domingo, 27 de febrero de 2011

Gastón Dré. Creador de sueños

entrevista a
GASTÓN DRÉ
Creador de sueños



Tiene 30 años y un futuro más que prometedor; aunque él dice que no tiene edad, que es relativo, porque se siente como cuando tenía 15. “Es como que nos pusieron un número para tener un registro”, remata mientras charlamos en su local, un circuito artístico que tiene en calle Periodistas Argentinos.
Si alguien pasa por la vereda, puede ver que detrás de las vidrieras se cuelga cuadros de todo tipo, esculturas hechas con basura, dibujos, pinturas estampadas sobre cualquier superficie; todo inundado por la viveza de los colores con que él los concibe.
Gastón Dré es un artista, un tipo que se juega por el arte y que la luchó siempre para cumplir con sus sueños. Por decisión propia abandonó sus estudios en el primer año de secundario, confió siempre en él y en las obras que realiza.
Dice en su ficha personal de Facebook: “Trato de ser cada día mejor persona. Me interesa el arte como medio de vida. Tengo vocación de nacimiento y creo en mí, como en todas las personas que conozco. Mi naturaleza es crear. El instinto por sobre todas las reglas...” Con esas palabras Gastón se presenta en sociedad, palabras que muestran la esencia de un tipo tal cual es, humilde, sincero, verdadero y de gran talento.
Estamos sentados en un living en el local donde exhibe sus creaciones y que se asemeja a una galería de arte que recomendamos visitar. Allí Gastón se gana la vida haciendo tatuajes y vendiendo algunas de sus impresionantes pinturas. Con un vaso de gaseosa en las manos y en una charla amena nos aproximamos a la vida y el pensamiento de este joven villanovense.




Los orígenes no están bastante claros, sin embargo, Gastón reconoce a dos personas con los que se sintió incentivadas: su madre y su cuñado. Recuerda la imagen donde su madre tomó un corazón y de allí sacó dos rueditas, y esa transformación le disparó los sentidos por todos lados. Su cuñado, cada vez que lo visitaba, lo sentaba en la falda y de un papel en blanco le dibujaba caballos, “eso fue mágico” expresa emocionado.
Desde chico fue creando sus propias imágenes hasta la actualidad, en donde no pasa un día sin que vaya a su taller a crear algo. A sus 11 años, su madre le dijo que pensara la posibilidad de estudiar Bellas Artes y le contestó con un rotundo no. Esta decisión se debe a que Gastón no quiere influenciarse, no copia fotos ni hace bocetos. Lo importante es que todo vaya naciendo naturalmente, plasmando sobre la superficie la espontaneidad del momento. Abandonó el secundario por decisión propia y se ha ganado la vida realizando algunos oficios, hasta que se dio cuenta que lo suyo es el arte y apostó todas sus fichas en ello. Hacia fines de los ‘90 colaboraba con algunos dibujos para este medio. Se considera un ganador al hacer lo que le gusta, aunque siempre debió pelearla para tratar de convencer a aquellos que no entienden el arte como una elección de vida; ya que es dura la vida del artista que quiere vivir de sus producciones.
Villa María, Villa Nueva y la región no es visto por Gastón como una importante plaza artística y eso hace que todo sea más difícil, pensó alguna vez en irse, pero sabe que no podría estar ni un día lejos de su hija de seis años. Es conciente que su trabajo es difícil, porque el arte en la ciudad, como en muchos lados, no deja muchos márgenes económicos; pero él es feliz así porque puede disponer de sus horarios y darle el amor y cariño que merece su hija, “prefiero la calidad de tiempo que le doy a mi hija, decirle que la quiero, pasar tiempo con ella… cosas, que mucha gente, por sus trabajos no lo puede hacer.”



RETRATO DE UNA OBSESIÓN
El artista refleja mundos, que quizás el mismo no conozca. Gastón nos cuenta que más que pintar, su pasión es crear. “Algún día te invito a mi casa y no sólo vas a ver pinturas, sino también basura… vas a ver quilombo, pero que en algún momento se va crear algo. Voy reciclando la basura, porque no tengo margen para comprar material convencional interesante; pero también me gusta transformar algo insignificante en algo importante.”
Y es en esa casa donde Gastón corre el cerrojo de su mente y vuela hasta conseguir sus obras, casi como una obsesión de la cual reniega muchas veces. “por ahí es medio trastornante porque lo que veo le estoy buscando la forma para transformarlo. Hay veces que me digo ‘¡pará un poco!’. Tengo la satisfacción de no aburrirme, llego a mi casa y en vez de ponerme a preparar cosas con lo que me da de comer (tatuaje), me voy a la pieza a hacer algo, no lo puedo evitar.”
“Me pongo a comer y con la misma salsa te hago una cara, miro una revista y ya estoy seleccionando lo que quiero para un collage…” No son pocas las noches en que Gastón ha amanecido trabajando.
Las pinturas de Gastón son un reflejo de los sueños. Son creaciones oníricas vivas, de colores intensos que retratan mundos paralelos y su cruce con éste en que vivimos. Los rostros son una constante en sus trabajos aunque desconoce los porqué, expresiones al límite de la locura, de la bronca, de la alegría, de estados anímicos impensados.
Le gusta utilizar muchos materiales, pero tiene preferencia por el bastidor de tela y el óleo. No mezcla los colores, los usa tal cual están sobre la superficie que sea, tratando de agregar nuevos materiales y experimentar con otros elementos como aceite de autos…, con el fin de salir de lo convencional.
Y cuando hablamos de lo convencional no nos referimos solamente a las creaciones de Dré, sino que es un rasgo característico en él. Gastón no mira televisión, es un tipo fuera de lo común y eso muchas veces le trae algunos inconvenientes. Tiene una mirada aguada de la sociedad idiotizada por el mal uso de los medios de comunicación, por la banalidad que llueve sobre nosotros, también por la hipocresía de la gente que aparenta lo que no es, esa que teniendo muchísimos lugares donde ir se amontona en un mismo sector del río o de algún café... Sin embargo es muy amable y predispuesto a escuchar a las personas, es un tanto solitario, porque su actividad así lo es; pero se interesa en la creación de algún grupo para hacer emprendimientos. Con anterioridad expuso con el grupo “Anti JAI” del que tiene buenos recuerdos.



SUEÑOS POR CUMPLIRSE
De exposiciones como la que acabamos de mencionar, Gastón se contenta, porque ve en la gente cierto interés, le gusta saber que piensan, que opinan de sus dibujos. Con su local artístico también, “está bueno que la gente pare y diga lo que siente; y si sólo paran, también”. Lo mismo sucede con su perfil en Facebook, en ese espacio virtual que le parece una “pelotudez” pero que le sirve para mostrar lo que hace y donde recibe el comentario de mucha gente que, a veces, ni conoce. “Me interesa que me digan las cosas, para bien o para mal, me gusta mucho que me digan lo que hago mal también; yo escucho a todos, todas las opiniones son válidas.”
Además de ello, Gastón piensa que a veces falta un poco más de “comprensión emocional” de la gente, pero también de las instituciones que debieran palanquear un poco más a los artistas, que son muchos, pero que se mueven individualmente y no conforman la gran movida que hace falta.
Gastón es feliz con un armario, con algunas pinturas y que le sobren 7 u 8 bastidores. “Me agarra la desesperación porque siempre llego con lo justo; el día que lo pueda hacer, me voy a volar la mente, voy a hacer obras grandes.” Y nos dice eso, y nosotros le creemos, como el cree en su instinto, en su talento, en su obsesión artística que le dice que “las mejores obras son las que están por venir.”
La noche nos va tomando por sorpresa, fueron dos horas de una hermosa charla con un artista de la ciudad que tiene la vocación intacta desde niño y que se arriesga por el arte para hacerlo su actividad principal. Gastón Dré es, en sus palabras, “un soñador, predispuesto a cumplir su sueño”, y nosotros desde aquí lo instamos a soñar.


(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 27 de febrero de 2011.-