domingo, 30 de enero de 2011

Lecturas de Verano (04/2011)

LECTURAS DE VERANO (04/2011)


Sigue cayendo el calor sobre el cemento de la city. Aún así, este espacio no se toma vacaciones y continuamos brindando nuestro espacio para que ustedes se apropien de EL DIARIO Cultura y muestren sus escritos.
En esta oportunidad, les ofrecemos los textos de lectores de Etruria y de Villa María.

Nelly Mariani nació en 1944 en Etruria. Tiene publicaciones en libros y diarios del interior de la provincia. Participó en diversas antologías como: “Voces literarias Argentinas” (2001), “El ojo del escritor” (2002), “Edición especial de Poesía y Narrativa” (2003), “Nueva imagen literaria” (2005), “Antología poética ECA” (2006). Tiene un poemario propio titulado “Nostalgias” (2009) del cual extrajimos dos poemas, y tomamos uno de sus inéditos.

Desde el barrio Las Playas nos escribe Liliana Costabello. Ella es trabajadora social y ha plasmado en el papel sus sentimientos toda la vida, aunque siempre ha desechado lo que ha escrito. Liliana conoce de este espacio y luego de pensarlo en varias oportunidades ha decidido compartir con nosotros algunas de sus producciones.

Oscar Nicola nació en Villa María y hoy reside en Etruria. Fue corresponsal periodístico de medios escritos y orales. Sus publicaciones en libro: “El rincón” (1999), “Contra viento y marea” (2002) y participó de distintas antologías de poesía y narrativa como “Numen sur”, “De Baigorria con amor” y de ECA entre otras. Sus trabajos han sido publicados en revistas literarias de algunas provincias argentinas como así algunas de España. Actualmente sostiene “La página de Etruria” a través de “Catalejo 2099”. Los poemas que en esta oportunidad seleccionamos, corresponden a la “XIII Antología poética narrativa E.C.A. Nacional 2010” que tan gentilmente nos ha hecho llegar, junto a otras publicaciones.


Recuerden que nuestras vías de comunicación están abiertas para recibir las creaciones literarias de nuestros lectores. Esperamos sus envíos por correo electrónico o acercándolos a nuestra redacción, en sobre cerrado indicando que es para nuestra sección “EL DIARIO Cultura”.
Hasta el próximo domingo.



COMPAÑERA FIEL
Oscar Nicola

Porque cuando nos miramos
siento la alegría del amor,
con vos por toda compañía
se aleja todo mi dolor.
Tus ojos y tu mirada legan
a mi corazón la esperanza
y mi soledad como mis ansias
se curan con tu presencia.


* - * - * - * - * - * - * -

BLANCA SOMBRA
Oscar Nicola
“…La blanca sombra del amor primero…”
Antonio Machado

Te recuerdo amor primero
en mi memoria te encuentro
por otros tantos olvidados.

Olvidados por nacientes
amores nuevos ya vividos
a través del paso del tirano

…tiempo que marcas los años
como cuña separas “La blanca
sombra del amor primero…”.


* - * - * - * - * - * - * -


¿ME SEGUIRÁS RECORDANDO?...
Oscar Nicola

Sos nueva flor de mi vergel
has sembrado melodías de amor
en este mi corazón de papel
un tanto arrugado por el dolor.

Sos fruta apetecible para mí
como nunca en mi quinta creció,
yo aún quisiera ser para ti
alguien que la vida te regaló!
Sólo sé que te querré más,
aún si de mí la vida te aleja
de ello tomo absoluta conciencia.

Más sé también que el tiempo
habrá de pasar para los dos…
Aún así, ¿me seguirás recordando?



* - * - * - * - * - * - * -


SOLO POR UNA VEZ…
Liliana Costabello


Parte I
Me pase la vida esperándote, te soñé conmigo tantas noches, cantidades de promesas le jure a Dios por ti, tan solo por tenerte una vez y sentir el sabor de tus labios besando los míos; solo por una vez.
He sufrido tu ausencia sin que supieras que me faltabas, espere tanta vida por abrazar tu cintura y sentirte mía por una vez.
Nunca pude entender tu partida si yo te amaba tanto y tú eras la vida mía; como fuiste capaz de no saber que lo eras todo, como no pudiste oír el grito silencioso de mi amor desesperado, aunque sea solo una vez.
Cuando supe que alzarías el vuelo…, que serías parte de la vida de otro amor, sentí que me moría en mi propio dolor.
Nada guarde para mi te di mi alma, mis sueños, mis manos y mi dolor. Y podes creer...Tú…no lo sabías, ¿porque no me entendías?, porque no leías el lenguaje de mis manos, todo lo que era te lo ofrecía, pero tú no lo veías.
Todo lo que tuve te lo he dado amor mío, hasta mi corazón lo puse en tus manos, todos mis sueños los he compartido contigo como la primera vez.
Y hoy… Cuando he despilfarrado mi vida por amor, tú llegas, sonríes, me regalas un abrazo y me acercas tu alma. Como si fuera la única vez, volver a verte y saber que no he dejado de quererte.



Parte II
Por primera vez se me acercan tus labios, se emborracha mi alma de tanto amor, soñé tanto… con sentir mía tu cintura y… la caricia de tu espalda. No me importa el pasado, estas aquí y ahora conmigo.
Sabes; mi corazón late con la misma imprudencia de aquella vez que te vi mirarme y sonreír para mí.
Descubro…, otra vez que soy tuyo como tu propia sangre, confieso que una vez te di mi vida y nunca lo supiste. Lo que quedo de mí quiso querer a otro amor y ahora… que estas aquí, me quiero quedar con vos…
He perdido la memoria, no me importan las lágrimas que derrame por ti, ni me interesa el tiempo que paso, finalmente me escuchaste. Te amo.
Mi sombra te pertenece, te persigue y te ama y en el momento en que te alcanza no puede tomarte porque hay otro querer sin querer. Por favor que no sepa que te amo tanto… tanto como si fuera la última vez.
Desde siempre nuestra historia estuvo empapada de distancias, he vivido mi vida para acortarla y por fin cuando ya no existe. ¿Cómo hago? No estoy solo, pero solo quiero estar contigo.
Como le digo que sin ti me muero, que me pueden tus abrazos y que amo tu cintura, como le cuento que se me escapa el corazón cuando te me acercas, como le explico que soy un ladrón que le roba los besos, que a otra le regalo. Mi vida ya no es mía volvió a ser de aquella, la que nunca se fue de mi alma…


* - * - * - * - * - * - * -


ESCUCHAS AMOR?
Liliana Costabello

Escuchas amor? Es el lenguaje de mis besos el que te escribe,
Es la magia de mi alma la que construye nuestro universo.
Escuchas amor?
Es mi corazón dando saltos por ti,
Es el juego de mis manos que aletean para que sepas que estoy aquí.

Escuchas amor?
Mientras tú me amas mi sangre extasiada murmura tu nombre,
Y en las alas de tu pasión me elevas como si fuera el último vuelo.
Escuchas amor?
La lluvia comenzó a caer, es el cielo cómplice que nos regala un
Sueño cumplido.

Escuchas amor?
Se apago la luz, y aunque no te hablen mis ojos podrás escuchar,
El himno que mi piel le está dedicando a la tuya.
Escuchas amor?
Las gotas no paran de rodar, se entrecruzan con las nuestras,
Mientras llegamos al altar de la máxima expresión del amor.

Escuchas amor?
Te estoy amando, no sé cómo, no sé cuando, no sé hasta donde...
No se mas nada, solo quiero que me escuches.



* - * - * - * - * - * - * -


LA NONA
Nelly Mariani

(En recuerdo a Nona Catalina)


La nona sentada en el viejo
sillón de esterilla, cosía vestidos
tejía mantillas, narraba
anécdotas de su Italia bella
escuchando, soñaba con ella.

Tenía en los ojos un pedazo
de cielo y algunas canas
en su corto pelo.

La nona buscando junto
a la reja, las flores más bellas
para adornar la mesa.

Corría deprisa al abrir la puerta,
y al ver mi rostro, besarme contenta.

Me parece verla, debajo de la sombra fresca
leyendo revistas, o ayudando
a mi madre limpiar hortalizas.


* - * - * - * - * - * - * -


RECUERDOS
Nelly Mariani

El paso de los años
como ha cambiado a mi pueblo,
¡por qué a veces duelen tanto
los recuerdos!

Las calles eran de tierra
y con la lluvia, pantanos
¡Qué goce indecible
poder cruzar descalzos!

Los verdes árboles añosos
donde pendían los juegos,
hoy no ha quedado nada,
lo ha cubierto el cemento.

En la iglesia de mi pueblo
allí por primera vez,
al Jesús de mis amores
en mi alma cobijé.

Ayer me acerqué a la reja
de la escuela primera,
y sentí tantas nostalgias
del jardín y las moreras.

El cine del centro
que su sala colmada,
el progreso del video
dejó sus puertas cerradas.

Vi a mi padre fuerte y joven
caminar tras el arado,
¡con hombres como él
el pueblo ha progresado!

¡Qué grande y hermoso
está mi pueblo,
y qué cansado y pequeño
está mi viejo!


* - * - * - * - * - * - * -


SILENCIO
Nelly Mariani

Me quedé varada
a la vera del camino
por no seguir la senda,
desvié mi propio destino.

No podré perdonarme
esta tonta timidez,
quise gritar muchas veces
y en silencio me quedé
viendo como mis sueños
se alejaban cada vez.

Al hombre de mi vida
alejarse vi partir y por
quedarme en silencio
para siempre lo perdí.

Siento que aún
estoy al comienzo
del camino, pero
mi grito ya, no tiene
eco, ni sentido.



(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 30 de enero de 2010.-

domingo, 23 de enero de 2011

Lecturas de Verano (03/2011)

LECTURAS DE VERANO (03/2011)

Otro domingo con el calor a nuestras espaldas. Otro domingo para seguir disfrutando con los textos que ustedes, los lectores, nos acercan. Seguimos abriendo el espacio para mostrar a nuevos valores que nos ofrecen sus escritos y pensamientos.
En esta oportunidad tres hombres se adueñan de nuestras páginas.

Agustín Ortega es de Capital Federal, tiene 16 años y escribe cuentos y poemas. Hace un par de años en que ha iniciado en la actividad literaria apoyado por su grupo familiar. Ha conseguido el primer lugar en el concurso de la Biblioteca Alejo Iglesias por un cuento llamado “Una penumbra en la fábrica”, en la categoría adolescente.

José Luis Glanzmann nació en 1982 en esta ciudad. Es técnico en Comunicación Social en el INESCER y se encuentra realizando la tesis de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la UNVM. Ha participado del taller literario que coordina Dolly Pagani, colaboró en diarios y revistas de la ciudad.

Para finalizar les presentamos un poema de Eduardo Patricio Wyse, que nos entregara en mano hace algún tiempo. Rinde tributo con él, a una celebridad que ha marcado la historia de los hombres. Un texto que nos invita a reflexionar y a pensarnos de una manera diferente.

Recuerden que nuestras vías de comunicación están abiertas para recibir las creaciones literarias de nuestros lectores. Esperamos sus envíos por correo electrónico o acercándolos a nuestra redacción, en sobre cerrado indicando que es para nuestra sección “EL DIARIO Cultura”.
Hasta el próximo domingo.





JACK
Agustín Ortega


Jack Daniels recorría a paso vacilante y presuroso la calle White. Como siempre sucedía, aquella madrugada fúlgida de domingo se encaminaba hacia la capilla. El siempre se dirigía allí por pequeñeces. Pero esta vez la situación era distinta.
Y en verdad mucho peor.
Había matado accidentalmente a su mujer. Solo había sido una discusión común y corriente, pero Jack tenía casualmente en aquel momento un cuchillo en la mano. Ella se había balanceado torpemente hacia él, y el arma de filo la traspasó fluidamente. Jack debió enterrarla en el patio trasero de su hogar. Por cada palazo con el que sacaba y ponía tierra, una y otra parte de su ser fue derrocándose, y en donde su corazón solía estar y sentir, ahora tan sólo había un instrumento para bombear la sangre, hundido en una profunda oscuridad.
El terreno por el que avanzaba era áspero y abrupto. Los rayos ígneos del sol bañaban su agotado rostro; entrecerraba los ojos incesantemente. En sus piernas predominaba un ligero ardor, producido por la larga caminata, y su constante debilidad. Le faltaban tres cuadras, y añoraba con inagotable fervor poder acudir allí. Por dentro sentía que si lograba llegar, curaría sin duda la profunda y putrefacta herida que había agrietado su alma. Miraba para atrás, para adelante, para la derecha, para la izquierda. Temía que alguien o algo lo acusaran y lo condenara a un sufrimiento perpetuo. En su mente revoloteaba sin descanso o receso alguno la idea de que la culpa fue entera y totalmente suya; inexorables oscuridades de arrepentimiento brotaban en lo mas profundo de su insondable ser, como voces a la espera de torturarle con decirle la verdad. Y la verdad era que el la había matado. Sólo él.
Siguió caminando, vadeando una por una las sendas de las calles. Su energía iba menguando. Tenía la cabeza gacha, junto con su mirada. Pero hubo un momento en que elevó la vista. Y fue entonces cuando contempló, con ajeno y desdeñoso horror, al cuerpo de su mujer. Su rostro, exhausto y anémico, estaba cubierto de sangre, y su vestido blanco se encontraba parcialmente teñido de marrón, con sangre seca. El fantasma lo miraba con desdén y desprecio. De su mujer emanaba una hediondez repulsiva e indescriptible.
Jack salió corriendo, aspirando y exhalando el oxigeno proveniente del ambiente con una rapidez agitada y convulsiva. Vio que tan solo restaba correr una cuadra. Ahora deseaba estar, más que nunca, en la iglesia. En un momento miró sobre su hombro: Su difunta mujer lo perseguía al igual que un animal salvaje. Elevaba las piernas a una altura sobrehumana, y casi le tocaba los talones a Jack. Este último corrió como nunca en su vida, valiéndose de lo que le quedaba de vitalidad.
Y gracias a aquel ultimo impulso, pudo recorrer la suficiente distancia como para tan solo distar unos metros de la iglesia. Exhausto y casi derrotado, dio por fin con la iglesia. La veía desde afuera como una gran luz incandescente, imperecedera y resplandeciente. Atravesó con fuerza la puerta de entrada, y cuando al fin estuvo dentro, miró a través de la perilla de la puerta. Veía a su mujer que, paralizada como si algo le impidiese ingresar, se esfumó como bruma con el soplo frío de aire del oeste.
En el interior de la iglesia, se dejó caer al suelo, flaqueó y perdió la consciencia. Había intentado esforzarse más de lo que su cuerpo le permitía. Lo único que le despertó fue una voz lejana aunque clara. Abrió los ojos, y vislumbró el arrugado y bondadoso rostro del cura. Le pidió de confesarse, y así lo hizo. Desde ese momento, hasta el lejano final de sus días, Jack pudo vivir en paz, respirando tranquilo, ya sanado de la ponzoñosa estocada que la muerte de su esposa le había proferido.


* - * - * - * - * - * - * -


BALCÓN
José Glanzmann




Ahí está la ventana
donde te asomaste la última vez que me esquivaste
no hay otra ventana
caerse;

cáete de una maldita vez
contra el césped verde cortado húmedo al ras

a ras del suelo del primer piso
logro encontrar
cierta esperanza

esperanza que es humedad en agosto
adivinanza
mujer atesorada en el frente de mi casa
cálidez
antialérgico para el fin del mundo
jamás anunciado de manera oficial.


* - * - * - * - * - * - * -


IDIOMA EXTRANJERO
José Glanzmann



lo que es miedo ya está escrito,
radicado

permeable
en el cuerpo

es bueno descubrir a los veinte y pico
que tu cuerpo es el de un dictador
o un abuelo que canta en otro idioma

canto en otro idioma
miro con otro dialecto
converso, pregunto

cometo los mismos errores
que un aprendiz de idioma extranjero

una y otra vez, repito:
errores
gramática y fonética
lengua equivocada cada vez
que estoy frente a los muros,
rostros livianos.

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PARAFRASEANDO
HOMENAJE A MARTÍN LUTHER KING

Eduardo Patricio Wyse



Yo tengo un sueño
Sueño con la supremacía de los fines sobre
los medios,
el día de los honestos sobre los vivillos,
cuando el servir supere al servirse.
Sueño con la investigación científica,
en silencio, contra el cáncer…
El día cuando se donen los derechos
pudiendo los investigadores vivir
y, también, progresar.
Sueño, cuando las leyes protejan
al desposeído, al dueño de la verdad;
los abogados defiendan al sentido común
y los jueces también.
Sueño en el día en que envejecer
no sea punible y la juventud
no sea comprable.
Sueño cuando desesperemos por ser,
no necesariamente parecer.
Y por qué no, cuando el parecer
se parezca al ser.
Cuando los servidores puedan vivir,
procrear hijos e ideas.
Sueño el día en que los mercaderes
distribuyan ideasantes de distribuir armas.
Distribuir hijos y no balas;
y también los comunicadores
piensen en lo mejor
y no estimulen lo peor de nosotros.
Sueño en el día cuando los distribuidores
de ideas
superen a los de códigos,
o que los códigos descubran
la verdad y no la escondan.
Sueño en el día cuando los docentes,
verdaderos docentes,
no parezcan ingenuos
sino decentes. Sueño,
cuando nosotros los médicos
nos respetemos y seamos
respetados seres humanos.
Sueño en el día cuando la salud
sea un bien y no una mercancía
y nosotros continuemos en el bien.





(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 23 de enero de 2011.-

domingo, 16 de enero de 2011

Lecturas de Verano (02/2011)

LECTURAS DE VERANO (02/2011)

La poesía se hace presente de la mano suave de tres mujeres.
Alicia Giordanino nació en Ballesteros en diciembre de 1962. Publicó sus textos en varias antologías. Es docente de nivel medio y coordina un taller literario para adultos en su pueblo natal. “La rosa azul” es su poemario que editó Eduvim en 2010 y del que extrajimos algunas piezas para compartir con ustedes.
Verónica Ruíz nació en nuestra ciudad el 11 de febrero de 1976. A los 12 años comenzó su amor por la literatura. Tiene un blog al que actualiza periódicamente con sus escritos (http://nikita-caminarporlavida.blogspot.com). Además de escribir, pinta y dibuja. “Mar de emociones” es su primer libro de poemas, el que se presentó a finales de 2010 y fue editado por llantodemudo.
Finalmente se encuentran los textos de Cecilia Olguín, quien nació en 1976 en la capital neuquina. Su infancia transcurrió en Madrid y en Córdoba se recibiría en licenciada en comunicación social. Ha publicado tres plaquetas de las que escogimos un poema de cada una. Recomendamos visitar su blog en busca de nuevos textos (http://elladicequeescribe.blogspot.com).

Recuerden que nuestras vías de comunicación están abiertas para recibir las creaciones literarias de nuestros lectores. Esperamos sus envíos por correo electrónico o acercándolos a nuestra redacción, en sobre cerrado indicando que es para nuestra sección “EL DIARIO Cultura”.
Hasta el próximo domingo.



IV (La rosa azul)
Alicia Giordanino (de “La rosa azul”)

Raza de hombres,
de puertas y portones,
monjas y presidiarios,
baldíos y hogueras.

El Gran Presidente del Cosmos,
acudió con su alquimia,
con su oscuro traje
y manos remotas
que ofrecían
goce y progreso.

Por arte de magia
llegaron
poetas y ebanistas.
Oscilaban,
yendo y viniendo
como abejas
en el descubrimiento
de un dulzor trascendental.


* * * * * * * * * * *


VIII (Romance de las piedras)
Alicia Giordanino (de “La rosa azul”)

Gema dorada
Dulzura del diamante
Espesura del aire

Gema trasformada
En mil nuevas gemas
En nuevas mariposas
Creadas y recreadas

Atraviesas
El vuelo de la hoja
Acariciadas
Los harapos del volcán

Desnudas a las águilas
Que rondan y atormentan
Picotean y se van

Solitaria gema
Larga meditación solar

Multitudinario racimo de
pasos

Descansan en tu almohadón
brillante

Y tú

Como si nada

Te aproximas

Al misterioso sabor del ocaso.


* * * * * * * * * * *


III (De los cálidos úteros de América)
Alicia Giordanino (de “La rosa azul”)

El pan del indio,
el que come en su casa de piedra


es también

una tajada de sol.


* * * * * * * * * * *


PERMITIDO
Verónica Ruíz (de “Mar de emociones”)

Permitido permitir,
desear,
sentir,
errar,
equivocarse.

Permitido dejarse llevar,
fluir,
ser diferente,
amar,
aceptar.

Permitido… ser FELÍZ.


* * * * * * * * * * *


DOMINGOS
Verónica Ruíz (de “Mar de emociones”)

Domingos
donde se descansa,
se desea estar en familia
y el tiempo sobra.

Domingos
de asados y amigos
compartiendo
ratos agradables.

Domingos
que aterran por su soledad
cuando la casa se vuelve gigante
y abruma la tranquilidad
por la escasez de conversaciones.

Domingos
Domingos
Domingos
que algunos se pasan en un santiamén
y otros son largos e interminables.


* * * * * * * * * * *

NO ME CREERÍAS
Verónica Ruíz (de “Mar de emociones”)

No me creerías
si te digo que toqué el cielo.
No me creerías
si te digo que estuvo entre mis manos.
pero como el cielo es vapor
con tanto calor se convirtió en lluvia.
No me creerías
si te digo que pensé que lo tenía todo.
Se me esfumó.
Se escapó de mis manos.
Una vez más me equivoqué.
No me creerías
si te digo que quedé sola
porque desapareció.
Me encontré en un desierto sin calor.
Te parece imposible de creer.
Pero el cielo se convirtió en lluvia
y quedé solitaria.


* * * * * * * * * * *


JAURÍA
Cecilia Olguín (de la plaqueta “El nuevo barro, vieja lucha” 2009)

¡Atención! señoritas, ¿quiénes son?
las he sentido y las he visto,
¡ah! Las encantadoras señoritas
¡han vuelto al condominio!
Ah, queridas señoritas,
a veces si se quedan mucho tiempo
los dolores de cabeza son gigantes
pero si se van un par de meses
el juego de la vida
pasa a ser bolsa de valores
y los valores embolsados
convierten en plástico las noches.
Bienvenidas, señoritas, bienvenidas.
Desde hace un par de días
escucho como aúllan
una canción de Babasónicos.
El satén se caldea a fuego lento
sobre mi pelaje amigo,
afuera la lengua, submarino
amarillo aunque moderno.

¿Tantas, tantas ganas de morderlo?
¡cuántas de ustedes han venido!


* * * * * * * * * * *

HORIZONTE
Cecilia Olguín (de la plaqueta “Ella dice que escribe” 2010)

Como a la última porción de un delicioso lemon pie
en medio de un cumpleaños de tías gordas
es necesario asaltar el limón del firmamento
pasar el dedo por los agridulces recorridos estelares
y buscar el salón de la estación celeste
donde estallará la crema del cielo
como una piñata de estrelladas lunas
-y otros planetas-

Habrá también que abrir las palmas
y extender los brazos
para que cuando llegue el otoño
las sobras del sol
sigan latiendo en el bolsillo.


* * * * * * * * * * *

ELLA DICE QUE ESCRIBE
Cecilia Olguín (de la plaqueta “Revelado”)

ella es parte del tiempo
otras veces es otra
y muchas veces, es yo.
pero
si ella dice que escribe
y que coagula sus letras
pasen
digo yo, ella y la otra
decidimos nosotras
que la puerta está abierta.

para experimentar
estos pedazos y procesos,
propios y ajenos.

no busquen verdad
todo es intento


(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 16 de enero de 2010.-

miércoles, 12 de enero de 2011

Lecturas de Verano (01/2011)

LECTURAS DE VERANO (01/2011)
Ya es un clásico. Todos los años, en estos meses de estío nuestras páginas dan cuenta de la nutrida y creciente actividad literaria de nuestros escritores. Hace ya cinco años que nuestros lectores confían en este espacio para dar a conocer sus creaciones. En esta oportunidad les presentamos poemas y un relato para su deleite.
Por una parte María Ana C. de Machado, expresa en su poema el deseo de doblegar el tiempo para poder recordar y hacer presente viejas sensaciones, lugares que la cautivaron y amigas que ya quedaron en el pasado. Deseos y preguntas sobre el tiempo que muchos de nosotros nos hemos hecho en el transcurso de esta vida.
Jorge Rossi es profesor en Lengua Castellana, tiene publicada una novela llamada “Murarena” y se encuentra trabajando una segunda historia larga. En esta oportunidad les ofrecemos un relato que nos remite a una escena familiar, a un momento en que se habla de la muerte de la “Mamana”, una mujer que causaba terror a dos hermanos.
Otra representante del género femenino es Isabel Almada, quien en dos poemas nos habla del amor y del erotismo que despiertan dos personas cuando se aman. De una importante cantidad de poemas que Isabel nos dejó en nuestra redacción, extrajimos estos que hoy compartimos con ustedes.
Finalmente publicamos los poemas de Fabiana León extraídos de su último libro “Para nombrar eso”. Un libro que es a su vez tres libros (Poder – Nena – Tarosías), allí se combinan intensos versos cargados de dureza con la mirada inocente de una niña que crece y se va descubriendo; todo ello envuelto por los vapores que emana la práctica de esta alquimia poética.

Recuerden que nuestras vías de comunicación están abiertas para recibir las creaciones literarias de nuestros lectores. Esperamos sus envíos por correo electrónico o acercándolos a nuestra redacción, en sobre cerrado indicando que es para nuestra sección “EL DIARIO Cultura”.
Hasta el próximo domingo.




SI PUDIERA
por María Ana C. de Machado

Vivir sin la urgencia
implacable de tiempo
quisiera…
Desandar caminos,
salvar las distancias,
llegar a mi pueblo
chiquito, borrado del mapa.
Sentir nuevamente
la dulce fragancia
de aquellas retamas…
Ver los durazneros
con ramas cargadas
de prietos racimos
de flores rosadas…
Jugar en el patio
rodeado de higueras
con las mismas niñas
con las que jugara…
¡Oh! ¡Dios!, si pudiera,
vivir sin la urgencia
implacable del tiempo
quisiera…




EL OCASO
por Isabel Almada

Tu mirada tierna,
la llevo en mi alma
No olvides mis pasos,
Me dijiste un día, convertida en sol
llegué hasta tu puerta, llevando en el pecho
un cofre de fuego. El beso que un día
me diste al azar. En aquel instante,
-tú me amaste un poco.
Yo también te quise
no puedo negar.
Hoy quisiera.
Salvar
esas horas.
Ese abismo
Fatal.
Que
Divide.
Embriagarme
De amor con tu fragancia
Mística, pura, que tu ser despide.
El encuentro triste, levantó sus alas
Sobre mi regazo, como una ave blanca
Oprimí tu boca, sólo con un beso.
Aún, sin saberlo, yo te estaba amando.

* * * * * * * * * * *

POEMA
por Isabel Almada

¿Quién ha visto?
Correr por los caminos
Los ojos, inquietantes de la noche.
Acariciar los senos en la espera
Tocar, la espina dorsal.
Ver el milagro
De la copa abierta.
Multiplicar,
El caliz de la sangre.
La vigilia saborea el beso
Tibio, como gota imaginada
Sobre las hordas lenguas en sosiego.



XI
por Fabiana León

Acontecido
yermo
malviviente
serás apenas
una piedra en el zapato
arrojada a la orilla
del camino.


* * * * * * * * * * *


EL MUNDO
por Fabiana León

Ardió
en la soledad del infinito

Sobre un camino
apenas esbozado
a tientas, desprolijo
fue andando.

Incierto.
Repetido.

Fuimos sólo probables
semillas de abismos.


* * * * * * * * * * *

5
por Fabiana León

Usaba una frazada rosa
con conejitos
mi mamá me tapaba
para subirme al Ford A
me envolvía toda
para que no tosiera
de noche los conejos
saltan sobre mi cama
me trago los pelos que pierden
y vuelvo a toser.




LA MAMANA
por Jorge Rossi

El miedo es una forma de fe. Y se puede temerle tanto a una persona que se hace imprescindible para la vida. En mi casa se le tenía miedo a Silvia, la Mamana. Y mucho. No era respeto; era simplemente miedo.
Me acuerdo que fue un día de semana, a eso de las cinco de la tarde más o menos, cuando entró mi hermana diciendo se murió la Silvia, mamá, y después de decirlo, quedarse petrificada sin siquiera poder terminar de cerrar la puerta (la luz vidriada le estallaba blanca y amarilla a sus espaldas, la vincha blanca y una musculosa, las manos llevadas hacia la boca como si hubiese dicho la más mala de todas las palabras, o como si hubiese insultado a Dios).
También me acuerdo que mi mamá no alcanzó a decir nada: se levantó lentamente y, dándose vuelta, encaró en dirección a la cocina. Arrastró unos pasos lentos con la cara perdida, mientras sus dientes se incrustaban en el labio inferior o un poco más abajo, y sus dedos se sujetaban a sus rulos, a su pelo corto.
De qué se murió, pregunté a mi hermana, pero no me contestó. Se acercó a la cocina sin animarse a traspasar el marco de la puerta. Tenía cara de sentirse culpable por la noticia. Después se vino cerca de la ventana donde estaba yo, y sin mirarme me dijo: cayó seca encima de las plantas de ruda. Le dio un bruto paro.
Y ahí es como si hubiera visto las plantas de ruda macho que la Mamana, tenía junto a una puertita para entrar al terreno donde al fondo estaba su casa. Pude imaginarme también a la vieja cayendo contra el poste que sostenía la puertita, la vieja tratando de prenderse del tejido oxidado, un vestido azul estampado, con más celeste que otra cosa, y seguramente un pañuelo violeta o marrón o verde, sujetándole el pelo gris sin canas, su mano marrón buscando aferrarse por entre los rombos del tejido; las rodillas dando en el suelo, las piernas hinchadas, ahorcadas por esas medias que se terminaban enrollando por debajo de sus rodillas fofas. Pensaba en la boca carnosa de la vieja besando el suelo y la tierra pegada que otro iría a sacudir, esa jeta de alfajor de chocolate que nos había hecho reír tanto en secreto a mi hermana y a mí.
Cuando me quise reír por el recuerdo del juego una puntada me subió desde la nuca hasta la tapa de los sesos, como creo que me la imaginaba cuando me dolía siempre y antes, hasta que la mami me llevó de la Silvia y la vieja me curó. Me imaginaba que esas puntadas eran como relámpagos que iban a dar a una especie de cúpula que yo tenía dentro, en la cabeza que ya era hueca de tanto que me decían cabeza hueca o me preguntaba si tenía algo adentro de esa cabezota.
A la segunda puntada mamá mandó a mi hermana a que vaya a buscar a mi papá al trabajo, que cierre un rato el negocio y que venga enseguida. Pero cuando mi hermana empezó a renguear de la pierna enferma que, creo que ya sospecharán, también le curó la Mamana, mi vieja se puso nerviosa y de dos trancos la alcanzó antes de la puerta de calle. La agarró de un brazo y la hizo girar y zamarreándola fuerte de los hombros le dijo, y no te hagás la pelotuda y caminá bien ¿o me lo estás haciendo a propósito?
Estoy seguro que mamá pensó en ese momento que la Mamana se hundía (me resultó imposible no imaginarme en ese momento a la Mamana caída en la puertita de tejido de su casa, de cara al suelo, el culo gordo y las patas desparramadas, el sol caliente en el jardín pelado sin siquiera un yuyo), que se hundía, digo, en un hueco que se habría a espasmos bajo su cuerpo, como creo se debe abrir la tierra durante los terremotos. Y no era difícil ver a la Mamana tragada definitivamente por esa boca, como un muñeco de trapo culón que nos arrastraba a todos, atados a ella por unos hilos invisibles a sus dedos cortos y gastados, o peor a su cintura desdibujada por los años de grasa estacionada; la vieja con unos hilos que le salen de su culo gordo de araña galponera y que nos arrastran a todos a ese agujero oscuro e indiferente que creamos entre todos.
Me quedo mirando por la ventana y de golpe le presto atención a esa parcela del patio raleada por las uñas del Lapacho, al que no alcanzo a ver aunque me asome clavando las puntas de los pies en la pared y ayudándome con los brazos.
Al inclinar la cabeza me da la tercera puntada que se me incrusta en la frente y la nariz y mi mamá viene con una toalla mojada con agua de la heladera y me la acomoda sobre la cúpula que en estos momentos parece que se me quiere salir de un salto para arriba.
Miro las manos de mi mamá y me doy cuenta que volvieron a llenársele de testes. Ya comprendo la desesperación de mi vieja y comprendo definitivamente que vamos a ser pobres para siempre.
Mi abuelo sale de la cocina, caminando a duras penas con su olor gris y su cáncer a cuestas, y le pregunta a su hija, a mi vieja, si ya volvió la nena. Ella le contesta que no, pero la puerta desmiente bruscamente, y entran el calor y mi hermana diciendo el papi no está, tiene el negocio cerrado.
Y mi abuelo le dice a mi vieja, se fue de nuevo con la Muñe, y mi vieja que se cae sentada de golpe en una silla que andaba por ahí cerca. Se agarra fuerte de los pelos y de golpe grita: ¡todo culpa de esa vieja hija de puta que se viene a morir ahora! Y se incorpora de repente y de un manotazo tira un florero a la mierda, el florero con agua sola que me cae cerca, contra la pared, y los pedazos vacíos se desparraman por el piso. Yo, a pesar de los relámpagos en la tapa de los sesos, trato de juntar los vidrios rotos, no todos, los que más puedo, mientras la tarde pasa pelada a los gritos de un pan casero.

(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 9 de enero de 2011.-

domingo, 2 de enero de 2011

Francisco Madariaga. Homenaje a 10 años de su fallecimiento

HOMENAJE
FRANCISCO MADARIAGA
a 10 años de su fallecimiento


Nació el 9 de septiembre de 1927, y a los 14 días de vida fue llevado al Paraje Estancia Caimán, Tercera Sección, del Departamento de Concepción en la Provincia de Corrientes. Hasta los 15 años de edad vivió entre esteros, lagunas, palmeras salvajes y los gauchos más arcaicos que aún quedan en la Cuenca del Plata. En este escenario pasó su infancia marcado por el idioma guaraní que nunca dejó de hablar ni bien llegado a su tierra. Viajó a Buenos Aires para completar sus estudios y residió allí, alternando con largas temporadas en el campo, sin perder nunca el contacto con Corrientes.
Era hijo de Francisco Aurelio Madariaga, graduado en Medicina Veterinaria en la Universidad de La Plata, nacido en el pueblo correntino de Concepción y de Margarita Pallette, maestra, porteña del barrio de Floresta.
En 1947 conoció al narrador Gerardo Pisarello, a quien visita por primera vez en su casa de Saladas, Corrientes, que marcará el inicio de una profunda amistad.
En Buenos Aires en 1951, se vinculó con los surrealistas poetas, pintores, escultores, cineastas y músicos que se nuclearon para publicar la revista “Letra y Línea”, cuyo primer numero apareció en 1954 bajo la dirección de Aldo Pellegrini.
Esta experiencia constituye una apertura hacia una búsqueda personal de intenso lirismo, que implicó un regreso al mítico cosmos de su infancia, “centro de su universalidad”.
En 1954 conoció a Oliverio Girondo, y en su casa de la calle Suipacha, donde vivió con Nora Lange, compartirá magnificas veladas, entre otros, con Miguel Ángel Asturias, Lisandro Galtier, Edgar Bayley, Olga Orozco, Juan Antonio Vasco, José María Gutiérrez, Ramón Gómez de La Serna, Xul Solar, Enrique Molina, Marcel Marceau, María Meleck Vivanco, Carlos Latorre, Juan Filloy, Romulo Macchió, Rodolfo Alonso, Aldo Pellegrini, Alfredo Martínez Howard, Eduardo Calamaro.
Desde 1954, año en que apareció su primer libro de poesía “El pequeño patíbulo”, se suceden 18 obras, entre las cuales se destacan: “Las jaulas del sol” (1959), “El delito natal” (1963), “Los terrores de la suerte” (1967), “El asaltante veraniego” (1968), “Tembladerales de oro” (1973), “Llegada de un jaguar a la tranquera” (1980), “Resplandor de mis bárbaras” (1985), “El tren casi fluvial” (segunda obra reunida 1988), “País garza real” (1997), “Aroma de apariciones” (1998), “Criollo del universo” (1998), “Solo contra dios no hay veneno” (1998).
Sus poemas han sido publicados en importantes Antologías de Latinoamérica y Europa y traducidos al inglés, francés, alemán, sueco, portugués e italiano.
Entre ellas “Poesía Argentina” Instituto Torcuato Di Tella (1963), “Antología viva de la poesía latinoamericana” España (1966), “Contemporany Poetry Argentine and Antology” (bilingüe 1969), “Poeti Ispanoamericani Contemporanei” (Italia 1970), “Moderne Argentiniche Lyric” (Alemania 1975), “Poesía Nueva Latinoamericana” (Perú 1981), “Antología de la Poesía Hispanoamericana” (México 1985), “La Nueva Poesía Argentina Contemporánea” (español-italiano 1988).
Colaboró desde joven en prestigiosas revistas y diarios de su país y del exterior (como Clarín y La Nación, de Buenos Aires, y diarios del interior), en revistas del exterior (como Cuadernos Hispanoamericanos, Madrid, Eco, Bogotá, Zona Franca, Caracas, Periódico de Poesía de la Universidad Nacional Autónoma de México), en los diarios El Universal y El Nacional de Caracas, El Espectador de Bogotá, Presencia de Bolivia, etc.).
Ha obtenido premios importantes a partir de 1963, entre ellos se destaca el Premio Nacional de Poesía en el 2005, por la obra correspondiente al período 1997-1999, entre otros. Ha escrito obras en prosa y concurrido como invitado a Congresos y Reuniones Literarias Internacionales y de su país.
Tuvo dos hijos de su primer matrimonio con Amalia Cernadas, Gaspar Hernán y Florencia Natalia; de su segundo matrimonio con Elida Manselli a Lucio Leonardo, quien es el que se ha ocupado de reunir excelentísmo material en el blog dedicado a su padre (http://franciscomadariaga.blogspot.com), al que invitamos a visitar y del cual extrajimos esta biografía y fotografías.
Vale recordar que el poeta asistió como invitado al 2do. Encuentro Nacional de Escritores SADE Villa María (1996) y fue una de las figuras centrales del ciclo: “Los escritores y la gente” SADE Villa María (1997).
Falleció, después de una enfermedad de dos años, en la ciudad de Buenos Aires el 24 de septiembre de 2000.
El poema que sigue es el homenaje de un escritor local, para quien Madariaga fue luz y guía en el camino poético. Abrimos la primera edición de EL DIARIO Cultura de 2011 con la palabra literaria, esa que nos acompañará nuestras Lecturas de Verano. Hasta el próximo domingo.




EL OFRECIDO

a Francisco Madariaga in memoriam

a Dolly Pagani y Mónica Marchini


Por las goteras del techo
de tu “rancho” de La Paloma
¿te acuerdas?
se filtra tu Criollez
del Universo
mientras distraído de labios palpitantes
y de los resplandores del sueño
vas por la galas de la playa
del mar uruguayo…

Sentado a la mesa del barco
esmeralda del mar
convocas de a uno de a dos
en plenitud fraterna
al compañeraje orlado por el collar
de peces de sangre y estrellerío
al brindis en alto
con la copa de vino de oro
del Deseo de Infinitud.

Desde el palacio umbrío de la selva viene
el camalote de tu piel hembra
olorosa a pájaros de agua seminal
que danza en la cresta ardida
de durazno del horizonte.

Apariciones apariciones llegan
con las garzas reales
apariciones de arenas naranjas
de topacio del mar-estero
en el mismo umbral de la hechicería
ungido a contrapelo de la orfandad.

El mínimo oleaje del estero
nos es menos no es más
que la indomable furia del mar océano
y el flamenco finge su rosa
de la aurora
como el cormorán lleva amasado
con su presa
un vendaval de astros en su garganta.

En el Iberá profundo
entrabas y salís por el ritual insomne
del jaguar parado al filo del abismo
de las revelaciones.

Ah! perlado en frente y en tu corazón y en tu corazón
por la saliva solar de la lengua
de la serpiente de las aguas amarillas-celestes
del verano del mundo.

Para tu instinto de animal de monte
crecía la lluvia del perfume
que era todo sándalo toda hiedra
todo labios todo río del goce.

¿Por qué entras por qué sales
llamado por la música de la siesta
de las brujas blancas y las brujas negras
a horcajadas riendo en el palmeral?

¿Es verdad que lo viste todo
a los catorce días de nacido llegando
en el tren marrón a tu Corrientes mágico y primordial?
¿Acaso en ese mismo instante se inventó
el paisaje arcaico y fantasmático
para tu dionisíaco apetito y
tu sed de abejas en llamas?

¡Enmudezca la rosa y
florezca el surubí del pantano!
¡Acaricie el puñal de la noche
el cuello tornasolado del colibrí
en el aire último de diamante
cuando el polen se roba enamorado!

En los verdes incendiados
de un Gauguin guaranítico
vive el pulso de saurio que se metió en tu sangre
y así en la urbe o en la intemperie
tu andar en éxtasis de elegante caballero salvaje
inventó el País Garza Real
que es tu patria verdadera.

Niño rural y lacustre en la llanura
de aceite del estero.
Jinete de rubí perdido por el árabe
desde tiempos remotos.

Fundido en la grupa de tu caballo
y cardinalmente cruzado
por tu poncho de mariposas celestes y coloradas
por la huella cruel
del País sin Regreso cabalgas.

Domador agreste y delicado
de la Belleza hundiéndote
en el tacuaral alucinado de las hadas
de oscurísima piel y fruto de misterio.

Sentado sí ahora
a la mesa del Infinito
a la espera del relámpago
con las vides del cosmos cayendo sin pausa y sin termino
como soles morados sobre tu pecho.


¡Espérate espéranos!
Bárbaro Luminoso en la lánguida
biblioteca de Poesía
bailando idéntico
el baile del Único Infierno
y el Único Paraíso
en el muelle fragante de tormentas
a la hora de las constelaciones
donde clavas tu corazón en la pica del sueño
como traspasado emblema ofrecido
a la feroz molienda del tiempo.


Mario Moral
20 de diciembre de 2010

(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 02 de enero de 2011