domingo, 28 de marzo de 2010

José Seia. Pintando la historia de la Villa

ENTREVISTA
JOSÉ ALBERTO SEIA
PINTANDO LA HISTORIA DE LA VILLA




José Alberto Seia recuerda haber estudiado arquitectura por no cortar el vínculo con sus compañeros de secundario. Se recibió en esa profesión aunque no se arrepiente, esa actividad le ha dado muchas satisfacciones y le ha servido para fortalecer la pintura y el diseño gráfico, que aprendió de manera autodidacta.
Ha participado de numerosas muestras y ha cosechado algunos premios. También ha ilustrado libros, diarios y revistas y ha expuesto sus estudios en diversas publicaciones, congresos y actividades afines.
Actualmente es el coordinador de la Licenciatura en Diseño y Producción Audiovisual perteneciente a la UNVM, espacio donde dicta clases de Historia del Arte, Educación Visual y Estética de la Imagen.
Recientemente, el proyecto de investigación que dirige tuvo sus frutos: un libro organizando la historia de la pintura en Villa María y un DVD documental con imágenes y testimonios de nuestros exponentes.




José Seia rememora. Nos cuenta que la idea inicial del proyecto fue de su colega María Elena Ferreyra, pero que por diferentes circunstancias no pudo concretarse en aquel entonces.
Tiempo después la idea puedo retomarse e intentaba dar cuenta de la actividad pictórica de Villa María desde 1990 a 2007. Sin embargo, al momento de empezar a hurgar en el pasado, se encontraron con que no era tan grande como lo imaginaban. Por ese motivo extendieron sus extremos desde los inicios hasta la actualidad, con la excepción del documental adjunto que muestra la escena de los pintores y artistas en actividad.
El motivo impulsor de su trabajo fue poder concentrar en dicho producto la la manifestación de la pintura en la ciudad; poder concretar un trabajo sistemático que sirva de guía, un material de primera consulta; ya que hasta hace pocos meses todo ese material (folletos, crónicas, discursos, notas, mucha oralidad) se encontraba disgregado a lo largo del tiempo. José nos aclara que este trabajo no es de crítica ni pretende serlo, quiere servir de material para aquellos que deseen profundizar estudios sobre el devenir de una determinada estética o ahondar en un determinado pintor.
Para esta importante investigación se siguieron las pautas ya instituidas para este tipo de proyectos, el problema, el objetivo, las tareas, el tiempo… todo estaba planificado, hasta el hecho de materializar los resultados en dos productos culturales complementarios.


NECESIDAD DE EXPRESIÓN
Para José, hay un determinado número de pintores en la ciudad, pero esa cantidad es posible multiplicarla debido al gran número de gente que pinta, quizás para participar en algún concurso y obtener algún premio; pero hay una gran necesidad de expresarse. Y esa necesidad (continúa) se manifiesta en todo el basto campo de las artes.
No cree que todo lo que muestran los medios en la actualidad sea cierto, hay un problema sociológico bastante complejo, porque piensa por ejemplo, que la juventud no está perdida como reza el lugar común: hay mucha gente en la literatura, en la producción audiovisual, en la gráfica… Luego de su enumeración conjetura que la mayor parte de la movida que hay, quizás sea debido a una motorización que ha generado la UNVM; aunque aclara: “creo que había cierta semilla, ciertos gérmenes que propiciaron esto.”


LIBRO + DVD
El producto final de estos años de trabajo se materializó en dos objetos para el deleite de nuestras retinas; tanto el libro como el documental han sido muy bien logrados.
Al grupo de trabajo no les fue muy complicado conseguir las pinturas de los exponentes que ya no están. Si bien no figuran todos, los más representativos tienen su lugar. Cuando llegó la hora de recopilar, catalogar y seleccionar a los artistas que están en actividad, la ardua tarea tuvo como variables la trayectoria, la diversidad de estéticas, pero también no descuidaron a la gente joven a quienes un producto así debe servir de aliciente. Es un listado tentativo que debió cinchar contra la limitante del subsidio. El volumen contiene desde una aproximación a lo que es la pintura y sus maneras de abordarla, el orden y los períodos en que el autor dividió a esta expresión, una semblanza de los pintores, alrededor de ochenta obras cuidadosamente transpuestas al papel ilustración de 220 gramos, hasta un detalle del contenido de tres importantes pinacotecas de la ciudad.
La película recoge las vivencias personales de los artistas, sus formas de encarar las cosas, sus criticas, las instituciones, sus comparaciones con diversos momentos; “por supuesto que cuando avanzamos nos damos cuenta de que aparecen como dos hitos emblemáticos, la Escuela de Bellas Artes Emiliano Gómez Clara y otro, el Museo Fernando Bonfiglioli. La escuela como hacedora y productora de pintores y el museo como difusor; más allá de que en estos últimos años van apareciendo otros lugares como ‘Los cuatro gatos’, la ‘Galería Lichter’ y unos cuantos más.


PINTURA Y ALREDEDORES
Cuando revisamos las páginas del libro dedicadas a las obras, nos encontramos con que los trabajos que bellamente se exponen ahí, no sólo tienen que ver con la pintura propiamente dicha; sino que también están presentes los bordados, instalaciones, collages, trabajos digitales, grabados, arte objetual, entre otros.
Esa apreciación nos dispara indefectiblemente la pregunta sobre los límites del arte. El entrevistado nos responde diciendo que todo ello tiene que ver con lo que ha sucedido en los últimos tiempos, sobre todo en las artes plásticas: la desaparición de los límites claros entre las diversas manifestaciones.
Antes uno podía distinguir sin mucho inconveniente la pintura, de la escultura y del grabado; “ahora con las rupturas vanguardistas del Siglo XX los limites comienzan a ser muy lábiles. Esto tiene su gesto con lo de Marcel Duchamp con su “ready-made”, con la aparición del arte conceptual, donde empieza a tomar importancia el efecto de la reflexión, las ideas, más allá de la materialización física. Entonces aparece una topología que es la instalación y vos te preguntás si es pintura, ¡y no! porque la pintura es un género bidimensional que esta en un soporte llamado cuadro o mural; ¿es escultura? ¡Y no! porque si bien ocupa un espacio y la podés recorrer tridimensionalmente no es posible meterte dentro de ella; entonces… ¿qué es la instalación? Es un género que se ha ido gestado por estas aporías, por el proceso del Siglo XX, sobre todo de la década del ´60 en adelante. Vos podés meterte dentro, podés ser estimulado por más cosas que la cuestión visual, como lo auditivo, lo olfativo, lo táctil; es decir, es una topología que esta dentro de las artes visuales y si bien no es pintura, ésta muchas veces se utiliza como un parte integrativa o constitutiva de la instalación.”


LÍMITES DEL ARTE
Cuando le consultamos sobre los límites del arte, nos contesta que es una pregunta de absoluta vigencia. Dice que en la actualidad sobran los ejemplos donde nos podemos interrogar sobre esto, como el caso del artista brasilero Eduardo Kac, quien manipuló los genes de un conejo y una medusa y obtuvo un animal que va cambiando su color de acuerdo a la incidencia de la luz.
Podríamos decir que arte es todo aquello que la institución arte declara así. Nos comenta el arquitecto que, cuando Duchamp presentó su mingitorio en 1913 se produjeron muchas críticas y rechazos, pero que al cabo del tiempo terminaron por reconocerlo. Es una problemática que viene de vieja data, como nos dice José “es algo que Hegel ya había intuido, el arte tal como se concebía se terminó en la época de él, y lo que vino después se podría entender como reflexiones del arte.”
Es difícil definir el arte, porque entran en juego muchos factores, como el diseño. El director de esta investigación asegura que el diseño es una actividad dentro del mundo moderno y que hablar de ello supone hablar de urbanismo, arquitectura, diseño grafico, diseño industrial, diseño de indumentaria; y se plantea si el diseño es arte. Automáticamente se responde que algo de arte tiene pero no lo es, “si uno diseña esto (el grabador) es para que cumpla un función práctica que esta destinado a un determinado uso y función; el arte en el sentido general está para ser visto, para ser apreciado, para ser gozado o no estéticamente.”
Sentados frente a frente en su despacho dentro del Campus Universitario, José Seia continúa con su discurso, como si yo fuese un alumno en horario de consulta o como si necesitáramos reflexionar sobre esta cuestión central en la que nos hemos detenido. “El arte está para que vos establezcas algún tipo de experiencia estética, en donde en principio el espectador no tiene un interés del tipo práctico o funcional. Esto no quiere decir que el arte no haya entrado en las lógicas de mercado capitalista, uno no puede negar tampoco las estructuras de lo que es la institución arte: si yo agarro un bollo de papel, lo meto en la bagna cauda y lo pego en un soporte de madera, y digo que es arte; tengo que dar las razones al mundo del arte, habría que convencer a periodistas, a especialistas, a instituciones, etc.”
Pero luego de muchas intentos de acercamiento a la esencia del arte, José exteriorizó una frase digna de incluirse como una de las mejores acepciones de la palabra: “el arte es uno de los espacios de mayor libertad, donde el artista puede, a través de la materia, expresarse plenamente, en su racionalidad, en su espíritu, en su sensibilidad.”


GREMIO DE LOS PINTORES
El pintor está en la creación de mundos, producto de su fantasía y de su concepción de la realidad. El artista es muy individualista y esto a veces trae algunos inconvenientes a la hora de relacionarse con los demás; pero su naturaleza no es así. Todo depende, según Seia, de los circuitos donde te muevas.
Continuando con su alocución el docente aclara que también hay grupos de pintores que trabajan alguna línea determinada. Muchas veces depende de dónde venís y dónde te has formado. “Fijate que las nuevas tendencias llegan a Villa María por la década del ´80, yo pongo el ejemplo de Juan José Massafra, él es un poco el que nos va sacando del impresionismo y expresionismo o de la pintura clásica, cuando ya hacía 40 ó 50 años que las vanguardias habían entrado a Buenos Aires y Córdoba. Massafra se formó en esta ciudad y en Córdoba desde donde trajo algunos aires.”
Hay mucha gente que aprende sola, agrega, aunque es muy provechoso el contacto con los profesores. Son ellos los que te enseñan técnicas, la historia del arte y demás, que se configuran, como nos dice José, en “insumos que se te van metiendo” y harán que tu trabajo “se vaya cargando metafórica y polisémicamente.”
“La creatividad es la lamparita que se prende, pero también estudio, trabajo… es la totalidad del individuo. Creo que un artista en cualquier formato, entrega todo, entrega su racionalidad y su sensibilidad. En el momento en que se esta pintando un cuadro, por ejemplo, su racionamiento lógico está al máximo trabajando. El razonamiento está en permanente ebullición.”


CONCURSOS, EXPOSICIONES Y VENTAS
A la hora de hablar de concursos, él lo traduce a estímulos, pero aclara que dicho circuito establece normalmente premios en donde hay un jurado que juega con las intersubjetividades. “El artista se ve librado a la discrecionalidad del jurado, pero es un mecanismo inevitable. Insisto, entran otros aspectos que no deberían entrar pero que están jugando, como es la moda en las megalópolis, qué es lo que se vende, etcétera; el dilema es, ‘pinto lo que se vende, o vendo lo que pinto’. Los concursos son importantes, porque son una inyección, estos eventos han potenciado a gente joven a que se anime y continúe en este camino. Para el que no lo vive es un ocio, pero un ocio creativo y liberador.”
Nuestro entrevistado cuenta que en cuanto a exposiciones “hay de todo”. Desde aquellos que asisten multitudinariamente a muestras por ser compañeros o amigos del pintor, hasta casos donde podrían traerse cuadros de Carlos Alonso y que sólo concurran un 50 personas en 15 días.
Al momento de referirnos a las ventas, Seia asegura la no existencia de un mercado del arte local; aunque rescata lo que se está haciendo en la galería “Los cuatro gatos” como el primer paso para que ese mercado se vaya constituyendo. “Es un tema difícil, porque paralelamente hay negocios de enmarcadores donde la gente prefiere comprar una lámina de un pintor como Renoir, Monet, Van Gogh, Leonardo… que vienen con nivel de reproducción fabuloso, antes que un original.”
Para estos tres puntos que hemos tocado, José Seia asegura que en el fondo de la cuestión está la educación y el sentimiento de identidad local. Cree y sostiene con fundamentos que las empresas privadas y el estado municipal deben incentivar al máximo toda estas actividades.


EL DOCENTE
Como dijimos más arriba, nuestro invitado de hoy dedica parte de su tiempo a la docencia. En esta actividad, percibe un diverso interés por parte de los alumnos, están quienes toman las materias sólo para cursarlas y aprobarlas y hay quienes requieren mayor ampliación de los contenidos, actitud que ensancha el alma del educador.
Siempre explica que esas materias que dicta, si bien se podrían considerar accesorias, le deben dejar muchas cosas; uno de los ejemplos que les da es el hecho de que los guionistas de películas como Troya o Gladiador, deben estudiar mucho sobre la arquitectura y cultura de aquellas épocas. “A ‘Historia del arte’ la doy sin olvidarme del contexto social, político, cultural, religioso, el artista en sí mismo y la obra en sí; está todo íntimamente vinculado. Un Picasso (ejemplifica), no se podría entender en el Renacimiento. No todo es posible en la historia, se tienen que dar una serie de cosas, para que esa sociedad lo configure como una obra de arte. Los aspectos contextuales son importantes, como lo es el análisis del aspecto iconográfico en sí y también es importante la vida de esa persona. Pensar que Picasso a los 16 años, ya pintaba como un maestro del Renacimiento, te preguntás, si a esa edad de la academia ya no tenía qué aprender, lo esperable es que durante su vida fuera un artista en permanentes búsquedas, de nuevas estéticas, de nuevas maneras de representar la realidad.”


DISTRIBUCIÓN DEL LIBRO
Una de las preguntas que no podíamos obviar es la de saber, cómo hace la gente para conseguir ese material y éste interrogante es, quizás, el único que lo ha hecho dudar a nuestro interlocutor.
Se han editado 100 ejemplares de los cuales el autor y su equipo cuentan con 60 unidades que deben repartir entre los pintores que han facilitado sus obras y su tiempo. Lo considera un gesto justo y de reconocimiento. Piensa hacer una presentación ante la sociedad y tratar de diseminar el material en los colegios, en el Museo Bonfiglioli, en Escuela de Bellas Artes, en la Dirección de Cultura…
Nos tomamos el atrevimiento de opinar y de decirle que debería ser la UNVM o la Municipalidad quienes reediten la obra, ya que se convertirá en un pilar ineludible a la hora de consultar sobre el movimiento pictórico de la ciudad. Él nos contesta, “está dentro de las funciones de la universidad, todo lo que produzca la academia; mas allá de que esto siga retroalimentando a los claustros, debe llegar a la gente, quienes son los que hacen posible que la universidad funcione.”


El trabajo que hoy tenemos en nuestras manos, abre múltiples puertas para su análisis desde los aspectos icnográfico, historiográfico, estético y sociológico. Lo convierte, sin lugar a dudas, en un gran aporte para el patrimonio artístico y cultural de la sociedad.
Gracias a José Seia y su equipo de investigación de docentes y alumnos, nuestra ciudad tiene esta obra que la nutre como comunidad. Estamos agradecidos, pero más lo estarán nuestras generaciones futuras, que encontrarán en ese tesoro lo que hoy llamamos actualidad.



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Proyecto de Investigación:
ARTES PICTÓRICAS EN VILLA MARÍA 1990-2007

Director:
José Alberto Seia (docente)

Co-Directora:
Teresita del Negro (docente)

Integrantes:
Dafne García Lucero (docente)
Juan Carlos “Camilo” Torres (docente)
Héctor Flavio Govednik (docente)
Sebastián Ferrero (alumno)
María Eugenia Cáceres (alumna)
Ulises Rodríguez Pomba (alumno)

Datos del libro:
Breve historia de la Pintura en Villa María (+ DVD), por José Alberto Seia, Gráfica del Sur, Villa María, febrero de 2010, 144 páginas.



(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 28 de marzo de 2010.-

domingo, 21 de marzo de 2010

Carlos Alberto Martín: La vida escrita en medallas

ENTREVISTA
CARLOS ALBERTO MARTÍN
LA VIDA ESCRITA EN MEDALLAS



Aún lo recuerda y se lamenta.
Carlos Martín era empleado de la Junta Nacional de Granos, pero por su dedicación y esfuerzo llegó a ser el jefe de zona más joven del país. Su jerarquía se asemejaba a un gerente de Buenos Aires, aunque vivía y trabajaba aquí.
En reiteradas ocasiones viajaba a esa ciudad por cuestiones laborales; pero el viático que cobraba nunca lo utilizaba correctamente. Es decir, en vez afrontar los gastos que la gestión en la Capital le demandara, el destino del mismo siempre eran librerías y casas comerciales. Tenía cierta predilección por los libros y sobre todo por las monedas y las medallas. Adquirió en esos años, especialmente entre las décadas del ´60 y ´70, la mayor cantidad de material.
Usted se preguntará de qué se lamenta Carlos, simplemente de no haber gastado el doble en esa pasión que es el coleccionismo y la numismática. Pese a ello, al día de hoy se siente satisfecho, porque puede sentarse tranquilamente a observar y estudiar sus pertenencias.

LOS INICIOS

En una tarde pesadísima, con las nubes a punto de parir su diluvio, me siento en el living de su casa a escuchar su historia.
Cuenta que desde niño, cuando corría por los pasillos del colegio primario, tenía una punta de flecha en una cajita de madera que aún conserva. Las bolitas de vidrio formaban parte de su peculio, y mientras me lo dice se da vuelta y me señala una pequeña botella con algunas de ellas. Fue creciendo y guardando algunos objetos que la curiosidad le señalaba. Dice entusiasmado, “siempre me gustó tener algo, empecé con los libros de autores villamarienses, una vez me regalaron Robinson Crusoe, lo devoré y luego me hice un adicto de Julio Verne.”
En su juventud debió hacer el servicio militar, participó de la Revolución del ´55 en un curso de aspirantes a oficiales de reserva, cuya duración sería de dos meses; pero la Argentina transitaba por años “aciagos” y terminó el mismo luego de un año y medio.
Cuando Carlos regresó, agregó a sus actividades el coleccionismo. Consultado por la naturaleza de esta actividad nos dijo que “según una definición que hacía el presidente de la Asociación Numismática Argentina, el coleccionismo era un grado de locura, y clínicamente estaba comprobado…. Una locura mansa.”
Paulatinamente, el gusto personal lo fue llevando a inclinarse primero por las monedas y luego por las medallas.
Afuera la tormenta hacía de las suyas, y como un relámpago traído por ella, Carlos saca de su memoria uno de los momento que le fueron marcando su camino. Rememora un viaje con el presidente de la Asociación Numismática Argentina, quien le dijo premonitoriamente, “‘—Negro, coleccioná las medallas de Villa María, te van a dar mucha satisfacción’. Y yo, que era un ignorante, le contestaba que cuando tuviera diez o doce las tendría a todas. Él me respondía, ‘—empezá; las características de una ciudad como Villa María, con una importante colectividad italiana, una española que es adicta a la medalla… tienen que haber muchas medallas.’ Y tenía razón.” De esa manera comenzaba este viaje de coleccionar, estudiar y ordenar las medallas.


HISTORIA DE LA CIUDAD
En esos viajes que mencionamos más arriba, los comerciantes a los que Carlos frecuentaba, le guardaban su paquito con material, con su nombre y su precio. En una oportunidad, caminando con su señora por calle Corrientes, su vista curiosa se clavó en una de las vidrieras, no lo podía creer. Estaba allí, había un medallón de casi 90 milímetros de módulo, cuyo texto rezaba: “Sociedad Rural de Villa María – 3ra. Exposición - 1904”. En instantes ideó su táctica. No podía ir él a preguntar su precio, su figura ya era conocida por esos lugares y seguramente le cobrarían el doble de lo que valía. Así fue como su señora entró con el pretexto de querer la pieza para adorno en la cocina o en algún estante y salió, asombrada por su costo. Carlos, que en ese momento disponía del dinero, sacó del bolsillo, los contó y a los pocos segundos esa reliquia ya era suya.
Después de su narración, gira, abre un mueble y me coloca en las palmas de mis manos el imponente y pesadísimo objeto. “Es un testimonio histórico para Villa María, porque está fresca la discusión sobre las exposiciones en la ciudad y muchos dicen que acá empezaron en la década del ´10. En 1904 ya estaba ésta que confirma que es la tercera exposición, quiere decir que como mínimo hubo una exposición anterior. Esto hace a la historia de la ciudad, cuando uno aprende a leer la medalla te da referencias históricas que son indestructibles como el metal con las que fueron hechas.”
El año 1967 fue clave en materia medallística para Villa María, por única vez se hizo una exposición de filatelia y numismática. Quien nos cuenta los detalles, participante activo de dicho evento, quiere repetir el acontecimiento junto a compañeros del ramo, pero sus voces de solicitud de apoyo aún no encuentran el eco que necesitan. Antes de esa exposición, quienes se dedicaban al rubro, habían expuesto en todo evento al que fueran invitados y esa actitud le sirvió para tender redes de contactos y traerlos a la ciudad. El amplio gimnasio del Colegio Rivadavia se pobló con más de 140 expositores de filatelia y alrededor de 40 en numismática. “¡Qué material que había!” Carlos, no puede ocultar su emoción.
“Estaba aquí, la colección completa de lo que se conocía de Córdoba, las monedas de oro de todos los años incluidos las onzas riojanas, los escudos de Potosí, había cada pieza que eran fabulosas.” Como si fuera ayer, se explaya perfectamente sobre las medidas de las mesas, los invitados y el público presente. Personalidades importantes no faltaron, como el Dr. Jorge N. Ferrari, quien fue el que hizo la catalogación de la moneda de Córdoba y La Rioja. Ferrari junto a más invitados especiales se alojaban en el Palace Hotel, pero pasaban su tiempo en la casa de Martín, sentados en los mismos sillones que ahora estamos nosotros.


MEDALLAS LOCALES
“¿Con qué puede arrancar la colección de Villa María?” Me pregunta él a mí. “Con la inauguración del Ferrocarril, pero la inauguración en Rosario, aún aquí no había llegado”, se responde.
De esa manera comienza a mostrarme su colección más preciada, perfectamente ordenada en un hermoso mueble con múltiples bandejas que se despliegan para el deleite. Cada cajón tiene alredor de 35 medallas, con sus respectivas fichas informativas. Están allí también los rótulos de aquellas que, pese a la búsqueda de años, no ha podido conseguir pero que conoce de su existencia, inclusive algunas fotocopias que nos dan la idea de su forma, tamaño y motivos.
La muestra sigue con las medallas del Ferrocarril Andino, la que se hizo con la inauguración de los trabajos, aquella que se presentó cuando el tren llegó a Mendoza, a Córdoba… tiene piezas de un par de años antes de que se fundara Villa María. Otras son las de las logias masónicas, la Escuela de Artes y Oficios, la del Colegio San Antonio, la celebración de la Confraternidad Argentino-Española, la inauguración del Ferrocarril Francés…
Su colección posee además la pieza que corresponde al 9 de julio de 1916; también me muestra una medalla realizada en alpaca y sahumada en oro, que fue el premio del Corso de calle Perú en 1911.
Cuando le consulto por la cantidad de medallas en total, me contesta que un par de miles; “le puse mucho esfuerzo y mucho dinero; pero hoy haciendo el mejor negocio es imposible poder recuperar la inversión, aunque el valor afectivo supera todo pensamiento económico.” En cuanto a las de Villa María estima tener poco más de 200 y calcula que la existencia de 400 en toda la historia de nuestra localidad.
Y sigue mostrándome las preciosidades con las que cuenta, como una de ellas que celebra el día del viajante, cuyo grabado ofrece a mi retina la postal de una Villa María pujante, con un típico viajero con sus valijas, su auto y detrás la ciudad con sus postes de luz, las fábricas, las casas en el fondo. Un objeto hermoso y emotivo. Carlos me explica que como nuestro pueblo quedaba a mitad de camino entre Córdoba y Rosario, muchos de esos viajantes paraban en el recordado Palace Hotel y aquí celebraban con un día para ellos, fiestas, picnic y otros agasajos.
Continuando con este recorrido, aparecieron ante mí varias medallas más que el espacio no me permite describir, pero que tienen historias muy emotivas, como la de Fray Luis Beltrán.
A pesar de que los villanovenses creen no tener más medallas que las del Tranway Olmos y la de la Virgen por la inauguración, Carlos cuenta con unos cuantos ejemplares referidos a Villa Nueva.
También es suyo un ejemplar que le enviaron con motivo de un centenario de Savigliano, la ciudad italiana hermanada con Villa María, y una colección de medallas de Córdoba y de ciudades del interior de la provincia.


JUNTADORES Y NUMISMÁTICOS
Carlos Martín es Vicepresidente de la Junta de Historia de Villa María y responsable del Archivo Municipal de Historia, pero es ante todo un numismático de primer nivel en la ciudad. Una persona que ha dejado su vida por el estudio y la pasión de coleccionar elementos que nos ayuden a no olvidar el pasado.
Según él, quienes gustan de esta actividad se pueden clasificar en tres grados: el “juntador”, el coleccionista y el numismático. Es mucha la gente que tiene monedas de otros países que llegan de la mano de algún pariente, por amigos, por algún viaje… No importa la cantidad, puede tener de una a 200 mil monedas; pero nunca se toma la tarea de ordenarlas, clasificarlas por algún tópico (países, motivos, metales, iconografía, flores, animales…), sólo tiene el material, lo junta. Posteriormente está el “coleccionista”, que es similar al juntador, pero que posee cierta especialización que lo obliga a categorizar las piezas por alguna de sus formas. Este es el paso intermedio, el puente que posibilitará la llegada del último grado. El estudioso es quien, verdaderamente, debe llevar el nombre de “numismático” y que es una posición que la Academia Argentina de Numismática y Medallística acepta, así como lo aceptaba la Asociación Numismática Argentina. Sentencia nuestro entrevistado, “no es numismático quien tiene un negocio para vender moneditas sino el que conoce, no es el que junta, sino aquel que sabe lo que tiene, que investiga porqué se hizo, qué ley la creó y en homenaje a quiénes fueron hechas.”
“La antigua acepción del diccionario de la Real Academia Española (continúa Carlos), era el estudio de las monedas y las medallas. Iban juntas por la simple razón de que se hacían con los mismos metales que las monedas, con el mismo tamaño, el mismo peso y los que las recibían las ponían en el circulante como si fueran monedas.” Esto quiere decir, que dependiendo del fin con que fueran hechas las mismas se convertían en un uno otro objeto.
Vale recordar que en la Barcelona de los años ’60, se realizó un congreso y los estudiosos resolvieron que el término “numismática” debía ser exclusivo para las monedas y que se debía crear uno nuevo, el de “medallística”, para referirse al estudio de las medallas como único objeto de estudio.


FUENTE DE APRENDIZAJE
Estas dos ramas auxiliares de la historia ayudan a comprender y ha confirmar hechos y costumbres de las distintas civilizaciones donde fueron acuñadas. “Cuando alguien ve una de las monedas antiguas, como la que Hércules tiene en su cabeza un cuero de león, no es casual dicho motivo. Ésa fue una de las siete tareas que le encomendaron: matar al león de Nemeas. Lo mató y se puso la piel en la espalda y la boca abierta le cubría la cabeza. En muchos tetradracmas de aquel entonces está esa figura. Esa es una de las más viejas que tengo”, nos dice orgullosamente el entrevistado.
Desde todos estos años en que ha dejado sus horas y sus días, Carlos Martín ha percibido como el común de la gente recepta esta actividad, para muchos de sus amigos simplemente son metales, otros se asombran cuando tienen en sus manos una moneda de 100 años “cuando para un país como el nuestro eso fue ayer, porque hay sucesos que se celebran en el mundo que hablan de 10 o 20 siglos atrás…”, hay quienes poseen cierto interés pero no pasan el primer nivel que Martín concibió.
Para él es su vida, su tiempo, su estudio, es un gran motor que lo ayuda a levantarse y seguir, ya que le encuentra hasta un costado terapéutico a su actividad. “Hay veces (dice), llego con mucha bronca a casa, me siento en el medallero, las miro 20 minutos y me sirve de sedante. Tenés en la mano el metal, lo sentís y te ayuda a recomponerte.”


A MANERA DE CIERRE
Luego de un par de horas de conversación, nuestro entrevistado nos muestra lo que es el zumo de su colección: la parte artística de las medallas. Una serie de cajones que cobija los trabajos de distintos artistas como Luis Isabelino Aquino, Bigati, Carlos de la Cárcova, Ernesto de la Cárcova, Ricardo Gianeti, Pages, Antonio Pugia, entre otros.
Se destacan entre ellos la medalla con la imagen de Sarmiento hecha por Pages, que al observarla puede presentar dos lecturas según el punto de vista que se adopte; la de Pugia, que muestra un caballo en sobrerrelieve en estado natural y en un bajorrelieve el caballo corriendo carreras, dos imágenes en una que demuestran la cabeza de quienes hacían estos trabajos. No puede quedar en el tintero la obra diseñada e impresa por E. de la Cárcova quien mostró un motivo para la Caja de Ahorro, con una imagen del banco recibiendo los elementos para otorgar un préstamo a una mujer, que lleva consigo una criatura; en frente de ella está otra mujer representando la Nación, quien se encarga de hacer a un lado al usurero que quiere intervenir.
“Para el final te dejo lo que mostraría para el Bicentenario: te voy a mostrar a unas pibas”, me dice sonriente.
Se refiere a una colección completa de 38 piezas que rinden homenaje a cada una de las Patricias Argentinas, quienes fueron las mujeres que colaboraron con la formación de los primeros ejércitos patrios. Se crearon en 1910 por decisión de la Sociedad Patricias Argentinas, grabándole a cada ejemplar el rostro y los datos de dichas mujeres.
Carlos Martín, quien además de haber dado varios diseños para distintas medallas y haber escrito el libro “Villa María en la medalla”, pretende mostrar este material del centenario para el Bicentenario de la Patria. Para ello, tiene preparado un trabajo, las biografías de cada una de las Patricias y las piezas descritas, aunque necesita de un apoyo para concretarlo.
Es así, en la posmodernidad en que vivimos, muchas cosas están perdiendo el valor que contienen y son otorgadas a otras que son superficiales y pasatistas. Sin embargo, el tiempo se valerá de ellas para escribir la historia de los pueblos, las monedas y medallas se conforman como puntos de anclaje donde será posible apoyarse y comprender desde ahí la belleza y el conocimiento que ellas poseen.


(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 21 de marzo de 2010.-

domingo, 14 de marzo de 2010

Eduardo Belloccio en Buenos Aires

DESDE VILLA MARÍA AL PAÍS
EDUARDO BELLOCCIO EN BUENOS AIRES
PRESENTACIÓN DE SEÑALADORES CON SUS POEMAS


Peatonal.
Transeúntes en todas las direcciones gambeteando artesanos. Algunos apresuran el paso, otros contemplan tranquilamente las vidrieras y otros tantos se adentran o egresan de los distintos locales comerciales, cargando la bolsita con su compra.
Transitamos por la calle Florida. Escenario de un Buenos Aires que marcó la historia de la literatura. Estamos allí, entre medio de vehículos que no dan respiro, con altos edificios de arquitectura antigua que dificultan la recepción de las emisoras de radio y con veredas mojadas por las gotas que despiden los aires acondicionados.
Los cafés son una cita obligada, esa vieja costumbre de reunirse a compartir una charla, a contemplar la ciudad y porqué no, momento de inspiración de tantos poetas.
Hermoso paseo con grandes librerías que todo amante de la cultura y de los libros quisiera experimentar. En una de ellas, en Florida al 629 se encuentra una de las sucursales de El Ateneo, una de las cadenas de librerías más grandes del país. El hermoso edificio alberga, en varios pisos, los diferentes paquetes con que el hombre actual transmite el conocimiento. Los cinéfilos tienen a su disposición pilas y pilas de material audiovisual para disfrutar. La música se ordena armónicamente en las bateas y es posible retirar el material de nuestro gusto y escucharlo antes de llevarlo. Hay juegos de ingenio para aquellos que ejercitan la mente y disfrutan del tiempo. Y hay, sobre todo, toneladas de libros. Perfectamente catalogados por épocas, por género, por autor… Un paraíso para cualquiera, como solía decir Borges.
En el centro de ese edificio está el café “La Brioche Doré”. Espacio para el deleite de ricas infusiones y comidas varias. Cuando uno se sienta en los cómodos sillones individuales divisa a su alrededor todo ese entorno mágico. Puede escucharse el sonido del agua que cae de una fuente, mientras la pared que se extiende detrás de ella, muestra el nombre del lugar en un extenso fondo blanco que se va tiñendo con distintas tonalidades que se degradan bellamente.


LOS SEÑALADORES
Es miércoles por la tarde, 10 según nos marca el calendario. Estamos presentes para ser testigos de un lanzamiento que tiene como a protagonista a un escritor de nuestra ciudad. Eduardo Belloccio, el actual presidente de la SADE local se sienta enfrentado al público junto a la compañía del locutor y gestor cultural Horacio Lucero.
Es que Na & Na artesanal, de Capital Federal, lo ha elegido para ser el portavoz de un gesto literario y solidario. Esta editorial que se ocupa de crear productos artesanales como tarjetas, calendarios, anotadores, entre otros, ha impreso una serie de señaladores ilustrados con elfos, duendes, hadas y pinturas aborígenes que han sido matizadas con múltiples colores. En esta edición que corresponde al 2010, la consigna fue seleccionar a un poeta del interior para reproducir sus poemas. Es ahí donde Eduardo Belloccio aparece y complementa la propuesta. Los versos seleccionados están en su versión original y algunos de ellos han sido traducidos a la lengua toba y quechua, por las mismas comunidades originarias de Santiago del Estero y Chaco.
Son catorce los señaladores donde están impresos los poemas de un escritor local y que serán distribuidos en toda la cadena de librerías de El Ateneo, que ascienden a 42. Desde Salta hasta Comodoro Rivadavia podrán adquirirse estos originales señaladores que en una primera edición alcanzan una tirada de 50 mil ejemplares.
Na & Na seleccionó seis poemas editos que se reprodujeron en su idioma original, más ocho nuevos poemas que se versionaron en las mencionadas lenguas y que integrarían el sucesor de “La memoria de los sueños” (2001).
Es dable destacar que Belloccio decidió ceder lo que le pudiese corresponder como derecho de autor, para que ese porcentaje se done a distintas comunidades indígenas como la Escuela de Coros “Bandada de zorzales” de Resistencia.


TESTIMONIOS Y PRESENTES
“La vida de los hombres tiene siempre un matiz otorgado por los propios acontecimientos que genera ese hombre. Somos hoy lo que fuimos ayer, sin ninguna duda, pero también parte de la vida la determina el azar. Este acontecimiento que vivimos hoy es producto del azar. Sólo el azar produjo que pudiéramos conectarnos, Esther (Roth, Directora de la editorial Na & Na) y yo, a partir de unos artistas que fueron a actuar a Villa María, y eso nos termina vinculando con estos señaladores que hoy ven la luz.”
Con estas palabras comienza su alocución el poeta, ó como lo definió Lucero “un soñador villamariense”. Belloccio se manifestó agradecido con esta editorial y se sintió orgulloso de que un poeta del “interior del interior”, pueda difundir sus poemas por todo el país. Anheló también que otros escritores locales, puedan correr la misma suerte.
Por su parte la responsable de Na & Na, expresó a los medios presentes: “este es el segundo trabajo de este tipo, realizado totalmente artesanal y el primero que publicamos rescatando poemas de artistas del interior. Nuestro objetivo es generar un espacio para la difusión de la cultura nacional, participativo, solidario y apuntar especialmente a la gente del interior para difundir sus obras”.
En esta cálida presentación, acompañaron a Belloccio distintos medios locales y nacionales como han sido Radio Show, el Grupo Radial Centro, la Cadena 3 Villa María, EL DIARIO y Argentinísima Satelital, quienes inmortalizaron con sus videocámaras el momento y realizaron entrevistas a los protagonistas y a los presentes. Entre estos últimos se encontraban el Gerente General de El Ateneo, Sergio Sueyro; el Secretario General de la SADE Nacional, Ernesto “Chueco” Fernández Núñez; representantes de la Federación Mercantil de Villa María y Centro Empleados de Comercio; el Secretario de Turismo y Cultura de FAECYS, el Director del Instituto de Extensión de la UNVM, Omar Barberis; como así también la Directora de la editorial Na & Na junto a sus colaboradores.


PARA CELEBRAR
En un ambiente de camaradería se desarrolló este emotivo acto de presentación que sumó un punto más para las letras locales.
En esa oportunidad Fernández Núñez invitó formalmente a Belloccio a integrar un panel en la próxima Feria del Libro de Buenos Aires; su participación consistirá en la difusión de algún escritor del interior mediante lecturas y comentarios.
Celebramos desde estas páginas estos nuevos logros para Eduardo Belloccio. Hacemos extensivo también nuestro augurio para los demás escritores de la ciudad, para que se vayan abriendo nuevos caminos y puedan diseminar así, sus producciones literarias por otros destinos.

(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 14 de marzo de 2010.-

domingo, 7 de marzo de 2010

Lecturas de Verano 2010 (8ª edición)

LECTURAS DE VERANO 2010

Como se habrá podido dar cuenta lector, ha sido más que voluminosa nuestra respuesta al llamado para las Lecturas de Verano de este año. Tal es así que aún nos siguen quedando cuentos y poemas por publicar y el verano se nos va yendo. Esperamos poder cumplir con todos ustedes. Para hoy son tres los escritores que leeremos:

Rubén Rüedi es villamariense, poeta, narrador e historiador. Ha publicado los siguientes libros: “Duendes de fuego” (1985), “Caminos del amanecer” (1986), “Corazonando” (1989) “Cartas del otoño” (1993), “Canto a los pájaros” (1996), “Matria” (1999), “Procesión” (2000), “Tras un manto de neblina” (2002), “La Aldea – Villa María en tiempos fundacionales” (2003), “Pasco, centenario de los primeros pobladores” (2007), “Antonia” (2007), “Noches serenateras” (2010) y tiene previsto presentar en poco tiempo el libro “Salvato”, referida a la vida del mencionado padre.
Es autor, también, de la “Cantata a Villa María” (1997), junto a Bernardino Calvo y Graciela Yessín, obra presentada en la ciudad de Villa María el 26 de setiembre de 1997, en el Teatro San Martín de la ciudad de Córdoba (1998) y en la Casa de la Cultura del Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires (1998).
Autor, además, del documental “El hombre del corazón de pan”, sobre la vida y obra del padre Hugo Salvato – Premio ACORCA 2007 al mejor documental de la televisión por cable de la provincia de Córdoba.
El texto que hoy les proponemos corresponde a una serie de fábulas contenidas en el libro inédito “Clepsidra”.

De la mano de María Celia “Puqui” Charras nos llegó los cuentos infantiles de Nora Baker de Zandrino. Es ella quien nos la presenta de la siguiente manera: “Nació en Córdoba y actualmente vive en Villa María. Casada, cuatro hijos. Dedicada a la enseñanza de inglés. Formando parte desde hace más de 10 años de Red Viva Internacional filial Villa María (entidad que se dedica a la protección de la niñez). Asimismo día a día alterna su trabajo escribiendo cuentos y poemas. Sus narraciones están dirigidas principalmente a lectorcitos pequeños. Sus cuentos son especiales para ellos, por más que también pueden gustarlos los grandes. En 2006 la Editorial Reko publicó su libro “¿Fútbol en un desierto caluroso?”. En el prólogo Marta Parodi, la que fuera su maestra y estímulo incondicional desde su guía animándola con su aporte crítico, diría de Nora, “¿Un libro para jugar? ¿Imaginar? ¿Ó para ponernos a volar?”

Fue en Villa Nueva, el 7 de diciembre de 1960 cuando “un colibrí / atravesó / con el pico / a un recién / nacido.” Lo llamaron Gustavo y es uno de los poetas más importantes de estas villas. Es ferroviario y continúa viviendo en su ciudad natal. Fue merecedor en el año 2003 del Premio para Autores Inéditos Glauce Baldovín con su libro “Patitos degollados” y en 2006 aparece un nuevo texto bajo el nombre de “Hermoso niño rubio”. Gustavo Borga publicó en la revista “La Guacha”, “Alguien llama”, en “El corredor mediterráneo” del diario Puntal y en EL DIARIO del Centro del País. Recientemente el sello editorial “llantodemudo” nucleó en un solo volumen sus dos libros, con la adición de algún poema inédito y el cuento que reproducimos en esta edición. Dicho libro lleva por nombre “Poesía reunida” y puede conseguirse en las librerías locales.

A disfrutarlos.



FÁBULA DE LOS OJOS
Rubén Rüedi


El invierno asolaba las planicies de África.
Los pastos estaban secos y las orugas buscaban los socavones de la tierra para aletargar su existencia a la espera de la mutación.
El homínido se quedó mirando la tierra yerma. Sintió en su cerebro una fuerte opresión.
Asentado en sus cuatro extremidades se desplazó algunos siglos más.

De pronto se detuvo.
Conmocionado sacudió la cabeza a uno y otro lado.
Volvió a padecer agudos dolores en las sienes.
Estaba pensando.

Habían pasado infinidad de milenios y entonces decidió, audazmente, erguirse en sus patas.
Y así anduvo, bamboleándose, por otros miles de años.
Hasta que sintió una fuerte rigidez en la espalda.
Era el crucial momento en que pasaba a ser bípedo.

Entonces, comenzó a percibir la liviandad de sus brazos que perdían fuerza y rigidez.
Pudo así utilizarlos para tomar una piedra y romper las cáscaras de herméticos frutos o blandir una rama para sacudir los panales silvestres.

Pero también, ya erguido, pudo mirar de frente a los ojos de sus pares.
Y en los ojos de los otros descubrió a los propios.
Y en los ojos encontró lágrimas y destellos.
Alegrías y tristezas. Amor y odio.

Fue en aquel día de milenarias horas que nacieron las miradas.
Las torvas y las frontales.
Las turbias y las claras.
Y en las miradas se reflejaron la perfidia y el amor.
La venganza y la compasión.
El deseo y el desprecio.
La lívido y la frigidez.
La pureza y la miseria humana.

Y es desde entonces que sólo pueden mirar a los ojos los que viven de pie.


* - * - * - * - * - * - * - * - *

CUENTO
Nora Baker de Zandrino


Norita vivía con su hermana Ramona en Ongamira: un hermoso valle entre las montañas de Córdoba.
Norita amaba las montañas. También amaba las plantas y los árboles. Conocía a cada uno por su nombre:

El Coco, el Tala y el Espinillo.

Le gustaba recorrer los lugares para asegurarse de que estaban bien y saludables. Los tocaba suavemente, como acariciándolos y les daba las gracias porque decía:

Para el dolor de muelas... Moradillo
y para la Pancita... Palo Amarillo


Sí, Norita amaba las plantas.
Pero, lo que más amaba eran los animales y tenía un lugar muy especial guardado en su corazón para su caballito, Alfonsina.
Alfonsina tenía ojos grandes, oscuros y tiernos, un soquete blanco y una cola larga, negra y alegre.
Todas las mañanas Norita llevaba a Alfonsina a tomar agua al arroyo. Luego iba a la montaña y la soltaba bajo la sombra de los árboles. Allí Alfonsina pasaba su día feliz; comiendo, corriendo y jugando. Al atardecer Norita la buscaba y la llevaba a un lugar seguro para dormir.
Una noche llovió mucho... MUCHO. Un enojado viento sopló sacudiendo ferozmente las ramas de los árboles. ¡Cómo crujían!

CRRR CRRR CRRRRR

Desde su cama Norita pensaba preocupada iPobres plantas!
A la mañana había un radiante sol y un cielo azul. Norita contenta pudo llevar su yegüita al arroyo como todos los días. Alfonsina, tomó largos tragos de agua. Luego Norita, dándole unas palmadas cariñosos en el anca PA PA PA PÁ la soltó entre la frescura de los árboles.
—Qué pases un lindo día, Afonsina -le dijo Norita y volvió a su casa.
Esa tarde, cuando bajaba el sol, Norita fue a buscar a su caballito como todas las tardes pero...! No la encontró…! y ¡No la encontró!

Alfonsina no estaba

Norita, asustada, la llamó:

Alfonsinaaaaaa... Alfonsiiiiiiiiiiina

Primero hubo un largo silencio. Luego a lo lejos, escuchó relinchos pero... relinchos de miedo; mucho, mucho miedo.

Jiiiiiiiii jiiiiiiiii jiiiiii

Parecían decir —Veníííííííííí, ayudame, por favor.

Norita corrió entre los árboles hacia los relinchos y encontró su caballito querido... ATRAPADA. Alfonsina estaba encerrada entre las ramas de un enorme árbol, caído en la tormenta de la noche.
Buscando pastito rico, Alfonsina, había llegado sin darse cuenta a un lugar peligroso. Caminando entre las grandes ramas caídas había entrado a un lugar pequeño, tan pequeño que era imposible darse vuelta para salir. Estaba atrapada y eso le producía mucho temor.
Norita escuchó el miedo en su voz y lo vio en sus ojos oscuros. Todo su cuerpo temblaba. Cuánta tristeza le dio ver a su caballito así. Acarició suavemente su cuello para tranquilizarla y le dijo —Te prometo que te sacaré de aquí.
Norita, corrió, corrió y corrió. Volvió con su machete y se puso a cortar las ramas que la atrapaban cuidando mucho de no lastimarla al hachar. Después de mucho trabajar Alfonsina quedó libre. Llenó la cara de Norita con resoplidos calentitos y le regaló besitos blandos de gratitud.
—¡Vamos, Alfonsina! Vamos a casa. Después de un susto tan grande yo te voy a regalar una sorpresa!
Norita la llevó hasta los frutales. Llenó un viejo canasto con manzanas verdes y se las dio a Alfonsina.
Alfonsina comió feliz mientras Norita acariciaba su cuello tibio. —¡Mi caballito querido! ¿Qué haría sin vos?
Alfonsina sin dejar de comer contestó con un largo resoplido

Brrrrrrffff Brrrff

de FELICIDAD.


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MI PADRE SE GOLPEABA LA CABEZA CON UNA PIEDRA
Gustavo Borga


Mi padre se golpeaba la cabeza con una piedra. Se paraba en el patio. Agarraba la piedra con las dos manos y la levantaba a la altura de la frente. Luego la chocaba reiteradamente con la cabeza. Mi madre y mis tres hermanas salían al patio gritando y llorando como locas. Luego venía una ambulancia con dos enfermeros y se lo llevaban. Yo, que miraba todo desde la ventana de mi dormitorio, me quedaba mirando la piedra. La piedra, manchada de sangre, seguía ahí.
Después mi padre desaparecía. Está de viaje, decía mi madre. Está en un manicomio, decían mis tres hermanas. Ellas ya no gritaban y lloraban como locas. Tejían para afuera. Yo iba al colegio, y cada tanto, desde la ventana de mi dormitorio, miraba la piedra. La piedra, sin manchas de sangre, seguía ahí.
Del viaje o del manicomio mi padre siempre volvía y la piedra se teñía de rojo y mi madre y mis tres hermanas gritaban y lloraban como locas y venía un ambulancia con dos enfermeros y se lo llevaban, y la piedra, que yo miraba desde la ventana de mi dormitorio, con o sin manchas de sangre, seguía ahí.
Un día mi padre murió. La piedra tiene la culpa, dijeron mis tres hermanas. Hay que esconderla, dijo mi madre. Yo que miraba la piedra desde la ventana de mi dormitorio, pensé, hay que romperla y tuve un deseo enorme de golpear mi cabeza con la piedra y que mi madre y mis tres hermanas gritaran y lloraran como locas y que viniera una ambulancia con dos enfermeros y que me llevaran a un manicomio… pero dije no y la piedra, sin manchas de sangre, seguía ahí.
Un día mi madre me llamó a su dormitorio. Desde la cama me dijo. Tu abuelo se golpeaba la cabeza con esa piedra. Tu padre se golpeaba la cabeza con esa piedra. Vos tenés que golpear tu cabeza con esa piedra. Es tu destino, dijo, y murió. Yo, desde la ventana del dormitorio de mi madre, miraba la piedra. La piedra, sin manchas de sangre, seguía ahí.
Pasaron muchos años. Mis tres hermanas se casaron. Yo también me casé.
Hoy con mi esposa mirábamos, desde la ventana del dormitorio, cómo nuestros hijos y los hijos de mis hermanas, jugaban en el patio. Habían hecho una ronda alrededor de la piedra y cantaban.
La piedra, sin manchas de sangre, sigue ahí.


(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 07 de marzo de 2010.
NOTA: Por un error involuntario el cuento de Gustavo Borga no salió publicado en la versión papel.