor sobre la ruta; allí encontré a un acordeonista que vio mis ganas y nos formó el cuarteto.

—¿Vos sos de James Craik, no?
—Yo nací en James Craik, pero desde 1969 hasta 1985 estuvimos viviendo con mi familia en Unquillo. En el bar de mi padre es donde conocí a todos los músicos, se decía que el que no tocaba la guitarra no era de Unquillo. Aprendí a tocarla haciendo folklore, en ese tiempo estaba en onda la música beat, la música libertad, sótano beat… toda esa música, pero a mí me gustaba mucho el cuarteto. Por eso con este hombre, que su nombre es Rubén Panighetti, fue él quien me armó el conjunto y desde allí hasta el día de la fecha no paramos más.

—¿Siempre con el mismo nombre, “Richard Soledad”?
—Sí, en realidad en un comienzo se llamó “Richard Cuarteto Soledad”, pero por aquellos tiempos la publicidad se vendía por letra, y nosotros éramos muy amigos de don Testa que nos dijo que habría que acortarlo. Soledad es el nombre de mi hermana que nació en ese entonces.

—¿Estudiaste música o bastó con el hecho de estar rodeado de ese ambiente?
—Estudié muy poquito la guitarra, leo bien el pentagrama, pero no tengo la velocidad para tocar. Algo conozco de teoría, solfeo; tengo guitarra criolla y eléctrica; pero debe hacer como 20 años que no toco en serio ese instrumento.

—En todo este tiempo, ¿has cambiado muchas veces los músicos de la orquesta?
—Han pasado varios, pero siempre me han durado muchos los músicos. En la actualidad la integra Héctor Font que trabaja en la Radio Líder de Villa María, Jorge Candelero que es director de la banda musical de Etruria, de Ucacha y Pascanas…

—¿Y tu hijo sigue tocando con vos? Tengo el recuerdo haberlo visto cuando era muy chiquito y cantaba “Gitana, gitana, mírame la mano”…
—¡¿Te acordás de eso?! Sí, eso fue cuando tenía 5 ó 6 años; ahora Fernando tiene 18 años y toca la batería. A pesar de la edad le gustaba y como tiene oído se dedicó a la batería. Por esas cosas del destino, empezó a tocar cuando teníamos bailes los domingos en los colegios, esos almuerzos que se hacen. Había aprendido el repertorio practicando con los cassettes y tocaba la timbaleta. Y en ese momento el muchacho que tocaba la batería se fue por decisión propia y Fernando me dijo “toco yo papi”. Tenía 13 años y quedó. Es una compañía muy linda, tener a un hijo te da una satisfacción grande.

—¿Tus temas son versiones de grandes bandas o también tenés propios?
—Tengo varios, pero el 99% hago temas conocidos, más por el tipo de música que hacemos nosotros; los clásicos de la música, pero se le va agregando todo lo que va saliendo. Por darte un ejemplo “El bum – bum” u otros temas que han aparecido de cumbia, siempre se van agregando los que más pegan para estar actualizado.

—Sí, son los que la gente quiere escuchar.
—Exactamente. Por ahí te encontrás con alguno que te dice “¡¿che, por qué tocás ese tema?!”, pero es porque la gente lo quiere, si no lo tocás, te lo piden. “Los camioneros”, “Noches de Miramar” o “bailando fox-trot”; el tango “Juventud del 40” tenés que hacerlo sí o sí, está en el corazón de la gente que va a estos bailes y tenés que complacerlos.

—¿A Villa María vas muy seguido?
—Sí, vamos una vez cada dos meses, al Club de Abuelos. Antes íbamos más, sabíamos ir al Salón de Ruíz. La gente de Villa María me quiere muchísimo, ha sido un espaldarazo de la orquesta. Es mi segunda casa, hay muchos amigos, gente conocida que se ha hecho amiga a través de los bailes, inclusive anoche había como 10 ó 12 personas de Villa María acá (la noche anterior a la entrevista hubo baile en Independiente Deportivo Social Club de Oliva). Hay seguidores que van a todos los bailes, pero a todos.

—¿Y los lugares donde van a tocar son todos del interior de Córdoba?
—Sí, hace muchos años hicimos el norte de Santiago del Estero y otros lugares. Siempre regional, por la zona del sur, por todos lados.

—Supongo que en tu extensa carrera has acompañado a grandes bandas también.
—Sí, cuando estuvimos en Unquillo, ahora los chicos le dicen “teloneros”. Antes era hacer la primer parte de Carlitos Jiménez durante más de cinco años, cuando era “El Cuarteto de Oro”. Después venían las trasnoches que hacían ellos, nosotros empezábamos a las 11 y media, y ellos a las 4.10 ó 4.15 llegaban los “plomos” y a las cinco arrancaba Jiménez y “Coquito” Ramaló hasta las siete de la mañana. Eso lo hacíamos todos los sábados en Villa Allende Sport, en Córdoba en Rieles, Argentinos, Sargento Cabral, Estadio del Centro, la cancha de Belgrano, Alas Argentinas… en la mayoría de los pueblos grandes hemos tocado, siempre con Carlitos Jiménez.

—No logro recordar, pero estás apadrinado por gente conocida.
—Nuestro padrino es Carlitos “Pueblo” Rolán. Hice mucho repertorio de Carlitos, y una vez tuve la desfachatez, por así decirlo, pero la alegría de tocar el bajo con él. Yo toco el bajo, pero no estaba listo, te hablo del año ´76 ó ´77. Había tenido un problema con el bajista y un miércoles a la noche me mandó a buscar, porque estaban tocando la primera selección y no tenían bajo. Así que toqué ese miércoles y hasta el domingo con él. No podía decirle que no, estaba contento.

—¿Has grabado discos?
—En 1978 grabé un disco de vinilo de alcance nacional (un 33 doble que tituló “Mi linda soledad”, de la mano del violinista Fidel Barrientos), después hicimos cassettes… y compactos con este conjunto debo tener 8 ó 9 y tengo uno para sacar, pero a veces se complica un poco por la cuestión económica. Estamos grabando en Estudio Uno de Gustavo Botta en Villa nueva. Los discos se pueden conseguir en nuestros bailes y en Villa María en Musical Romero en la Terminal o en Ecomúsica.

—Pero volvamos a los bailes, contame ¿cómo es la gente de los pueblos?
—Hay de todo, a nosotros nos da mucha satisfacción. No quiero desmerecer a nadie ni a ninguna institución, pero los bailes en los clubes de abuelos son distintos. Los jubilados van a bailar, es una forma de revivir viejos tiempos, la gente se divierte mucho. Hay muchas familias que nos van a ver, inclusive matrimonios jóvenes, como acá se estila con la silla, la mesa, el vaso de vidrio, la buena cena, el orden… hay disciplina, no hay agente de seguridad, no hay lío nunca, la gente va a divertirse. Quizás el motivo es ese, que este un ambiente cómodo y pueden divertirse tranquilamente.

—En la actualidad ¿vivís de la música?
—Prácticamente vivo de la música, no es fácil; apoyo oficial nunca tuve y sólo Luis Lancioni (empresario local) me ha dado una mano siempre. Estoy teniendo bailes todos los sábados; pero hubo épocas difíciles: estuvo el dengue, la gripe… Hay una carpeta de clientes, que después de tantos años se va formando, dejamos nuestra tarjeta, hacemos publicidad…

—¿Cómo ves el cuarteto actual?
—Para mi gusto… muy disfrazado de música centroamericana, con la salsa, el merengue…, pero ha mejorado. El grupo que cambió todo fue Chebere, hay un antes y después de Chebere; pero lo demás son muy parecidos, de Jiménez ¿cuántos hay que hacen lo mismo?, de Tru-La-La también.

—¿Qué significa la música para Richard Soledad?
—Creo que es una parte muy importante de la vida, la música demuestra los estados de cada ser, lo que piensa, cada momento tiene su música… es un sentimiento, para decirlo en una palabra. Te aclaro que no soy de escuchar música en casa, escucho 5 horas o más AM, mucho Radio Rivadavia, Radio Universidad y ahora que está Mitre, también Cadena 3, Luis Beresoski no me lo pierdo. Yo duermo con la radio en la mesita de luz, Beresoski es una persona que está informada, que no tiene vergüenza para decir las cosas, hasta me pongo a opinar solo cuando lo escucho.


Richard trabajó durante 23 años en la FM Conviviendo de Oliva, acompañando a la gente de la región con su “Sobremesa musical” cuartetera. Durante algún tiempo trabajó a la tarde en un programa que llamó “A nuestro estilo”. Le gusta mucho el periodismo y como él manifiesta “salimos con el título completo”, haciendo clara referencia a que debió ser movilero, operador, locutor y todo rol que le haya sido necesario ejecutar para que cada programa esté en el aire todos los días y a la hora estipulada.


—¿Algún objetivo que tengas pendiente?
—Mi sueño es vivir tranquilo, que se acuerden bien de mí, sé que no me voy a llevar nada de este mundo… darle un estudio a mis hijos, estar bien con mi familia, no más que eso.

—¿Siempre en Oliva?
—Eso lo dirá el destino, Oliva ha sido muy buena conmigo, mis tres hijos son nacidos aquí; no pensé en retirarme, pero no lo sé. Lo único que más deseo es que mis hijos estudien.


Y con ese pedido de padre en el que recurre, empezamos a retirarnos. La voz se siente resquebrajada luego de una noche de presentación. Ha sido un baile más para Richard Soledad, quien ha sabido resistir y crecer en este género musical que noche a noche brinda alegría, apela al recuerdo y a la nostalgia. Allí no hay más espacio que para el disfrute en familia, la diversión, la buena música y el baile; o para resumirlo con su lema de cabecera, en los bailes de Richard Soledad solamente pueden hacerse dos cosas: “bailar y bailar”.-


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RICHARD SOLEDAD
integrantes:

Ricardo “Richard” Chiappero: voz.
Héctor Font: locución, güiro y coros.
Jorge Candelero: arreglos, teclado y acordeón.
Fernando Chiappero: percusión.
Gustavo Losada: bajo y coros.
Federico Arévalo: piano.

Richard Soledad está de fiesta y no quiere dejar de invitarlos a su cena-baile para el próximo 6 de marzo en el Salón de los Jubilados de Oliva.

Más información: www.richardsoledad.es.tl

(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 28 de febrero de 2010.-

domingo, 21 de febrero de 2010

Lecturas de Verano 2010 (7ª edición)

LECTURAS DE VERANO 2010


Estamos llegando a la recta final de nuestras lecturas y aún tenemos un puñado de textos para compartir. En esta ocasión cuatro villamarienses nos acompañan para mostrar sus producciones editas e inéditas que ya pasamos a presentar.

Marcelo J. Silvera nació el 30 de julio de 1975 en la Capital Federal. Se desempeña como periodista, escritor, artista plástico, performancer y gestor cultural. A los 12 ingresó al mundo de la radio y mantuvo su propio programa, "Monitor Interior", por espacio de 13 años en diferentes radios de Buenos Aires, Montevideo y Villa María. Es autor del libro “Monitor Interior” editado por Eduvim (2009).
Se considera “Argentino por nacimiento, uruguayo por adopción y villamariense por elección”, actualmente está radicado en Villa María, es vicepresidente de la Sociedad Argentina De Escritores local (SADE), miembro de la Asociación de Artistas del Interior Argentino (AAIA), miembro de International MiniArt Exchange, Director de PrensArte ComunicAcciones Culturales que realiza gestión, organización y difusión de la cultura en general y trabaja en el diario Puntal Villa María.
Publicamos en esta oportunidad, dos poemas y un cuento. Textos que buscan el “Knock out” del lector, que nos llaman la atención y nos golpean de improvisto. En el blog personal del autor (http://www.monitorinterior.blogspot.com/) puede ampliarse su curriculum y apreciar sus trabajos.

Ilda Mistraletti Mignola es villamariense. Participó de la antología “Voces de ceniza y agua” (2003) como así también en el libro “Construcción de identidades culturales a partir de procesos de escritura de ficción” (2007). “UNIverso” es su primer poemario (2007). Participó también en “Voces de este río. Antología narrativa Villa María y Villa Nueva” (2009) y en “Tinta de poetas. Una encuesta a la literatura de este río” (2009), ambos publicados por EDUVIM (por la Editorial Universitaria Villa María). Colabora con la revista “Compartiendo”, “Sendero” “EL DIARIO” y en la revista literaria digital de Israel “Artesanías literarias” en que la profesora y escritora Susana Zazzetti es la corresponsal por Argentina. La naturaleza se impregna con las palabras de Ketta, potencia así, su belleza y encanto. De una manera armónica sus poemas van sucediendo, como el cauce sereno de un cristalino arroyo. Los textos que integran esta edición de EL DIARIO Cultura, pertenecen a su segundo libro inédito que se llama tentativamente “UNIverso II”.

Por su parte Mariela A. Sachetto nos hizo llegar cuatro poemas infantiles de los que hoy tenemos el gusto de publicar dos piezas. Es oriunda de Villa María, pero en la actualidad reside (provisoriamente) en San Miguel de Tucumán. Los textos que reproducimos hoy fueron extraídos de la antología editada en diciembre de 2009 por Raíz Alternativa (Temperley, Buenos Aires). Pertenecen al Programa de Lectura Sin Frontera, el que se lleva a cabo junto a un grupo de escritores nacionales e internacionales. Son poesías cargadas de ternura y enseñanza, buscan llegar al corazón del niño para hacerlo disfrutar y propiciar su crecimiento.

Fabián Gabriel Mossello es Profesor y Licenciado en Letras Modernas y Magister en Literaturas Latinoamericanas por la UNC. Es de Villa María y desempeña sus tareas en la UNVM en el Profesorado en Lengua y Literatura y en la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. También tiene a su cargo la coordinación del Taller Literario para adultos mayores.
Coordinó antologías literarias como “Voces de ceniza y agua (2003) y “Construcción de identidades culturales a partir de procesos de escritura de ficción” (2007). Algunos de sus trabajos fueron tomados por la Editorial Dunken para el libro “Verso a verso” y tiene edita su tesis de maestría, intitulada “Literatura, ideología y sociedad en ‘La gesta del marrano’ de Marcos Aguinis” (Eduvim, 2009). La mayoría de sus textos están inéditos, hoy publicamos cuatro micropoemas donde la brevedad y la contundencia se unen en una ola que golpea y se rompe a su final.
Hasta nuestra próxima edición.


(POEMA)
Marcelo J. Silvera

Me encontrarás desprevenido
nuevamente
sin importar si el golpe viene
sin miedo al nocaut

porque al amor lo peleo
con la guardia baja
con la frente en alto
de cuerpo desnudo

me niego a la defensiva
rehuyo de la estrategia
escupo el protector
de izquierda a derecha
bailo el cuadrilatero

me encontrarás desprevenido
cada vez
pero volveré a subirme
a la lona de tu encanto
sin importar el nocaut.


* - * - * - * - * - * - * - *


ANTIPOESÍA: DESPIERTA
Marcelo J. Silvera

Ya deja de hablar de las rosas
no finjas que eres un ser feliz,
olvida las barcarolas que jamás verás
no estamos en Venecia, sé más real.

Las empresas triplican sus ganancias,
nosotros ganamos más deudas.
Los ricos terratenientes acorralan
a nuestros aborígenes en la muerte…
Tú hablas de amor adolescente.

Cuando cruzas al linyera miras a otro lado,
subes la ventana ante el niño limpiavidrios,
criticas al que protesta por una vivienda,
y te golpeas el pecho: Esta no es mi Argentina!

Ya no me hables de rosas
si les quitas las espinas,
quiero que tu poesía hable de la vida
tal y como es.

De las bombas que estallan, de la paz perdida.
Habla de mi mundo, ese que tú desconoces
Tienes el don de la pluma… por favor, úsalo bien.

* - * - * - * - * - * - * - *

DESCONFÍO
Marcelo J. Silvera

Cuando abrió los ojos la botella vacía dormía sobre su pecho. Intentó incorporarse pero el dolor en su sien se lo impedía.
Los dedos de su mano derecha sentían el frío del metal. Los de su mano izquierda encontraron un elemento extraño, lo tomó y lo llevó delante de sus ojos. El display del celular aún mostraba el último mensaje de texto leído: “Organizamos cumple de J. Nos vemos en mi dpto”.
Al otro lado de la habitación que apenas reconocía yacían su compañera de toda la vida y su mejor amigo.
La sirena se oía cada vez más cerca, una frenada brusca entró por la ventana, y comprendió que su dolor no cesaría.


* - * - * - * - * - * - * - *


RÍO CTALAMOCHITA
Ilda Mistraletti Mignola

Llegas a Villa María con cadereo acuoso,
clara vorágine de peces.
En señal de bienvenida los sauces te rozan con sus ramas.
Asombrado por tanta belleza, desbrozas tréboles. Coronando tu testa.
¡Río napoleónico!
Raíces de eucaliptos que engrosa la barranca, quieren atraparte…
Sigues entre playas doradas donde juegan los niños traviesos.
Cuando cae la tarde, con tibieza de estío, tu cuerpo adormece.
Tus costas se ennovian con pescadores expectantes en tensar la caña justo a tiempo para atrapar su presa.
Los enamorados intercambian caricias de aguadulce.
Un picor frío aprieta tu cuerpo
Lágrimas de cielo llegan a ti arrastrando
Dolores terrenales que ahogarás presuroso
al primer beso de luna que trae la noche.


* - * - * - * - * - * - * - *

SI HE DE VIVIR…
Ilda Mistraletti Mignola

Si he de vivir… cual piedra en el desierto
Quisiera ser un grillo que cante a mi silencio
Si he de vivir… cual lámpara en la noche
Que mi luz alumbre los sueños de los niños
Si he de vivir… cual fuego que esta encienda
La pasión por la justicia.
Si he de vivir… cual agua que esta apague
La sed del moribundo sin desbordar el río
Si he de vivir… cual viento huracanado
Que este no destroce la esperanza de los pobres
Y si he de vivir ahora sin amigos
Mejor, mejor, no vivo.

* - * - * - * - * - * - * - *

EL CACTUS
Ilda Mistraletti Mignola

El catus… centinela del desierto.
catedral vegetal en tierra hirsuta
donde el crótalo deja su huella y su sonido
el bostezo del sol no le daña
el viento raudo no le incordia
tampoco le molesta el incierto sobrevuelo
del carancho, el loro o la calandria
cuerpo acanalado con agujas que bordan el paisaje.
Atuendo encerado donde guarda el zumo fresco.
Que alimenta una flor que
Morirá temprano
Amortajada con rocío y estrellas.


* - * - * - * - * - * - * - *

PÁRAMO
Ilda Mistraletti Mignola

Páramo de ocre silencio
Cotarro del zorro.
Sigilo.
Árboles numantinos,
Sedientos,
Abasto de alimañas
Desapego del viento
Suicidio…
Breve obituario
Cuando el día cae
Herido de ocio y soledad.


* - * - * - * - * - * - * - *

EL MUNDO A MI ANTOJO
Mariela Sacheto

Tengo un par de anteojos
puesto sobre mis ojos,
¿pero sabes una cosa?
veo al mundo a mi antojo.

Y aunque tú me digas
siempre cuatro ojos
no sabes el secreto
que guarda usar anteojos.

Veo al cielo como quiero
nunca se pone negro.
Veo estrellas fugaces
parecen fuegos artificiales.
Veo tu sonrisa
aunque parezca escondida.
Veo una lagrimita
rodando por tu mejilla.

Si me saco mis anteojos
siento tristes a mis ojos,
porque con ellos puedo ver
el mundo a mi antojo.


* - * - * - * - * - * - * - *


UN PEDIDO NARANJA
Mariela Sacheto

En una reunión de naranjas
dijo: ¡Estoy muy cansada!,
me siento maltratada
desde que me arrancan de mi planta.

Y luego amontonada
quien sabe por qué camino,
apretada y machucada,
¿Cuál será mi destino?

En mermelada casera,
o industrializada
me verás en dibujitos,
de frascos o latas.

Si te sientes enfermo
allí estaré contigo,
en un vaso bebible
¡ayudaré con tu resfrío!

Si es que algo sobra
de mi integridad de naranja
perfumaré algún mate
con mi porosa cáscara.

Y si de mí algo queda
aunque una semilla olvidada
¡Por favor no me tires!
conviérteme en una nueva planta.

* - * - * - * - * - * - * - *

POEMAS CON MAR
Fabián Mossello

1.

Cae,
Cae,
El sílice
Desde el tiempo
En que el grito
Andaba.

2.

Rezan las olas
Sílabas
Que nadie
Escucha.

3.

He visto
Copo
De silencio
Sobre los tímpanos
De sal.

4.

Me dijeron
Que el mar
Eran llanura
Infinita de agua.
A mi sólo me parece
Tiempo.


(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 21 de febrero de 2010. Aclaración: por cuestiones de espacio en la edición papel se publicó un poema de cada escritor.

domingo, 14 de febrero de 2010

Lelia Frías

BAJO EL CIELO DE
LELIA FRÍAS
NARRADORA ORAL - POETA INFANTIL



Llego y me siento en una pequeña silla. Apoyo el grabador y la cámara en una mesa que no debe superar el medio metro.
Estoy ahí, en un mundo diferente, con libros en rededor, paredes pintadas con hermosos castillos multicolores, puff en el piso para que los usarios se sientan más cómodos, en fin… un paraíso para los más chicos, dentro del paraíso para los más grandes.
Estoy en el sector Infanto-Juvenil de la Biblioteca Municipal Mariano Moreno, ese lugar que desde hace un tiempo lo llamamos por una de sus partes: medioteca.
Está conmigo una mujer amable, jovial, alegre y habladora. Es una apasionada de la palabra oral que luce en cada una de sus presentaciones en público. Pero no es sólo eso, le encanta hablar, comunicarse con el otro, hacerse presente mediante el encadenamiento ordenado y agradable de la palabra. Quizás por ello es la encargada de realizar las visitas guiadas y pedagógicas a los colegios y personas que llegan a conocer ese centro de conocimiento.
Le fascinan los niños. Paciencia no es una palabra que le pese, ella los sabe tratar, se vale de los cuentos que ha leído para salir airosa de los inconvenientes que se le presenten. De esa forma utiliza la astucia que caracteriza al Gato con Botas para mantener a los pequeños atentos y entretenidos.
Haciendo un repaso por sus actividades diremos que además de las visitas guiadas, es integrante del sector Infanto-Juvenil y también Mayor de la medioteca.
Es narradora oral durante muchos años en la ciudad y en las localidades vecinas. Participó en múltiples actividades: en Ciclo de Promoción y Animación a la Lectura “Bibliociencia” como narradora, en el año Internacional de las Ciencias; en el Ciclo “Biblioteca con aroma a café”, narrando y cantando “Entre amigas”; también en el Ciclo “Mil y una noche en la Biblioteca” con el espectáculo unipersonal: “Aprendizaje amoroso”; fue integrante del elenco del radioteatro “La casa de Bernarda Alba” difundido por LV28 Radio Villa María, en conjunto con la UNVM y toda su red de emisoras; es escritora de poesías infantiles, algunas publicadas en periódicos locales como EL DIARIO y Puntal Villa María y es miembro de la comisión directiva de la SADE local.
No contento con esos logros, Lelia busca perfeccionarse día a día, es estudiante del PROPALE (Programa para la Lectura) dependiente de la UNC: Facultad de Filosofía y Humanidades en el plan: Literatura, Promoción y Animación a la Lectura. Biblioteca, Proyecto y Diseño. Asimismo estudia en la Escuela del Relato de Córdoba: “Del dicho al hecho” con los profesores Rubén López y Alejandra Oliver Gulle, reconocidos profesionales en ese ámbito.




—¿Cuál es tu actividad dentro de la medioteca?
—Dentro y fuera de la medioteca (me aclara)…, porque si bien es cierto que este es mi trabajo y vivo prácticamente en ella; hago también una actividad fuera, obviamente relacionada. Hace 17 años que estoy acá y lo primero que hice cuando llegué al sector infantil, fue sacar todo lo que estaba catalogado por edades. Soy una apasionada por la literatura infantil, porque la literatura es arte y el arte es la complejidad humana; en la literatura se vuelca la complejidad humana y en los cuentos más aún. Desde aquellos cuentos populares, que eran historias que no estaban escritas pero que se iban contando… el cuento para niño es tan corto, tan comprimido y fuerte que tiene que estar contado de una manera tan elocuente para que los chicos lo comprendan. Hay cuentos de dos páginas nada más y son fantásticos. Vos te decís ¡¿como logró causar ese impacto en el niño y adulto?! Siempre que te guste es bueno, por eso no hablo de edades.

—Entonces, ¿cómo ordenás ese mundo?
—De la siguiente forma: “primeros lectores”, “lectores” y “lectores avanzados”. Hay niños de 4 años que ya son lectores, porque han sido estimulado desde más chicos, inclusive de bebes. Si bien los bebés no comprenden, la palabra se les queda en el inconsciente. Acá recibo los chicos con las escuelas y con los padres, aparte o juntos. Los inserto, mi objetivo es promover la lectura. Vienen jardines, guarderías, últimos años... Hago visitas guiadas desde abril hasta octubre, los inicio en lo que llamamos el “usuario independiente”, que es quien aprende a buscar lo que le gusta, se maneja en la Biblioteca y no se siente obligado por la bibliotecaria… Yo sólo les marco que deben sacar los libros, pero no guardarlos; es por una cuestión de orden, nada más.
Cuando los padres, abuelas, tíos, etc... vienen a leerle un cuento a los chicos yo me voy, porque ese momento en que se le cuenta el cuento es un instante único y es sólo para ellos. Respeto y hago respetar ese instante que es crucial, porque el niño no se va a olvidar más de eso. Yo trabajo con el placer, con el goce y con el disfrute; en la medida de que esto pase, ese niño o ese papá, van a volver. Se crea una cinta de Moebius porque ese nene, ese joven, quizás vuelva dentro de años con sus hijos… es algo que no se acaba.

—Es una siembra a largo plazo…
—Sí, son semillas. La Biblioteca se maneja con programas de promoción de la lectura, ya sea en verano, en invierno, navidad… la Biblioteca sale, no se queda tanto adentro.

—Al comienzo nos remarcaste que tenés actividades dentro y fuera de la medioteca. ¿Qué es lo que hacés alejada de estas paredes?
—Soy profesora de enseñanza inicial y estoy estudiando todo lo que es relato, me encanta el clima que se genera entre el relato, el que escucha y el narrador; me identifico mucho lo que dice Graciela Montes de que el relato “es la frontera indómita”. Es un momento que tiene un cielo propio y solamente lo viven la gente que está ahí. También soy narradora oral y me estoy especializando en literatura infantil en todo lo que es producción y animación a la lectura en Córdoba. Tuve la suerte de asistir al 1° Congreso Internacional de Literatura para Niños, porque ya no es más infantil. Ahí hicimos el contacto de Michelle Petit y la trajimos para Villa María.

—¿Por qué no se le llama más “literatura infantil”?
—Infancia en latín significa “sin voz”, porque los niños antes no tenían voz, estaban afuera de todo lo que era la charla con los mayores; cosa que ahora se revirtió para otro lado, los niños tienen más palabras que los mayores. Yo les digo a las maestras de mis hijos que está bien que trabajen los derechos de los chicos, pero también trabajen sobre los deberes y obligaciones. Ahora están trabajando en eso.

—¿Cómo ves esa relación trinómica entre el docente, la literatura y el alumno?
—La literatura es un momento de placer, de disfrute, lo docentes no deben usar a la literatura como disparadores de temas; sino complemento a los temas que enseñan. Ellos se manejan con el canon y el canon significa sugerencia. Siempre vas a poder pegar el entusiasmo del libro si vos estás enamorado del cuento. Así se llama mi taller “Enamorarse del cuento” porque si no te enamorás del cuento no vas a poder transmitir ese sentimiento, y así el niño no le va a gustar y no va a volver. Pongan libros para que el chico elija lo que le gusta, no hay que obligarlo. El niño es muy concreto, es blanco o negro, no hay grises… y son los mayores jueces, eso te lo puedo asegurar. Si le gustó el cuento se pega, hace los mismos gestos y ruidos que vos mientras se lo contás, sino le gustó, se fue...

—¿Y cómo es esto de trabajar con los niños?
—Trabajar con todo esto, es la magia, la fantasía… tenemos un grupo con Sonia Grosso que se llama “Scientoun cuento”, por sentir el cuento y por la cantidad, porque podemos sacar muchos. Nuestro lema es despertar la imaginación y la imaginación cambiará el mundo; en la medida en que puedas lograr que ese niño lea, con el tiempo va a ser un hombre y podrá desarrollar la imaginación, ese hombre, que fue niño, va a cambiar el mundo. Va a tener nuevas expectativas en la vida, va a poder pensar, va a poder discernir; no lo van a poder llevar tan fácil como a una manada. Lamentablemente perdimos una generación, que son los chicos que están entre los 11 y los 14, porque se trabajó mal con la psicogénesis, con el comienzo de aprender a leer y toda esta semillita que dijimos antes se nota recién a los 10 años, que yo arranque desde cero. Es esa semillita que hay que regarla, darle viento, cuidarla, para poder verla crecer. Lo mismo hago afuera, tengo un taller por año que se llama “Enamorarse del Cuento” y en 2010 tendremos “Cuaentoarte” donde trabajaremos con niños también.

—También escribís poesías.
—A veces a la noche escribo poesías para niños o no. No quiero leer más de Edith Vera, porque tengo bastante la influencia de ella, me identifico mucho con su “El libro de las dos versiones”. Generalmente en mis poemas están las dos versiones, en la generalidad, escribo también para gente adulta y tengo algunos cuentos inéditos. Estoy por editar un libro de poesías para niños, está listo, pero hay que armarlo.

—Mucha gente dice que escribir para niños es fácil, yo diría que es un desafío, más aún haciendo poesía.
—Realmente es un desafío, porque al chico le gusta o no le gusta lo que vos hacés. Hay que meterse en el mundo de ellos y buscar dentro de lo artístico; porque generalmente el mundo de ellos es el entorno o lo imaginable, lo fantástico. Hay que mezclar todo eso tan comprimido en un poema, un microrrelato o en un cuento.


Lelia sigue hablándome y cita algunos libros que la impactaron, como “Filotea” de Emma Wolf, o “El árbol de las lilas” de María Teresa Andruetto, u otros similares y sentencia una frase de la que le pedimos explicaciones.


—¿Por qué leer no es lo mismo que narrar?
—Leer se lee lo que está impreso, narrar te da la posibilidad de moverte, agregar palabras tuyas o sacar del cuento, bajar el nivel, subirlo. No hay que hablar con los pequeños del “tuto”, “babau”, y demás; sino más adelante el niño tiene que aprender dos lenguajes. Quizás tengan más dificultades para decir las palabras, pero no tendrán que aprender otro lenguaje cuando vayan creciendo.
Continúo, cuando voy leyendo me meto en sus corazones, con el cuento llegás al alma. El cuento puede sacar del interior lo que un psicólogo no lo puede sacar, tanto para chicos y grandes. En el cuento pueden encontrar una posible solución a los problemas que los niños tienen en su realidad. Los personajes viven cosas similares y resuelven sus problemas que ayudan al niño con sus inconvenientes, aunque nadie les diga nada, llegan a una solución. En los cuentos clásicos, los chicos se inclinan por el héroe, por el príncipe, no se van para el lado del ogro, el malo; está muy bien separado el mal del bien. La realidad es complicada, pero no hay que separar a los chicos de la complejidad de la realidad. En los cuentos está muy marcado la obediencia, el respeto, simplemente con un cuento, su cabecita lo va poniendo a cada uno en su lugar.

—¿Cómo te desenvolvés en el ambiente familiar, con tus cuatro chicos?
—Salgo de acá y dedico un poco de tiempo a mis chicos, estoy todo el día con niños contando cuentos y llego a casa y no tengo ánimos ni de contar un cuento. Yo utilicé la astucia que empleó el gato con botas para salir airoso de todos sus problemas. Con mis chicos, para hacerlos leer, me acuesto y le pido que me lean porque debo aprender tal cuento. De esa manera aprender a leer y es a la vez afianzar el vínculo familiar en ese poco tiempo que estoy con ellos.

—¿Cuánto complica los medios de comunicación a la tarea de enseñar a leer? Los chicos prefieren ponerse a ver la televisión antes de sentarse con un libro.
—Nada, no complica en nada; porque si se sientan en la computadora tienen que leer para seguir los pasos que te va diciendo la pantalla, si es un cuento que está por computadora se detienen a escucharlo, hay que detenerse, eso es importante. El hábito de los padres es muy importante también. Otra cosa es que no siempre a los chicos o grandes les gusta la literatura, hay muchos otros intereses que hacen acercar a la lectura (magia, dinosaurios, para mencionar algunas). Vuelvo a repetir, el hábito es lo mejor.

—¿Y dificultades en la tarea de narración?
—Para mí no hay dificultades (risas). Para mí es un don, yo soy maestra inicial y he estudiado la pedagogía de los chicos, entonces sé que si estoy con un grupo de tres años el límite atencional es de 15 minutos y no más, puedo llegar a 40 minutos si les doy algo lúdico entre medio. Creo que los que no tienen una preparación previa es mucho menor.
En el campo de la narración hay dos fundamentales y primordiales que son, la cuidadosa selección que vayas a hacer, lleva muchísimo tiempo. Hay que saber a qué público, cuál es su contexto cultural. La otra es estudiar mucho, leer, estudiar, sobre el tema que vas a narrar. No podés estar descontextualizado, hay que estar metido, empapado… vestido de eso, para que el momento sea de suma magia.

—Hay que hacer una buena elección de lecturas.
—El libro de cuentos te gusta o no te gusta, no tiene edad. El ambiente calido es una parte muy importante, el estudio del campo… El relato hay que buscarlo como si fuera una ropa, hay que medirse, hasta que nos quede, el tema es lucir el relato para enamorar. Hay que leer mucho y sentir cuando el relato les cae bien.

—¿Hay algún deseo que aún no pudiste concretar?
—Sí, varios. A través de un señor que vino a la Biblioteca y vio lo que hacía, me comentó sobre un lugar muy lindo. Me dijo que buscara la biblioteca “La nube” por Internet. Lo hice. Es como una casa reformada, hay libros, el lugar para que los chicos se distiendan… Un lugar así me encantaría, le pondría “Escalera al cielo”.
Muchos años más adelante me gustaría escribir para niños.
Otro es poder explicarles a muchos que la literatura infantil es arte, tengo muchos libros y apuntes para armar una argumentación; porque sé que cuando yo diga eso se me vienen varios al ataque. A mi me gustan los desafíos y quiero estar preparada.
Ese es mi sueño, y los sueños se cumplen.


Cuando la entrevista culmina, aprovecho unos segundos para girar mi mirada y observar algo que me llamó la atención. A unos metros una niña, de no más de 7 años, lee tranquilamente en su puff.
Hacía bastante tiempo que estaba allí, con su libro elegido para la ocasión. Inmutable. Me sorprendió ver la concentración con que una niña podía disfrutar de la lectura sin ser afectada por las voces externas de una larga charla.
Puedo observar también, como una mancha atraviesa la pared desde el suelo y continúa más allá del techo. Afino un poco más mi mirada y me doy cuenta que es una escalera, y que la niña que lee sólo está presente en cuerpo, ya que su alma está viviendo vaya a saber que aventura, en ese cielo que está al final del camino. Un cielo propio, diferente, del que pueden dar testimonio, solamente los que han estado allí.


(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 14 de febrero de 2010.-

domingo, 7 de febrero de 2010

Lecturas de Verano 2010 (6ª entrega)

LECTURAS DE VERANO 2010

Entramos a un nuevo mes. Muchos de ustedes volverán al trabajo, otros estarán empacando sus cosas para darse el merecido descanso y nosotros seguimos acá, para hacerles compañía; con literatura fresca de nuestra gente.

Tres mujeres llenan nuestras páginas. La profesora María Rosa Bamonde de Pussetto se dedicó a trabajar especialmente en proyectos educativos para la enseñanza-aprendizaje de la lengua. Su formación inicial la completó con la graduación en Ciencias de la Educación por la Universidad Nacional de Rosario en 1994. Desarrolló su actividad docente en las escuelas Dalmacio Vélez Sársfield de Arroyo Cabral, José Mármol (Directivo por concurso), IPEM 147 y en los Institutos de educación superior: Escuela superior de Bellas Artes Emiliano Gómez Clara y el Instituto Superior de Música Felipe Boero, en los cuales fue docente de "Práctica Profesional Docente I,II y III.
Coordinó talleres literarios en el Centro de Empleados de Comercio (CEC) de la Ciudad y en el INESCER. Participó de publicaciones colectivas, de salones de poemas ilustrados y recibió premios y menciones por sus trabajos literarios.
Se define a sí misma como habitante de una profesión que la llevó y le permitió siempre trabajar con las lecturas y recorrer caminos creativos; así como a desarrollar tareas de equipo en pos del desafío de innovar y aprender. Se confiesa una enamorada de las letras y del conocimiento y piensa continuar con este romance que le ofrece dos proyectos para el presente año.
María Rosa nos envío tres poemas cuya temática abarca el deporte rey, la naturaleza y su inevitablemente pasión por la docencia.

Nació en La Playosa y reside en Villa María. Griselda Rulfo es profesora de educación física y psicopedagogía. Posee estudios incompletos en arquitectura, letras modernas y metodología de la investigación educativa.
Publicó poesías y narrativa en periódicos locales y regionales. También ha dejado sus textos en diversos libros como “Los nuevos de la SADE”, “Antologario” del taller de Marta Parodi, en las publicaciones del taller del PEUAM a cargo de Fabián Mosello y del taller del CEC dirigido por Susana Zazzetti, en el libro de los Juegos Florales de la Ciudad, de la Universidad de Río Cuarto y en la antología de narradores de Villa María y Villa Nueva titulada “Voces de este Río”. Su primer libro como autora se presentó el 11 de octubre de 2009: “Nueve y Diez, el que no se escondió se embromó” (narrativa). Colabora con la revista online Artesanías Literarias. El cuento que publicamos hoy estaba inédito, es la historia de una búsqueda, el deseo de reencontrarse con un pasado que cada vez está más lejos al que se intenta acortar con algunas voces para el alivio.

Evangelina Sodero nació en Villa María en 1980. Actualmente se desempeña como profesora de Lengua Castellana en el nivel medio, habiendo egresado en el año 2004 de la Universidad Nacional de Villa María. "Palabras que caminan la cornisa" es su primer libro de poemas publicado y desde hace tres años es integrante de SADE, filial Villa María. Tiene una novela inédita titulada "Libertad interrumpida", la historia de un prohibido amor con escenario cordobés de la década del ‘70. Evangelina nos acercó dos poemas en los que la fantasía se mezcla en contadas proporciones con la realidad, la posibilidad y lo lúdico. En esa cocción es inevitable percibir el aroma cortazariano del segundo texto.

Vamos culminando la edición de hoy. Para el próximo domingo nos detendremos para ofrecerles una entrevista; pero no se aflija que aún quedan muchas Lecturas de Verano para compartir con ustedes.

VIENTO SUR
María Rosa Bamonde

Viento apasionado.
Viento acompasado.
Fuerza arrolladora.
Intervienes el paisaje
desatando desamparo.

Como gladiador sublevado
con la lluvia y el granizo
combates contaminación y olvido.

Temperamento surero
llévame las endechas
tráeme una canción.
Tú que sabes, tú que puedes
atizar el fuego.


* . * . * . * . * . * . * . * . * .

MUNDIAL
María Rosa Bamonde


Blasones nacionales.

Arenas romanas.

Gladiadores fervientes.

Bandas germánicas.

Arcas publicitarias.

Intrigas palatinas.

Tesoro de euros.

Suelos europeos.

Bastiones peninsulares.

Goles gloriosos.

Marcadas diferencias.

Mundos distintos.

Ciencia y deportes.

Débil selección.

Jerarquía al balón.


* . * . * . * . * . * . * . * . * .


MAESTROS
María Rosa Bamonde


Los maestros, todos y uno.
Armados de alfabeto,
armados de fe.
Soldados sin guerras,
sin rencor, sin medida.
Heridos mortalmente de horas,
ebrios de sueños.
Ganando toda la tierra,
en su inventario.
Poniendo sobre el pequeño cuaderno
un pan tremendo,
para gritar a la cabecera
del aire escrito:
¡He vivido!

* . * . * . * . * . * . * . * . * .

HASTA QUE SANGRE LA VARITA MÁGICA DEL MAGO
Evangelina Sodero


Sacar de la galera
hasta que sangre
la varita mágica del mago.

Sacar las iniciales
de ese rey envejecido
de esperar porque lo llamen
'dulcemente' entre los pobres.

Sacar a los teoremas
que no saben de mudarse
por un tiempo
a un viejo libro de poemas.

Sacar las gotas de sudor
en el trayecto levadizo de una espalda
que le hablará de amor
al cielorraso y al espejo.

Sacar el poco tiempo
que le queda a los enfermos
contagiados de la espera
con que tardan en curarse
los reptiles en enero.

Sacar de la galera
hasta que sangre
la varita mágica del mago...

el gorjeo...
la palabra...
que aún
no ha sido inventada.


* . * . * . * . * . * . * . * . * .

BOCA ARRIBA
Evangelina Sodero

La guerra insaciable entró a la casa
mientras le rezaba al Dios de los mortales.
Hombres sin rostro, desgarbados, moribundos, leprosos
me dejan a oscuras con el crucifijo
sangrando plegarias entre mis manos.

¡Me dejaron sin poder pedirle a Dios
un último segundo de paz!


Boca arriba me adentran en la selva impenetrable.
¡Es cacería de caníbales al corazón de los mortales!

Me molesta la luz en los ojos
desde que pude escapar de la hoguera
y la lluvia apagó el fuego que ardía en mis ojos negros
cuando estuve a punto de verle los ojos al perro.

Me pasearon desnudo por años
y mi libertad se convirtió en ese perro salvaje
que amarraron a mi descarnado cuello,
perro que lame mis ojos atormentados de silencio
y se recuesta a mis pies acobardado y sucio
rugiendo a mi desnutrida sombra
que le recuerda el hambre.

Boca arriba percibo la estrepitosa guerra
de caníbales que me escarban el corazón
desde que me sorprendió la flecha huyendo de la hoguera.
Y entre corridas y timbales alrededor de mi cuerpo
he tenido que acallar los gritos de dolor y espanto
que anidan en mi garganta.

¡Me dejaron sin poder decirle al perro
que no me deje solo!


Me sangran los labios cuando estoy a punto de nombrarlos
y el perro cicatriza heridas incurables de eterno prisionero.

Los pasos del perro me devuelven a su bondadosa presencia.
Pasan los árboles por encima de mi cuerpo mutilado
y el perro corre para alcanzar a los demás
que avisan el camino.

El aliento del perro me asusta.
Los insectos vuelan despavoridos
y centenares de ellos caen muertos.
Olor a sangre en el aire
cuando la flecha atravesó el corazón de uno de ellos.

¡La tierra se abre en sepulturas
donde a los muertos nadie los llora!

Atravesé la guerra boca arriba
y en el silencio aterrador de la primera noche a solas
el perro se quejó por última vez.
Me dolieron los ojos de tristeza y la sangre corrió durante días.

¡Me faltaba el perro!

La última noche boca arriba
el crepitar de las hogueras embraveció a los caníbales
que danzaban festivos alrededor de un corazón en llamas...

¡Recién entonces, supe que había muerto...!


* . * . * . * . * . * . * . * . * .

VOCES
Griselda Rulfo


Ella es cadenciosa. La rótula, en su agonía, le imprime ese vaivén. La derecha. La izquierda se arrastra ignorada por el sendero de verbenas y escalofríos. Si fuera espantapájaros se apoyarían en sus hombros una cadena de plumas entretejidas. Pero sólo es una mujer solitaria que como todas las madrugadas pierde su historia entre una rugosa alfombra de clorofila y aire.
Un remolino oscuro se enhebra en la cabeza agobiada. Mira hacia abajo, como buscando, impulsada por la fuerza de una columna dictadora. Hoy salió de arlequín mañanero, inculto, incauto. Porque es miércoles. El espacio de sombras guarda silencio y una corteza desparrama aciertos entre boquiabiertas estrellas tempranas. Ni va ni vuelve de una fiesta. Sólo se ubica en el cruce de senderos porque según recuerda allí es el sitio. Aunque su memoria puede engañarla después de tanto tiempo.
Al pie de una raíz retorcida un camino de hormigas borda un escenario de recuerdos y ensoñaciones. Ése es el sitio y se inclina aún más mientras sus huesudos dedos escarban la tierra. Se detiene... no parece... no la encuentra. Busca más allá. Rodea el árbol y repite los movimientos... no la encuentra. Ahora se apresura, se agita, desespera. Las uñas se hunden cada vez más, sus dedos sangran. ¿Quién robó su secreto?
La mañana se acorta y agoniza. Vuelve sobre sus pasos. Entra en la vivienda y cierra la puerta. Nada pasa, ni nada se ve. Sólo vive en las mañanas, en la hora determinada, en días de sol. Su secreto tiene pautas y tiene ritos. ¿Por qué esperó tanto?
Así se repiten los momentos. Ella vuelve una y otra vez. Pasa de un árbol al otro. De una a otra raíz. Escarba y se intriga. Se apresura, se agita, desespera. Las puso en una caja que forró de rosa delicado. Ató la caja con una cinta ancha y la protegió antes de enterrarla. Dentro de la misma guardó parte de su vida de ensortijados caracteres hacía ya ¡cinco décadas! Guardó voces, las que despertaron su corazón, dos pétalos, un anillo, la fotografía aquélla de octubre.
Los días avivaron la desazón y el dolor se hizo presente pero sin asombros ya que el dolor era su moneda cotidiana, ella sintió un gran desconcierto... era otra vez la espera, el comienzo de la espera... y eran tantos comienzos que no tenía fuerzas. La frustración le dibujó una mueca lineal en el rostro cortajeado de penas. Una línea que al extenderse estalló en carcajada. La que disimula la depresión, la que defiende la desesperanza. Una vez más retornaría a la vivienda ya sin asombros, sabiendo que tampoco podía confiar en su memoria.
Al aproximarse a la casa tropezó en la raíz del árbol próximo, lo sintió como una señal y con una lata rasqueteó la tierra buscando la preciada caja rosa con las cartas de su amado. ¡Allí estaba! Al fin, volvería a leerlas ahora con sus ojos miopes, recorrería las frases que le llegaron al corazón, las voces del recuerdo anidarían en ella.
Ansiosamente cortó las cintas deterioradas por los años, rasgó con facilidad la tapa y tomó las cartas en la mano... una nube de polvo se escurrió entre los dedos... mientras un gusano rojo se desmayó en su regazo. Ella sintió romperse el corazón.

(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 07 de febrero de 2010.-